Me enseñaron a desconfiar de todo. Después me doy cuenta de que casi me convierto en paranoica.
Me enseñaron a tener miedo a casi todo. Y lucho diariamente para vencerlos, perdiendo todo lo que hay ahí afuera.
Me enseñaron a respetar a los que han estudiado, y con el tiempo me doy cuenta de que los estudios no hacen que las personas sean más respetables.
Me enseñaron a reprimir mis ideas porque no se comprenden, y ahora tengo la certeza de que estaba en lo cierto
Me enseñaron que la apariencia es primodial para avanzar, y estoy seguro de que la apariencia engaña.
Que lo extranjero es mejor que lo nacional y que lo nacional es estupendo, y sin embargo, sé que no hay nacionalidades.
Que los sueños, sueños son, y creánme, sin sueños no se va a ninguna parte
. Que la política es necesaria, y a mí me parece una bazofia. Que lo intelectuales saben lo que hacen, pero no, no saben la mayoría donde tienen la cara.
Que las ideas no importan, y serán la falta de ideas lo que acabará con el ser humano.
Que la inteligencia es sacar todo sobresaliente, pero son los más inteligentes los que no pueden adaptarse al medio.
Me enseñaron tantas cosas que he tenido que desmentir y me ha costado tanto tiempo y esfuerzo que tendría que estar aquí escribiendo durante mucho tiempo.
Ahora ya no me creo casi nada, y sin embargo, tengo más fe que antes. No religiosa esa siempre estuvo presente, claro sino en el propio ser humano. Y aprendo mucho más.
Me he dejado ir a la deriva, pero no me he perdido como creía.
He descubierto que hay una brújula interior. aprendi a mirar y no veo nada de verdad en lo que me han enseñado durante
décadas.
Es más, no veo la verdad por ninguna parte. ¿Soy más feliz? Puede. O no puede. Pero sí estoy convencida de que lo que me enseñaron no es del todo cierto.
Todo depende de uno mismo y su capacidad de mirar el mundo.