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NO LO ABANDONES, EL NO LO HARIA.
Paseando por las calles de Badajoz, disfrutando de ese Sol radiante y ese leve viento que en los tramos de sombra refresca mi cuello, veo por un momento truncada mi calma. Escucho un frenazo y aproximándome al sonido, veo, separados por apenas centímetroscoche sobre el asfalto y un perro paralizado frente a él. El perro corre desamparado en busca de mejor suerte y el conductor respira aliviado mientras se toca el cuello. Cuello que quizás quede dañado por ese frenazo ¿Quién es el responsable? Sin más, con el corazón encogido, prosigo mi camino sin poder evitar que mi imaginación corra y me narre el futuro de ese perrillo solitario. Día tras día, saco a mis perras al maravilloso parque que hay detrás de mi casa. Ellas corren, juegan y aunque muchos no lo crean, yo las veo sonreír. De nuevo mi estomago se encoge. Dos perros flacos, mugrientos y magullados, rompen nuestra alegría. Nos observan desde lejos, sin aproximarse demasiado, con miedo, quizás porque ya hayan recibido algún palo de algún desconocido. Se acercan a un árbol y sus cuerpos endebles se tumban en el césped. Con la mirada perdida pasan sus interminables minutos. Quizás estén recordando su vida pasada, aquella en la que unas personas los acogieron, los alimentaron, los mimaron y, sin saber por qué, los abandonaron. No saben que han hecho mal. Ellos se limitaron a dar la bienvenida a sus dueños cuando éstos llegaban a casa, a darles compañía, cariño y a ayudarles cuando les fuese posible. Ellos pertenecían al seno de una familia. Su objetivo era hacer que los pequeños de la casa se hicieran más responsables, los cuidaran. Sin embargo los mayores decidieron echarlos, ¡qué buena lección para sus hijos¡¿Adquirirán responsabilidad? Todos sabemos cuál será el destino de estos animales, arrollados por un coche, que sufrirá un accidente, donde esperemos que no haya víctimas, porque sino ¿dónde están los responsables?, esos que ayudados por los reyes magos pusieron ese perrito junto a las zapatillas, ¿responsables? Seguramente estos perros acaben tirados en alguna cuneta o simplemente mezclados con la basura que se acumula día tras día en nuestra ciudad. En 2009 el número total de perros recogidos fue de más de 115.000, más aquellos que vagaron indefinidamente por las calles. Cifra preocupante. En ese instante en el que cada día nos lavamos los dientes pensando en nuestras cosas, en cada uno de esos pequeños cinco minutos, se abandona un perro en nuestras calles. La Ley de Protección de los Animales en nuestra comunidad autónoma sanciona el abandono de animales, pero algo no funciona. ¿Tendremos que endurecer las multas? ¿Aumentar las campañas de concienciación? Somos el país de Europa con mayor nivel de abandono. Es una pena que un país como España, abanico de colores, luz y alegría, tenga esas varillas sucias y rotas. Nuestra asignatura pendiente es educar a esos adultos que se hacen llamar “los responsables”. En cuanto a sensibilización nos queda un largo camino que recorrer en el cual todos nosotros podemos aportar un paso. Los animales no son un juguete que usar y tirar. En la sociedad de consumo en la vivimos uno se cansa de todo, lo tira y se compra otro nuevo. Cuando se adquiere una mascota debemos de ser conscientes de que nuestra vida va a cambiar. Es una responsabilidad enorme para toda la vida. Tendremos que privarnos de algunas actividades, gastar un dinero extra, modificar quizás nuestras vacaciones, mojarnos bajo la lluvia al pasearlo, abrasarnos bajo un sol de justicia…Cambios que valdrán la pena, porque un cariño sin condiciones es difícil de conseguir y ellos te lo brindan, por ser tu, su dueño.
Silvia Nogales. PUBLICADO EN EL PERIODICO HOY DE BADAJOZ
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