Como la bellota
No podemos escondernos usando la cómoda excusa que nos "declara" como no escogidos -o que no tenemos cualidades especiales. Si somos cristianos hemos sido elegidos. Si hemos sido elegidos, entonces esas cualidades deben desplegarse en el grado de santidad al que Dios nos llama, deben desplegarse a medida que crecemos en él. Una pequeña bellota no tiene idea del imponente roble que llegará a ser, pero a pesar de eso, toda la estructura necesaria para producir un árbol gigante está contenida en esa pequeña semilla. El tiempo, la lluvia, el sol, el frío y las tormentas harán brotar la belleza escondida, la altura espectacular y el tronco fuerte que dará sombra y alegrará el corazón del hombre. Jesús nos ha comparado con una semilla sembrada en la tierra de Su gracia. Ha descrito cómo algunos de nosotros respondemos a Él con nuestros esfuerzos por crecer y a pesar de los obstáculos que nos lo impiden. Antes de ver cómo podemos ser santos, sería bueno mencionar las razones que da Jesús por las cuales no llegamos a serlo. Necesitamos entender claramente cuáles son las excusas que ponemos y nuestras propias objeciones.
(Tomado de la red)
La siguiente reflexión surgio de la lectura de este mensaje enviado por un hermano, con quien compartimos un espacio durante algun tiempo:
Hoy me pensé bellota. Los pensé bellotas a cada uno de los hermanos que participan de nuestra Comunidad. Me vi y los vi con la estructura necesaria para producir un árbol gigante en el Reino de Dios, pues todo lo que se necesita para ello, lo alberga nuestro corazón. Nuestra semilla tiene origen divino. La oración, el calor del amor, la aceptación del otro, las pruebas vividas en Gracia, empequeñecerán nuestro yo y le permitirán brotar liberando a la luz la belleza escondida. Con sólo decir Sí, la semilla germinará. No hay otro mérito de nuestra parte. Y los acontecimientos del mundo que hasta hoy nos parecían esenciales serán efímeros, en contraposición con la grandeza de la Gloria de Dios. Y transitaremos la vida en busca de la Vida. Karmel
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