“¡Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una
fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en Ti!”.
Oración:
Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con Tu favor
y aumenta Tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos,
sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con Tu Santa Voluntad, la cual es idéntica con
Tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien con Vos y el Espíritu Santo manifiesta
Misericordia hacia nosotros por siempre.
Amén