“Queridos hijos: En este tiempo de gracia los invito a todos a la conversión. Hijitos, ustedes aman poco y oran aún menos. Están perdidos y no saben cuál es su propósito. Tomen la cruz, miren a Jesús y síganlo. Él se entrega a ustedes hasta la muerte en la cruz, porque Él los ama. Hijitos, los invito a regresar a la oración con el corazón, para que en la oración puedan encontrar la esperanza y el sentido de su existencia. Yo estoy con ustedes y oro por ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”