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Toni García Arias
Recuerdo
A veces era domingo y llovía. A veces oscurecía de repente y las casas encendían sus luces al fondo de la noche. En una de aquellas luces yo te imaginaba; imaginaba tu habitación llena de peluches, tus juegos de cartas con olores, te imaginaba tendida sobre tu cama escribiéndome cartas de amor, dibujando corazones rosados que contenían mi nombre, y como la imaginación es perversa y no sabe de derrotas, te imaginaba a ti imaginándome a mí del mismo modo.
A veces era domingo y llovía. Por las noches emitían un programa de radio de canciones dedicadas; “Música y Estrellas”. Al principio de cada canción, la locutora leía las dedicatorias. Nunca escuché mi nombre. Y aún así, programa tras programa, derrota tras derrota, yo te imaginaba escribiendo apasionadas cartas de amor que contenían mi nombre, y albergaba la esperanza de que algún día la locutora las leyera.
A veces era domingo y llovía. A veces el desánimo me hundía en la más oscura certeza. Entonces, miraba desde mi ventana las luces encendidas que brillaban al fondo de la noche, y te imaginaba en tu habitación llena de peluches, escribiendo apasionadas cartas de amor que contenían mi nombre, y como la imaginación es perversa y no sabe de años y de derrotas aún me imagino a mí imaginándote a ti del mismo modo.
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