Ibn Sara As-Santarini
Noche oscura
¡Qué negra noche! Se diría que el Tiempo la ha alargado sumándole su vida y, vuelve, al terminar, a su principio; habla la gente de su longitud cuando sólo el crepúsculo ha pasado. La sombra de las nubes se hizo más densa, no distinguían los ojos el cielo de la tierra y, al brillar el relámpago a lo lejos, parecía un negro etíope sonriendo entre lágrimas. Entonces con la espada de la resolución la cabeza corté de esas tinieblas y con su sangre he teñido la túnica de la aurora. Para el hombre de miras elevadas no hay nada que produzca más desdichas que el viaje nocturno: cuando muere el apoyo de la voluntad, no es posible iniciarlo. Saludo a quien encuentro según lo que en él veo, no hay nada extraño en eso: el agua adopta el color del recipiente.
(Recopilación y traducción de Teresa Garulo)
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