La cojita está embarazada. Se mueve trabajosamente, pero qué dulce mirada mira de frente.
Se le agrandaron los ojos como si su niño también le creciera en ellos pequeño y limpio. A veces se queda viendo quién sabe qué cosas que sus ojos blancos se le vuelven rosas.
Anda entre toda la gente trabajosamente. No puede disimular, pero, a punto de llorar, la cojita, de repente, se mira el vientre y ríe. Y ríe la gente.
La cojita está embarazada ahorita está en su balcón y yo creo que se alegra cantándose una canción: «cojita del pie derecho y también del corazón».