Entona, ruiseñor, tu alegre trino, y vuestra voz al infinito ascienda, gritad vuestro secreto al orbe entero, himno de amor que escuchen las estrellas.
La mismísima vida de la vida será siempre el amor, la vida entera. En el diario vivir para el amado brillará la razón de la existencia, de vuestros pasos refulgente gloria, y el esplendor del ser con vida nueva.
Cada hoy que viváis junto al amor hará de vuestro caminar prudencia, de los sueños, fructífera esperanza, del cansancio del día, fortaleza.
Que cante el ruiseñor su alegre trino, y vuestra voz al infinito ascienda, conozca vuestra dicha el nuevo día, celebre vuestra unión toda la tierra.
Sellad, con vivo amor, amor tan grande, tan verdadero amor, que nunca muera.