“Nuestro pan, nuestro pan diario, danos hoy. Mateo 6:11
Diario – Estoy en deuda con Ernst Lohmeyer por su trabajo magnifico sobre La Oración del Señor. Gran parte de éste pensamiento subraya nuestra apreciación de este modelo de oración. Su muerte prematura robó al mundo de un hombre de introspección y erudición.
Su libro, que ha dejado de imprimirse hace mucho tiempo, es una exposición monumental del pensamiento de la oración de Jesús. Vale la pena citar su resumen de la oración en la discusión de este versículo.
“Esta petición también explica el plan de toda la oración. Los hijos de Dios, juntos, por así decirlo, que comparten alimentos en la mesa de su Padre, son aquellos que pertenecen únicamente a su Dios y Padre en el cielo; ellos pueden y hacen esto, porque como los ángeles de Dios están a Su servicio. Y son los hijos del hombre hambrientos de comida, quienes oran por libertad del hambre y deudas, de la tentación y la enemistad; deben y hacen esto, porque están necesitados y son deudores sobre la tierra.
En la dualidad de este carácter pertenecen a ambos ámbitos, al primer, en el cual el nombre y reino y voluntad de Dios prevalecerán, y al postrer, en el cual la culpa y la tentación y el sufrimiento los rodean. Son el vinculo entre Dios y el hombre, entre mañana y hoy.” (p. 138)
Lee esto de nuevo, por favor. Lentamente. Aquellos que califican a orar “de esta manera” son Sus hijos. Orar así no es para todos. Ciertamente no es para quienes meramente dicen palabras como liturgia. Solo los invitados a la mesa del banquete del Altísimo pueden hablar así al Padre. Comienzan exaltándolo. Terminan reconociéndolo. Existen para hacer Su voluntad – y pararse entre el cielo y la tierra como ejemplos de SU carácter. Y hacen esto a diario.
La clave a esta parte del modelo de oración es la palabra griega extraña epiousios (diario). Ha causado mucho debate entre traductores, primordialmente porque nunca se ha utilizado en ningún otro lugar. Lohmeyer arguye, convincentemente, que esta palabra mira hacia el pasado y al futuro al mismo tiempo.
Experimentamos la provisión de Dios en la vida como suceso cotidiano de gracia. Esa ciertamente es la perspectiva del Antiguo Testamento. Dios es bueno. El provee. Le rendimos gratitud por nuestra historia de Su provisión. Pero Yeshua dice algo más. Dios continuará siendo bueno. Sus propósitos sucederán.
Su gracia florecerá más y más hasta que, un dia, experimentaremos Su plenitud por nosotros. Ese es el Reino venidero. Ya ha arribado. Pero aun está en camino. Podemos verlo al mirar retroactivamente la maravillosa benevolencia de Dios hacia nosotros. Pero aun está en camino. Nuestra esperanza es segura porque El se ha mostrado lleno de gracia y misericordia, pero aun permanece lleno de esperanza. Anticipa el pleno reino y gobierno de Dios donde el diario se convierte en eterno.
Hoy, como hijos de Su gracia, ven y come a la mesa…a la Mesa de Dios. Disfruta lo que Él ha hecho y hace – y regocíjate de lo que aun hará. Hoy tú eres un hijo de ayer y mañana