La nochebuena de
Santa Claus
Era Nochebuena y el aire estaba tan helado que hasta cortaba .
La mágica luz de las estrellas,
posándose sobre los copos de nieve iba
haciéndolos brillar como brillantes.
Justo en aquel momento Santa Claus atravesó el cielo montado
en su trineo cargado de juguetes y tirado por sus diez renos voladores .
Iba a ser la segunda vez que Santa Claus salía en Nochebuena a
repartir regalos , y estaba muy ilusionado .
Tan contento que reía y cantaba sin parar mientras el viento
pasaba de largo silbándole en los oídos .
La escarcha se esforzaba por pellizcarle en las
mejillas con heladas tenazas pero cómo Claus
se reía sin darle la menor importancia,
acabó por darse media vuelta, marchándose de allí.
Santa Claus , montado en su trineo ,
se dirigía en su trineo nuevo hacia varias de
las dispersas granjas de por allí .
¡Aquella era su noche, para la que había
estado trabajando durante todo el año!.
Al llegar a las casas descendía por las chimeneas dejándo
sus regalos a los pequeñines y después
marchaba rápidamente a otra aldea para seguir
con su tarea . Estuvo trabajando durante
casi una hora, repartiendo juguetes entre para luego
volver a emprender el viaje diciendo
:"¡Ho,ho,ho!" . ¡Aquella era para él una noche muy especial!.
A sus ciervos les gustaba tanto escuchar el
tono grave de su voz ,que con sus pezuñas
marcaban el ritmo sobre la congelada nieve .
Enseguida llegaron volando ante otra chimenea
y Santa Claus, con los ojos y cara enrojecidos
por el viento helado , descendió por ella para dejar sus regalos .
Los ciervos galopaban veloces de tejado a tejado y
mientras su conductor se apresuraba en repartir los
regalos entre los niños dormidos.
Y sólo cuando el saco hubo quedado completamente
vacío, regresaron a casa .
Al llegar a su cabaña , el pobre Santa Claus
estaba tan cansado de repartir juguetes y de
trepar y saltar por las chimeneas que agotado,
se lanzó sobre la cama y enseguida se quedó dormido
como un tronco. Y mientras dormía,
el sol del día de Navidad apareció en el cielo
brillando sobre los centenares de hogares felices
en donde el alegre murmullo de las risas
proclamaba que Santa Claus les había hecho una visita .
L. Franz Baum