Dejarè que el mar arrastre mi corriente y me conduzca sin màs a la deriva, soy agua de rìo dulce y del poniente, del horizonte azul, que a la noche esquiva.
Serè gaviota buscando una escollera, luz y retoño remontados en calma, rumor de invierno venido a primavera, para extirpar el dolor, que escondo en mi alma.
Fuego centellante en mi interior habita, de desbocados destellos fulgurantes, que por amarte mi corazòn palpita, y de rincòn en rincòn, vibra como antes.
Sàbes que yo puedo amarte de mil formas, porque tù siembras amor en mis regazos, porque a la hiel en mieles la transformas, cuando me haces fenecer entre tus brazos.
Mi amor, mi incondicional sueño adorado, luz de mi alma sedienta, que en paz te espera, simiente de vida y otoño olvidado, Mi amado inmortal, mi vida te venera.
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