Léelo solamente si tienes tiempo para Dios… Déjame contarte y asegúrate de leer todo esto hasta el final… Yo casi borro este mensaje, pero fui bendecido cuando llegué al final…
Asunto: Leer solamente si tienes tiempo para Dios.
Fácil vs Difícil
· ¿Por qué es tan difícil decir la verdad y tan fácil mentir?
· ¿Por qué tenemos tanto sueño en la iglesia, pero cuando termina el Sermón repentinamente estamos tan despiertos?
· ¿Por qué es tan difícil hablar de Dios y tan fácil decir cosas sucias?
· ¿Por qué es tan aburrido leer una revista cristiana, y tan divertido hojear una con contenido repugnante?
· ¿Por qué es tan fácil borrar mensajes de Dios y reenviar mensajes sucios?
· ¿Por qué las iglesias y templos se vuelven más pequeños mientras los bares y discotecas crecen en tamaño?
· ¿Te das por vencido?
Piensa si vas a re enviar este mensaje o lo vas a borrar. Solo recuerda que Dios está observándote…
– ¡Que Dios te guarde y te bendiga siempre! –
Espero que seas tan bendecido como yo lo fui al leer la siguiente historia y aún así me pregunto cuánta gente lo borrará sin ni siquiera leerlo solo por el título.
Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:
– ¡Si Señor!... acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir. – ¡Cayeron todos! – ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús. – ¡Ah!, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. – Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. ¡Realmente me voy a divertir!
– ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús. – Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo. – ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús. – ¿Qué?... ¡ah, tu no quieres a esa gente!... ellos no son buenos. – ¿Por qué los querrías tomar.?... si tú los tomas, ellos te odiarán. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán… – ¡Tu no quieres a esa gente! – ¿Cuánto quieres por ellos?, preguntó nuevamente Jesús a Satanás. Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió: – Toda tu sangre, tus lágrimas, tus dolores, en suma… ¡quiero toda tu vida! Entonces Jesús dijo muy firme y solemne: – ¡HECHO!...
Y así fue como pago el precio por todos y cada uno de nuestros pecados.
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