Este dolor que siento en mi alma, con nada se calma. Acaba con mis esperanzas y todas mis añoranzas.
Soñé con encontrar amor pero solo encontré dolor. Creí encontrar al hombre ideal, pero que triste fue saber que no me era leal.
Parecía tan especial, con esa mirada tan angelical. Pero resultó ser un mentiroso. Aunque eso no le quita lo hermoso.
Hice todo por tenerlo y no dudé en merecerlo, pero que triste fue el desengaño que me llevé después de amarlo medio año.
En clases era el más erudito mientras que afuera era el más maldito. Resultó ser un lobo horrible vestido de blanca oveja sensible.
Parecía tan respetuoso y con ese porte majestuoso nadie hubiera imaginado que no era más que un desgraciado.
Aunque yo sabía que el tenía un pasado, me hizo creer que ya estaba olvidado. Pero como el cruel destino no deja sus hilos de tejer ayer me enteré que el muy cínico aún seguía con su anterior mujer.
Lo importante es que llegué a saber lo que este infeliz trató de hacer, menos mal que no soy una tonta que de miedo o de amor sus problemas no afronta.
Sólo sé que todo pasa por alguna razón, tal vez le espera algo mejor a mi noble y dolido corazón, tal vez sea como en el cuento de hadas aquel que dice que hay que besar a más de un sapo malvado antes de encontrar al verdadero príncipe encantado.
Tal vez todo esto es para que aprenda. Y que mi gran cabeza dura al fin comprenda que no debo creer en ningún hombre, aunque sea muy bonito lo que me dijera. Por que según parece, todos están cortados con la misma tijera.
D/A