Seguir luchando para conquistar un sueño
Dios no nos hubiera dado la posibilidad de soñar, si no nos hubiera dado la oportunidad de hacer realidad nuestros sueños.
Si tienes un sueño, vive por él, intenta alcanzarlo y si te das cuenta que no puedes, quizá necesites hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en tu vida y entonces, con otro aspecto, con otras circunstacias y con otras posibilidades diferentes lo lograrás!!!
Un dia un pequeño gusano caminaba en dirección al sol.
Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes:
¿Hacia donde te diriges? le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga le contestó: Anoche tuve un sueño: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle.
Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo. Sorprendido el saltamontes dijo, mientras su amigo se alejaba: ¡Debes estar loco! ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar? ¡Tú, una simple oruga! Una piedra será para tí una montaña, un pequeño charco será como un mar y cualquier tronco será una barrera infranqueable. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó.
La oruga siguió su camino habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.
Del mismo modo, la araña, la rana, el topo y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir del sueño.
¡No lo lograrás jamás! le dijeron.
Pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotrado y sin fuerzas, a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar.
Estaré mejor mañana, fue lo último que dijo y murió.
Todos los animales del lugar por días fueron a ver sus restos. Ahí yacía el animal mas loco del bosque.
Había construído con su tumba un monumento a la insensatez.
Ahí estaba un duro refugio, digno de una que murió “por querer alcanzar un sueño irealizable”
Una mañana brillante de sol, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos.
Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas color arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos:
UNA MARIPOSA HERMOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
El éxito en la vida no se mide por los que haz logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino. Por tanto, lucha con todas tus fuerzas por tus sueños y los alcanzarás, no importa las veces que debas intentar ni las fortalezas que se levanten en contra, no hagas oído de aquellos que intentan frenarte o desanimarte, sigue hasta el final.
Salmo 39:7
Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.