¿Te has preguntado alguna vez cómo es posible que tus
dientes resistan tanta
presión durante años teniendo en cuenta que el
esmalte que los forma es igual de resistente que el cristal? El ingeniero Herzl Chai, de la Universidad de Tel Aviv y sus colegas de la Universidad George Washington han obtenido una respuesta tras analizar en profundidad centenares de dientes. Según muestran sus investigaciones, existen unas estructuras altamente sofisticadas en el
interior de nuestros incisivos, molares y colmillos que los mantienen durante décadas de una sola pieza, y que podrían servir de
inspiración para la industria automovilística y para la construcción de futuras naves y vehículos espaciales.
"Los dientes muestran propiedades mecánicas graduadas y una
geometría similar a la de una
catedral, y a lo largo del tiempo desarrollan una red de micro-rendijas que les ayudan a resistir el estrés”, explica Chai. Esto
evita que se fragmenten a pesar de morder caramelos, nueces, pipas y otros alimentos “duros”. Además, a diferencia de la cubierta de fibra de carbono de las
aeronaves modernas, la estructura de los dientes no es plana y laminada, sino
ondulada, y las fibras se ordenan en matrices. “Una catedral es una imagen perfecta para entender cómo se disponen las distintas capas en los
dientes”, añade Chai, que está convencido de que las piezas dentales serán una fuente de bioinspiración para los ingenieros.