Estalla la natura en la belleza
de colores y luces fulgurantes,
y no puedo dejar un solo instante,
de pensar en Mi Dios y Su Grandeza.
Renace a la vida lo que estaba muerto,
y el seco ocre se transmuta en flores,
regalando a la vista mil colores
en un resucitar sobre lo abyecto.
El pimpollo, estalla en los rosales,
y el verdor se hace alfombra a su realeza,
con cristales de auroras que en simpleza
parecen destellar sus manantiales.
Suena al oído el renacer de un himno
de gorjeos y trinos matinales,
cuando el rayo tibio, pareciera darles,
su perfil más cálido y lozano.
Todo es belleza, sonido y claridades,
en la placenta que guardó el encanto,
de dar a luz en un silente parto,
un nuevo renacer de eternidades.
Y sin embargo, yo sigo en la tristeza,
de vivir dentro mío un nuevo invierno,
sin lograr diluir el hielo interno
para alcanzar la primavera que comienza.
¡Sin ti…!,
las estaciones son perpetuas,
y siempre el alma se mantiene inerte,
pues no se rinde al destino de perderte
y su angustia día a día se acrecienta.
¡Sin Ti…!
El pimpollo y la rosa se marchita.
El canto del gorrión se vuelve triste.
El astro sol y su calor no existen.
La mariposa en su volar se precipita.
¡Sin Ti…!
Las rosas blancas se entristecen
y el ala del gorrión evita el vuelo,
y sufro en el perpetuo desconsuelo
de que tus labios a mis labios besen.
¡Primavera sin Ti…!
¡No es primavera…!
No alcanza en su esplendor a reemplazarte.
Primavera para mi, es: ¡El Besarte…!
¡Y el encontrarte después de tanta espera…!
¡Primavera…!:
¡Son tus ojos en los míos!
Nuestras manos muy juntas
y enlazadas.
¡Primavera…!:
Son palabras soñadas
que deseamos oír de
quién se Ama.
¡Primavera…!:
Es tu risa en su frescura,
y la caricia que nace
improvisada.
Es una lágrima tímida…
Asomada …
En la emoción de
recibir ternura.
¡Primavera…!
¡Primavera eres Tu…
Mi dulce Amada…!
Que logras devolverme
el alma muerta,
en un feliz despertar…
¡Resucitada...!
¡Primavera sin Ti…!
¡No es Primavera…!
Y es por eso,
Estalla la natura en la belleza
de colores y luces fulgurantes,
y no puedo dejar un solo instante,
de pensar en Mi Dios y Su Grandeza.
Renace a la vida lo que estaba muerto,
y el seco ocre se transmuta en flores,
regalando a la vista mil colores
en un resucitar sobre lo abyecto.
El pimpollo, estalla en los rosales,
y el verdor se hace alfombra a su realeza,
con cristales de auroras que en simpleza
parecen destellar sus manantiales.
Suena al oído el renacer de un himno
de gorjeos y trinos matinales,
cuando el rayo tibio, pareciera darles,
su perfil más cálido y lozano.
Todo es belleza, sonido y claridades,
en la placenta que guardó el encanto,
de dar a luz en un silente parto,
un nuevo renacer de eternidades.
Y sin embargo, yo sigo en la tristeza,
de vivir dentro mío un nuevo invierno,
sin lograr diluir el hielo interno
para alcanzar la primavera que comienza.
¡Sin ti…!,
las estaciones son perpetuas,
y siempre el alma se mantiene inerte,
pues no se rinde al destino de perderte
y su angustia día a día se acrecienta.
¡Sin Ti…!
El pimpollo y la rosa se marchita.
El canto del gorrión se vuelve triste.
El astro sol y su calor no existen.
La mariposa en su volar se precipita.
¡Sin Ti…!
Las rosas blancas se entristecen
y el ala del gorrión evita el vuelo,
y sufro en el perpetuo desconsuelo
de que tus labios a mis labios besen.
¡Primavera sin Ti…!
¡No es primavera…!
No alcanza en su esplendor a reemplazarte.
Primavera para mi, es: ¡El Besarte…!
¡Y el encontrarte después de tanta espera…!
¡Primavera…!:
¡Son tus ojos en los míos!
Nuestras manos muy juntas
y enlazadas.
¡Primavera…!:
Son palabras soñadas
que deseamos oír de
quién se Ama.
¡Primavera…!:
Es tu risa en su frescura,
y la caricia que nace
improvisada.
Es una lágrima tímida…
Asomada …
En la emoción de
recibir ternura.
¡Primavera…!
¡Primavera eres Tu…
Mi dulce Amada…!
Que logras devolverme
el alma muerta,
en un feliz despertar…
¡Resucitada...!
¡Primavera sin Ti…!
¡No es Primavera…!
Y es por eso,