Valedera la tesis de Guarch
ALEXIS ROJAS AGUILERA
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HOLGUÍN.—La tesis del doctor en Ciencias Históricas José Manuel Guarch Delmonte, sobre la condición de sitio de contacto y convivencia entre aborígenes y colonizadores hispánicos del célebre residuario de Chorro de Maíta, en el cerro de Yaguajay, en Banes, tiene nueva confirmación.
La cronología de este cementerio confirma su carácter excepcional para Cuba.
Se trata del estudio de las piezas metálicas encontradas en el cementerio localizado allí a mediados de la década de los ochenta del pasado siglo, por una expedición del Departamento Centro Oriental de Arqueología, del Ministerio de la Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la cual él encabezó.
La investigación, desarrollada en fecha reciente en laboratorios del Instituto de Arqueología del Colegio de Londres (Gran Bretaña), demostró la procedencia europea y sudamericana de esos objetos antiguos y se considera un trabajo muy completo, de valor para toda el área del Caribe.
Las evaluaciones con equipos de avanzada tecnología posibilitaron definir que varios objetos se elaboraron a partir de latón europeo y otros con una aleación de oro, cobre y plata, probablemente de una cultura que floreció en Colombia y que se vincula con la cabeza de avecilla encontrada en el cementerio.
La cronología del cementerio de Chorro de Maíta confirma su carácter excepcional para Cuba y la región caribeña y deja sentado que una parte de los enterramientos se realizaron tras el inicio del proceso de conquista y colonización española, a principios del siglo XVI.
El arqueólogo Roberto Valcárcel, quien estudio profundamente las evidencias halladas en el cementerio, apuntó que las conclusiones del trabajo realizado en Inglaterra abren interesantes perspectivas sobre el tema, la temprana relación entre las culturas aborigen e hispánica.
También sobre la existencia previa e incluso posterior de algún tipo de relaciones de intercambio entre los aborígenes asentados en Cuba y los de América del Sur, a partir de la aparición de objetos usados en ritos mortuorios verificados en Maíta, precisó el investigador, quien asistió en Londres a la materialización de esos estudios.
No obstante, indicó, debe establecerse si tales objetos arribaron con los europeos o fueron obtenidos antes por nuestros aruacos.
El cementerio de Chorro de Maíta, ubicado cerca de la playa Guardalavaca, exhibe en los más de 100 enterramientos descubiertos, todas las formas de estos registradas en Cuba y en otras partes del Caribe.
Lo que hizo pensar al desaparecido estudioso José Manuel Guarch la presencia de una prueba de la convivencia más o menos prolongada de aborígenes y españoles. El avance del conocimiento va concediéndole razón. Queda mucho trecho por andar. Maíta sigue guardando incógnitas