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General: Biotecnología .-Luz roja a las amenazas de extinción
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 27/10/2013 07:35 |
Luz roja a las amenazas de extinción
ORFILIO PELÁEZ
Junto con el cambio climático, la degradación de los suelos y la deforestación, la pérdida de la diversidad biológica figura en la lista de los problemas ambientales más acuciantes del planeta.
El libro Rostros en peligro, especies cubanas amenazadas, es una valiosa contribución al conocimiento de la fauna cubana.
Datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), sostienen que durante las últimas tres décadas se extinguieron 21 especies de aves a nivel mundial, mientras que en el caso de los mamíferos la cifra rebasa las 70 desde el siglo XVI a la fecha, y más de 1 000 están hoy amenazadas.
La tasa actual de pérdida de especies es cien veces mayor que la mostrada en los registros fósiles, por tanto no pocos especialistas afirman que la humanidad asiste al sexto gran evento de extinciones de toda la historia evolutiva de la vida en la Tierra.
Y según esos criterios, la diferencia es que ahora ello obedece a la acción irresponsable del hombre y no a otros fenómenos, como sucedió en el pasado.
Hoy la principal amenaza a la conservación de la diversidad biológica proviene de la alteración y la pérdida del hábitat natural de las poblaciones de plantas y animales.
En ello incide el crecimiento de la actividad minera a cielo abierto, la construcción de infraestructuras, la explotación maderera, el aumento de asentamientos humanos urbanos, la contaminación, la introducción de especies exóticas, así como la caza y la pesca irracional, entre otros factores.
OBRA DE INESTIMABLE VALOR
Poseedor de la mayor superficie de todo el Caribe insular, el archipiélago cubano atesora una rica diversidad biológica reconocida internacionalmente. Baste señalar que el Instituto de Recursos Mundiales ubica a la mayor de las Antillas en el lugar quince, entre más de doscientos países, por la importancia del número de especies de plantas endémicas existentes.
El Carpintero Real y el Guacamayo figuran entre las especies cubanas ya extinguidas.
Con relación a los anfibios, estos ocupan el puesto diecisiete, en tanto los reptiles aparecen situados en el catorce y las aves en el veintitrés.
Tales cifras alcanzan mayor relevancia si consideramos que las naciones ubicadas en la vanguardia de esos indicadores son de gran tamaño, como es el caso de Australia y China.
Sin embargo, nuestra biodiversidad sufre también las consecuencias de la pérdida o transformación del hábitat natural de no pocas especies y son varias las que ya se extinguieron, entre ellas el Guacamayo y el Carpintero Real, mientras que el Manatí y el Gavilán Caguarero están en peligro de extinción, y requieren de la ayuda humana para sobrevivir.
Recientemente tuvo lugar la presentación del libro Rostros en peligro, especies cubanas amenazadas, valiosa obra que en alrededor de 300 páginas y cientos de fotografías, muestra con el máximo rigor toda la información científica actualizada, referida al estado de las poblaciones, nivel de endemismo, impactos ocasionados por el hombre y acciones de conservación puestas en marcha, de moluscos terrestres, arañas, escorpiones, libélulas, peces de agua dulce, anfibios, reptiles, aves, mamíferos.
Como señala a Granma Julio Larramendi Joa, uno de los editores del texto junto con el Doctor en Ciencias Geográficas Nicasio Viña Dávila, se trata de un intento por mostrar la enorme riqueza de la fauna cubana, incluyendo especies en algún grado de amenaza, y la impostergable necesidad de protegerlas.
Fruto del esfuerzo de un colectivo de autores formado por trece reconocidos investigadores de diferentes instituciones, el libro muestra los perjuicios causados a nuestra biodiversidad por la introducción y dispersión de plantas y animales exóticos.
Tal es el caso reciente de la claria o pez gato, un fuerte depredador de gran voracidad, adaptabilidad y alto poder de reproducción, que constituye un serio peligro para la subsistencia de la ictiofauna autóctona.
También pone de manifiesto los significativos daños que la sobreexplotación comercial ocasionó a la estabilidad de determinadas especies de peces, y los severos impactos que ocasiona a la ecología el vertimiento de contaminantes industriales no tratados, y basura de todo tipo hacia el mar, ríos y arroyos.
Es oportuno mencionar que anualmente miles de aves y tortugas marinas ingieren desechos plásticos que le provocan una muerte lenta y dolorosa.
Fuente de consulta ineludible para especialistas, profesores y estudiantes interesados en la temática, Rostros en peligro¼ rinde homenaje a la memoria de las doctoras Rosa Elena Simeón, María Elena Ibarra, y al realizador Jorge Ramón Cuevas.
Constituye, sin duda, un llamado de alerta y convocatoria en la búsqueda de la necesaria armonía entre desarrollo y conservación del medio ambiente, un instrumento para comprender con claridad que salvar la biodiversidad es una premisa estrechamente vinculada a la supervivencia de la propia especie humana. |
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Soñadores con los pies sobre la tierra
Entrevista a Eulogio Pimentel Vázquez, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey
MIGUEL FEBLES HERNÁNDEZ
Habla tan rápido que a duras penas se puede atrapar todo cuanto dice. Lo cierto es que, una vez en poder de la palabra, deja escaso margen a sus interlocutores, quienes se ven envueltos, por obra y gracia de su especial simpatía, en el fascinante mundo de las ciencias y su implicación socio-económica.
La vacuna Gavac constituye hoy el producto líder del centro científico camagüeyano.
Sucede lo mismo ahora, cuando Granma le solicita a Eulogio Pimentel Vázquez, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey, su criterio acerca de los resultados de la gestión investigativa, productiva y comercial de la institución durante el año 2011.
"Nuestro centro, inaugurado por el compañero Fidel el 25 de julio de 1989, es decir, hace poco más de 22 años, tiene como misión fundamental la fabricación de productos biotecnológicos para aplicarlos con posterioridad en la rama agropecuaria, lo que no niega que incursionemos en la esfera biomédica.
"Como el resto de las instituciones del país, dirigimos los principales esfuerzos a cerrar el ciclo de investigación, desarrollo, producción y comercialización, con el propósito no solo de crear valores científicos, sino generarlos también en el orden financiero, enfocados con especial énfasis hacia el tema de las exportaciones".
“El empeño y la motivación de nuestros trabajadores ha estado fuera de todo cálculo”, asegura Eulogio Pimentel Vázquez, director del CIGB de Camagüey.
—Hasta el 2004, ustedes solo se dedicaban a la investigación y al desarrollo tecnológico, ¿cómo ha transcurrido el proceso de ampliación de su objeto social?
Nuestro crecimiento en términos de facturación ha sido exponencial. El año pasado asumimos un plan productivo cinco veces superior al del 2010 y lo cumplimos, con los mismos recursos humanos y la misma infraestructura, además de cerrar las operaciones con favorables niveles de rentabilidad.
Hoy se puede afirmar que el CIGB se ha convertido en uno de los primeros sectores exportadores de bienes de la provincia de Camagüey, algo que significó un reto muy grande, pero el empeño y la motivación de los trabajadores estuvo fuera de todo cálculo.
—En esos resultados tuvo mucho que ver su producto líder, la vacuna Gavac, ¿no es así?
En efecto. La vacuna recombinante para el control de la garrapata en el ganado bovino ha pasado a estar entre los primeros productos del Sistema CIGB, de acuerdo con los niveles de exportaciones alcanzados. Es decir, ha comenzado a formar parte ya del mapa de productos esenciales de la institución.
Los niveles de producción de Gavac, como se le conoce comercialmente, cubren también la demanda nacional, lo que posibilita la sustitución de importaciones de plaguicidas destinados a disminuir la vulnerabilidad de los animales ante enfermedades provocadas por ese tipo de parásito.
—Otro producto que ha demostrado su eficacia en la agricultura es el Hebernem, ¿podría ofrecer detalles sobre este?
El Hebernem es un bionematicida ecológico cubano muy efectivo en el control de nemátodos (gusanos parásitos), especialmente en casas de cultivos protegidos, aunque también atacan las plantaciones al aire libre, con un impacto significativo en la reducción de los rendimientos agrícolas.
Para combatir dichas plagas, la herramienta por excelencia a la que se acude está basada en el uso de productos tóxicos al hombre y al ambiente. Este tipo de productos es de los primeros en las listas negras por su potencial ecotóxico.
El destino fundamental del Hebernem son las casas de cultivo intensivo de hortalizas. En estos momentos está en fase de ejecución una nueva planta de producción, que debe propiciar un mayor empleo del nematicida a instancia nacional.
—Usted se refería al comienzo de la entrevista a que no descartaban la incursión en la esfera biomédica¼
A partir, precisamente, de un proyecto para una vacuna con fines veterinarios, surgieron evidencias preclínicas de un posible efecto sobre la próstata.
Trascurrieron diez años de investigaciones en diferentes modelos de animales, hasta reunir suficiente información experimental que permitió a la autoridad regulatoria cubana dar la aprobación, en el 2007, para un primer ensayo de seguridad en seres humanos y seis meses después concluyó el esquema de inmunización.
Al no ser un ensayo diseñado para evaluar la eficacia terapéutica, los efectos clínicos positivos obtenidos no son suficientes para dar criterios de las posibles bondades terapéuticas del producto. El estudio dio luz verde para el largo camino de investigaciones clínicas que son necesarias realizar en este tipo de proyecto. Desde el 29 de septiembre del 2011 estamos enfrascados en la segunda fase del ensayo, que tiene lugar en tres sitios clínicos del país y con un mayor número de pacientes.
—¿Hacia qué otras direcciones encaminan hoy el quehacer investigativo en esta institución?
En el centro se labora actualmente en un amplio programa de investigaciones —muchas de ellas en etapa de desarrollo tecnológico—, que permitirán lograr nuevos productos y beneficiar a sectores puntuales de la economía, como la ganadería y la acuicultura.
Vale mencionar, por citar apenas dos ejemplos, los candidatos vacunales contra la fiebre hemorrágica del conejo y contra la peste porcina clásica, ambos en fase de desarrollo y con prometedoras perspectivas, una manera de favorecer, a través de la ciencia, el desarrollo económico del país.
—Finalmente, ¿cuál considera que es la principal fortaleza de la institución que usted dirige?
Sin lugar a dudas, su capital humano. Son 112 trabajadores entregados en cuerpo y alma a la labor investigativa y de producción. |
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Precursor del movimiento científico cubano
Orfilio Peláez
Desde que figuró entre los fundadores y redactores principales del Papel Periódico de La Habana en 1791, hasta su fallecimiento el 30 de marzo de 1849, la vida del sabio Tomás Romay Chacón estuvo vinculada a importantes sucesos que marcaron hitos en el desarrollo de la sociedad cubana de la época, bajo la tutela del colonialismo español.
Tras obtener el título de doctor en medicina en la Universidad de La Habana en junio de 1792, Romay estuvo entre los miembros más prominentes de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la cual llegó a ser su director en 1842.
Dentro de esta prestigiosa institución fue el representante por excelencia de los proyectos de modernización de la enseñanza de la medicina en Cuba, al introducir nuevos métodos basados en la observación y la práctica, además de promover el aprendizaje con renovadores conceptos de la clínica y la anatomía.
Su nombre cobra notoriedad dentro de la naciente intelectualidad de la pujante burguesía criolla cuando el 5 de abril de 1797, y ante los integrantes de la mencionada Real Sociedad, da lectura a su trabajo Disertación sobre la fiebre amarilla llamada vulgarmente vómito negro, enfermedad epidémica en las Indias Occidentales.
La obra constituye el primer estudio científico sobre la fiebre amarilla publicado en el país, y por la cual un año después resulta elegido Académico Corresponsal de la Real Academia de Medicina de Madrid.
Con el apoyo del obispo Juan José Díaz de Espada, se opuso a la práctica de enterrar los cadáveres en las iglesias y dentro del perímetro urbano, por considerarla poco higiénica. Así impulsó la construcción del primer cementerio que tuvo La Habana, el de Espada, inaugurado en 1806.
Pero el hecho que inmortalizó su nombre fue el haber introducido y difundido la vacuna contra la viruela en Cuba. Apenas cuatro años después de ser descubierta por el científico inglés Edward Jenner, Tomás Romay la aplica por primera vez el 12 de febrero de 1804 (acaba de cumplirse el 205 aniversario), a pesar de la fuerte oposición de quienes descalificaban el novedoso procedimiento.
En un histórico gesto de valor y fe en sus conocimientos, vacunó a sus dos pequeños hijos y luego en una demostración pública les inoculó el pus de un paciente con viruela, para demostrar a sus detractores que una persona vacunada no contraería la enfermedad aun cuando se le introdujera el virus activo de un individuo atacado por ese flagelo.
A lo largo de casi cuatro décadas y consciente de su responsabilidad social como médico y científico, aplicó la vacuna antivariólica en todo el país y logró inmunizar a decenas de miles de personas.
Considerado el iniciador del primer movimiento científico que se desarrolló en la Cuba colonial, Romay figura "entre los hijos de este suelo que han servido con gloria a las ciencias, ilustrando al país y honrando a la humanidad", como merecidamente lo calificó el doctor José Nicolás Gutiérrez, otro de los grandes de la medicina de la mayor de las Antillas en el siglo XIX. |
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La expresión de los genes
Un centro avileño de investigación muestra hoy resultados relevantes en proyectos de la biotecnología vegetal
Ortelio González Martínez
Cuando el hoy doctor Justo González Olmedo llegó en 1978 a Ciego de Ávila no imaginó que en esta provincia comenzaría el largo camino de una vida dedicada a la investigación.
Janet, la mejor investigadora joven del centro.
El pequeño laboratorio de biotecnología de los frutales, en uno de los pisos del entonces Instituto Superior Agrícola (en la actualidad universidad Mayor General Máximo Gómez Báez) cautivó al joven graduado de Bioquímica, tal vez sin conocer que aquellos primeros intentos en los cultivos in vitro en las plantaciones de cítricos sería el embrión del centro avileño de Bioplantas.
Entre probetas, microscopios, cultivos y plántulas habla más de realidades que de sueños. Cuba fue el tercer país (después de España e Israel) que logró la floración in vitro de cítricos en 1990.
Por entonces, dice, investigábamos bajo la dirección del doctor Carlos Borroto Nordelo, actual subdirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Así llegaron los proyectos Bioclimatología de los cítricos, Mejoramiento genético de la piña, y muchos otros que han generado más de un centenar de tecnologías de propagación de plantas in vitro para especies de interés agrícola, forestal y ornamental.
Desde el presente, los 27 investigadores (incluidos 11 jóvenes) se asoman al futuro, porque ahora "los genes continúan expresándose, pero ya en condiciones de campo, más cercanos a la vida cotidiana y a la alimentación de las personas".
Lo reafirma el doctor Ramón Santos Bermúdez, director general, cuando explica que las líneas fundamentales de investigación se dirigen al desarrollo de tecnologías para la obtención de semillas de calidad (vitroplantas), al mejoramiento genético de los cultivos para incrementar la resistencia a factores bióticos y abióticos, y la ingeniería de los procesos metabólicos en plantas, como componentes esenciales de los procesos agroproductivos en el país.
La continuidad y la tradición se percibe en Janet Quiñones Gálvez, una de las dos mejores jóvenes investigadoras del pasado año en el centro.
Entró hace tres lustros como técnico, concluyó la Universidad y después la maestría en biotecnología vegetal, para luego iniciar el doctorado. Frente al microscopio se refiere al trabajo en la obtención de "metabolitos secundarios" en el cacao, investigación sin antecedentes en Cuba.
Para los no iniciados en el lenguaje científico, explica: "Son sustancias que la planta produce en estados específicos de desarrollo y periodos de estrés causados por las deficiencias de nutrientes o como defensa ante el ataque de microorganismos que puedan causarle enfermedades. "En años anteriores realicé, junto a otros investigadores y técnicos, un estudio genómico funcional de los procesos de maduración y asimilación de nitrógeno en caña de azúcar, y anteriormente participé en una investigación realizada sobre la tristeza de los cítricos."
El pasado 5 de diciembre este instituto cumplió 15 años de inaugurado. Por sus resultados el centro alcanzó 14 veces el Premio Anual de la Academia de Ciencias de Cuba, ganó en 12 ocasiones consecutivas la condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de Trabajadores de las Ciencias y cuenta con más de 50 publicaciones en prestigiosas revistas de la biotecnología vegetal. Constituye, sin discusión, un colectivo orgullo de su provincia. |
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A Pijirigua le sienta una vacuna
La integración de varios centros científicos cubanos contribuye a la preservación de la salud de la masa vacuna
Enrique Milanés León
Hace unos 15 años La Paz era la guerra. "No se vivía tranquilo, los veterinarios no descansaban y durante los brotes más difíciles, se morían dos o tres animales por día. Las vacas abortaban y a veces perdías el ternero y la madre", confiesa, con el alivio de quien pasó la tormenta, el técnico integral Raúl Bravo Sariol.
La vacuna contiene un antígeno natural que genera una respuesta inmune.
La UBPC La Paz, de la Empresa Pecuaria Triángulo 5, en Camagüey, es sede de curtidos ganaderos que deben sus millones lecheros al esfuerzo propio, al apoyo de otros, a sus vacas¼ y a la vacuna cubana contra la garrapata (GAVAC).
"Este producto ha sido lo mejor en la vaquería 1-3 —continúa Raúl—, aquí paró en seco una explosión de enfermedades asociadas a la garrapata."
Lorenzo Martínez Ruiz, médico veterinario principal de la UBPC, auxilia a su compañero con otra jeringuilla y otra respuesta: "Desde hace cuatro años no registramos enfermedades hemoparasitarias, no gastamos en medicamentos ni tenemos muertes por ese concepto y, por eso, la ganancia en leche y carne es mayor". Otro tanto a favor es que desde hace un cuatrienio las vacas de la unidad no requieren baños con caros productos garrapaticidas de importación.
HECHA EN CASA
GAVAC es un ejemplo de la integración de la ciencia en Cuba. Roberto Basulto Baker, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey, explica la ruta de esta vacuna recombinante.
"En 1993 el CIGB de La Habana inició la producción y distribución nacional de este resultado. La tecnología para producir el ingrediente farmacéutico activo de la GAVAC nos fue transferida en el 2002. Cuatro años después y cumplidos los procedimientos de rigor, nuestra entidad asumió la formulación y envase."
El perfil agropecuario del CIGB agramontino, el peso ganadero de la provincia, la capacidad productiva demostrada y la posibilidad de cerrar el ciclo investigación-desarrollo-producción-comercialización, avalaron la transferencia tecnológica.
La vacuna contiene un antígeno natural que genera en el animal una respuesta inmune. Una vez que reconocen ese mismo antígeno en el tubo digestivo de la garrapata parásita, los anticuerpos del vacuno le ocasionan daños a sus huevos y merman la viabilidad de sus larvas, con lo que se reduce su población hasta el nivel mínimo indispensable para que el ganado logre la inmunización natural.
Hoy este producto de la biotecnología cubana tiene un alto impacto en la gestión del Centro y goza de prestigio, no solo por reducir o eliminar los gastos en baños garrapaticidas, sino también por evitarle, con ello, contaminaciones al medio ambiente, y por controlar las infestaciones de la muy nociva garrapata Boophilus microplus.
Rafael Pimentel Pérez, subdirector de producción del CIGB de Camagüey, manifiesta la capacidad de la institución de satisfacer la demanda nacional de GAVAC y cumplimentar pedidos para la exportación. El subdirector de calidad, Alain Moreira Rubio, apunta que la vacuna dispone de la licencia del Centro de Seguridad Biológica, con garantías para el trabajador y el entorno, además del certificado del Instituto de Medicina Veterinaria y el registro sanitario correspondiente.
Según informó Jorge Jorge Artiles, especialista en Parasitología de la dirección provincial de Medicina Veterinaria, el territorio dispone de más de 276 900 dosis para este primer semestre del año, cifra suficiente para continuar el plan en áreas ya tratadas, iniciar otras previstas y asumir nuevas "pacientes". En todos los casos, la unidad pecuaria debe contar con personal calificado en condiciones de cumplir los requerimientos exigidos en el protocolo de la vacuna.
"De las poco más de 603 800 cabezas vacunas de Camagüey —el mayor patrimonio de ese rubro en Cuba—, más de 430 300 reciben el pinchazo bienhechor", precisó. En sus potreros el horizonte es halagüeño: no sufrirán el deterioro de la piel, las anemias, fiebres, estrés, mermas productivas, abortos y muertes comunes en las víctimas de las enfermedades hemoparasitarias.
Solo en 1993, murieron en la provincia 2 294 cabezas por enfermedades hemoparasitarias asociadas a la garrapata. El año pasado GAVAC dejó bien en claro la valía del talento colectivo: apenas fallecieron 19 vacas en Camagüey por dicha causa.
"Sin adelanto científico no hay producción —decía en su vaquería el técnico Raúl Bravo—, yo le digo a usted que cuando se trata de asegurar la vida, hasta la vaca Pijirigua pide la vacuna". |
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Surfacen pasa la prueba del tiempo
Raisa Pagés y Ricardo López Hevia (fotos)
Aún recuerda la casa de tabla de palma y piso de tierra donde vivían sus abuelos maternos. La ingeniera y doctora en Ciencias Técnicas, Elaine Díaz Casañas, camina por su pueblo natal Güines en el más humilde anonimato.
Elaine y Wilma aseguran que la producción nacional de este medicamento ya cubre todas las necesidades del país.
De modales sencillos, afables, cálidos, sin la afectación de los que se creen el ombligo del mundo, sus vecinos aún no la identifican como una de las científicas cubanas de mayor reconocimiento internacional por su aporte a la salud humana, sino como la muchachita que creció en su pueblo y ahora trabaja en el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA).
Con 39 años, Elaine recibió la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) por el SURFACEN, un producto utilizado para tratar a neonatos con enfermedad de membrana hialina.
La cuidadosa revisión del proceso es fundamental para obtener el surfactante, como exigen las normas de calidad.
Ella desarrolló la tecnología para fabricar este medicamento a partir de pulmones de cerdos. A estos pulmones se les extrae una sustancia conocida como surfactante pulmonar, cuya composición es muy similar en todos los mamíferos, incluyendo al hombre.
Un científico japonés ya había logrado un producto con pulmones de bovinos, el TA o Survanta. La patente de este medicamento fue vendida a una poderosa transnacional de Estados Unidos que lo comercializa a precios muy elevados.
El neonatólogo cubano, Olimpo Moreno, profesor consultante del hospital gineco-obstétrico Eusebio Hernández, lanzó la idea de esta investigación que fue asumida por un equipo de especialistas del CENSA.
Normalmente en nuestros pulmones existen sustancias que ayudan a inhalar y exhalar, los surfactantes endógenos. Cuando un niño nace antes de término carece de estas sustancias, debido a que los neumocitos tipo II, especializados en sintetizar el surfactante natural de los pulmones de los bebés, son de las últimas células que se desarrollan en el feto.
La caracterización bioquímica y los primeros pasos en el control de calidad del medicamento fueron realizados por Wilma Alfonso Lorenzo, máster en Ciencias Farmacéuticas.
La producción nacional del SURFACEN cubrió todas las demandas del país el pasado año. Recientemente se inició un ensayo clínico del uso de este medicamento en el tratamiento del síndrome de dificultad respiratoria aguda en pacientes de 18 a 75 años de edad.
Por la contribución que ha tenido este producto en la disminución de la mortalidad infantil en Cuba, recientemente la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), concedió la Medalla de Oro al SURFACEN obtenido en el CENSA, institución científica que tiene otro reconocimiento similar anterior por el Stabilak, un conservante natural de la leche.
El CENSA y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) son las dos instituciones cubanas que mayor número de medallas de Oro de la OMPI han recibido.
El día que premiaron a Elaine en el memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, su mamá y su hija Anel, de 9 años, rebosaban de alegría. Los vecinos, al otro día, les decían en Güines: Vimos a Elaine por televisión |
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La casa de los antígenos
ORFILIO PELÁEZ
Temidas por su probada capacidad para atacar y enfermar poblaciones completas, las microscópicas bacterias encuentran en los antígenos una barrera muy difícil de franquear en sus insanos propósitos de generar peligrosas epidemias.
Los jóvenes son mayoría en el grupo de investigadores que desarrolló la vacuna cubana contra Haemophilus influenzae tipo B.
Quizás por esa razón, muchos científicos gusten de calificar a los antígenos de verdaderos detectives del sistema inmunológico al tener la crucial misión de reconocer, dentro del cuerpo humano, la presencia de cualquier "intruso".
Una vez identificado el tipo de agente patógeno, dichas moléculas envían el resultado de su pesquisa a las defensas del organismo y casi de inmediato, estas calzan sus armaduras para luchar sin cuartel contra el indeseado visitante.
Conocer cómo ocurre todo este fenómeno de manera natural es clave a la hora de pensar en sintetizar o construir de manera artificial tales sustancias, con la finalidad de desarrollar candidatos vacunales y medios de diagnóstico.
Tales objetivos animan desde hace casi veinte años el quehacer investigativo del Centro de Estudio de Antígenos Sintéticos, adscrito a la Facultad de Química de la Universidad de La Habana.
Para el doctor Vicente Verez Becomo, fundador y actual director de la entidad, trabajar por convertir los oligosacáridos (carbohidratos) en vacunas fue siempre un sueño de su época de estudiante, que afortunadamente pudo hacer realidad.
De ahí que recuerde con agrado aquel día de 1983, cuando apenas llegado de la antigua Unión Soviética, donde se graduó de ingeniero químico, recibió la misión de laborar en el entonces recién creado Laboratorio de Antígenos Sintéticos (LAGS).
El comienzo fue bien difícil. Apenas tenían espacio para montar los instrumentos en el pequeño local, hasta que una noche y después de múltiples e infructuosas gestiones por ampliarlo, él a mandarria limpia derribó casi completa la famosa pared de la discordia y las cosas comenzaron a cambiar.
La pequeña tropa del LAGS demostró muy pronto la posibilidad real de que un centro universitario hiciera ciencia de primer nivel en función de resolver los problemas del país.
Según cuenta Verez, en 1986 se logró sintetizar allí el antígeno de la lepra, resultado que permitió crear el kits diagnóstico de esa enfermedad, utilizado hoy por el Centro de Inmunoensayo en su sistema Elisa.
Pero el mayor desafío al talento de los investigadores y técnicos, asegura, fue asumir en 1989 el proyecto para obtener una vacuna conjugada contra el Haemophilus influenzae tipo B (Hib), bacteria asociada a un alto número de enfermedades infecciosas en niños menores de cinco años, entre ellas meningitis, varios tipos de neumonía, otras del tracto respiratorio y sepsis.
Lo complejo de tamaña empresa estaba en que se trataba de producir y desarrollar por primera vez en el mundo una vacuna del Hib por vía sintética, es decir sin manipular el microorganismo vivo y creando de manera artificial el antígeno.
CRUZADA POR LA VIDA
Tras casi catorce años de desandar por el complicado mundo de las bacterias y moléculas, los especialistas del Centro de Estudios de Antígenos Sintéticos (adoptó ese nombre en el 2001), con la valiosa colaboración en una primera etapa del Instituto Finlay y posteriormente del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, lograron una vacuna totalmente cubana por su soporte tecnológico, muy original, eficiente y competitiva, contra el Haemophilus influenzae tipo B.
El doctor Vicente Verez afirmó a Granma que este producto es el primero de los grandes resultados de la biotecnología cubana salido de un centro universitario del país, y debe incorporarse al programa nacional de inmunización en el segundo semestre del presente año 2003.
Para tener una idea más clara del impacto social y económico de la vacuna, baste decir que según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año muere en el mundo subdesarrollado medio millón de niños por enfermedades provocadas por el Haemophilus tipo B, mientras otras decenas de miles que la sobreviven quedan con sordera, retraso mental y otras secuelas.
Y si bien existen en el mercado internacional vacunas no sintéticas creadas por algunas grandes transnacionales, estas se comercializan a precios inalcanzables para la mayoría de las naciones del orbe.
De acuerdo con los ensayos clínicos hechos en el país, la efectividad de la vacuna cubana es superior al 99% en niños menores de dos años, por lo que su eventual aplicación a escala masiva podría reducir al mínimo la incidencia de meningitis y neumonías asociadas al Hib.
Entonces, los 35 trabajadores que hoy integran las filas del Centro de Estudios de Antígenos Sintéticos, cuya edad promedio no rebasa los 30 años, tienen sobrados motivos para seguir por el camino de la excelencia científica.
Mientras unos hablan del primer millón de dosis producido, otros ya asumen nuevos proyectos relacionados con la bacteria del neumococo y el desarrollo de vacunas terapéuticas contra el cáncer, en estrecha cooperación con otras instituciones. Virar al derecho y al revés los antígenos, es hoy práctica cotidiana. |
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En pos de un hito
ORFILIO PELÁEZ
Primero fue la célebre oveja Dolly en febrero de 1997. Luego vinieron terneros, monos y más reciente hasta conejos. Al margen de las encendidas polémicas entre defensores y detractores, lo cierto es que la clonación es reconocida hoy como uno de los sucesos científicos más revolucionarios de nuestra época.
Laboratorio del CIGB donde se hace la micromanipulación de los embriones en animales de experimentación.
Dicho de manera simple, clonar significa en esencia hacer una copia exacta de otro ser viviente a partir de células somáticas diferenciadas o de otros grupos celulares, a las cuales se les puede reprogramar su material genético para dar lugar a un individuo idéntico al donante inicial.
Si bien la aplicación de tal procedimiento tecnológico para la reproducción humana es rechazada por la gran mayoría de la comunidad científica internacional debido a razones bioéticas bien fundamentadas, no hay duda de que su empleo en la ganadería y otras ramas reportará importantes beneficios para el hombre, una vez resueltas todas las incógnitas existentes sobre el tema.
Por ejemplo, durante la reciente celebración del congreso Biotecnología Habana 2002, dedicado al tema la Agrobiotecnología en el Nuevo Milenio, el eminente científico Keith Campbell, de la Universidad de Nothingham, en Inglaterra, y figura clave en los experimentos que dieron lugar al nacimiento de Dolly, encomió las ventajas de este proceso para hacer más rápida y efectiva la transferencia de genes, a las vez que advirtió sobre las dificultades presentes a la hora de comprender algunos de los mecanismos por los cuales se rige la clonación desde el punto de vista de la biología celular y molecular.
Así, el profesor alemán Goffried Brem habló de la obtención de un rebaño de vacas clonadas que producirán anticuerpos terapéuticos para el tratamiento del cáncer, una de las más promisorias líneas de investigación en este campo.
¿CLONACIÓN EN CUBA?
Según afirmó a Granma el doctor Carlos Borroto, vicedirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Cuba trabaja en el desarrollo y aplicación a corto plazo de una tecnología para clonar animales y obtener en la leche moléculas utilizadas en la elaboración de novedosos medicamentos.
Además del CIGB, en este proyecto laboran también el Centro de Mejoramiento Animal del Ministerio de la Agricultura, el CENSA, el CIGB de Camagüey, la estación de transferencia de embriones Manuel Sanguily, de la propia provincia agramontina, y en una segunda etapa, se incorporará el Instituto de Ciencia Animal (ICA).
Borroto comentó que el país dispone de toda la infraestructura tecnológica requerida (laboratorios, equipos de avanzada, reactivos, etc.) y un capital humano de altísimo nivel, para manipular células de animales y lograr en un día cercano el nacimiento de nuestros primeros ejemplares clonados, empeño donde contamos, además, con la estrecha colaboración de grupos franceses, alemanes y norteamericanos.
Sobre el significado de materializar ese objetivo, el científico respondió: "La clonación es un hito en el desarrollo de la biotecnología. Llegar a ella exige derribar numerosas barreras científicas y tecnológicas, pues hay que dominar a la perfección la fertilización in vitro, la transferencia de embriones, el cultivo de tejidos y otros procedimientos de punta, sin olvidar el más estricto control y seguimiento de las normas de bioseguridad y bioética".
Como señala también el doctor en Ciencias Veterinarias Fidel Ovidio Castro, del CIGB y coordinador del proyecto, vencer todos estos pasos exige una verdadera excelencia en cada una de las etapas del proceso, por tanto no es pretensioso afirmar que cuando la logremos ello marcará un antes y un después en la biotecnología nacional.
Ambos científicos opinan que el uso de la clonación para el mejoramiento genético de razas en el ganado con la finalidad de obtener mayores producciones de leche o carne aún requiere de más desarrollo en el campo tecnológico e investigativo, pues aún quedan muchas interrogantes por responder acerca del comportamiento biológico del animal clonado, y jamás podríamos pasar a su comercialización hasta tanto no se resuelvan tales dudas a nivel internacional y nacional. |
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Reconocen científicos resultados de la biotecnología
Orfilio Peláez
Con total libertad para observar y preguntar, científicos de Estados Unidos, Holanda, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Canadá, España, México, Brasil y otros países participantes en el Congreso Biotecnología Habana 2002, recorrieron ayer laboratorios y plantas de producción del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Acompañados por el doctor Carlos Borroto, vicedirector de la institución, y jefes de varios departamentos, los delegados y la prensa acreditada al evento pudieron conocer de primera mano el quehacer del CIGB en el campo de la biotecnología agrícola, incluidos los principales resultados, líneas actuales de investigación y proyecciones de trabajo.
Por ejemplo, en la división de plantas, los visitantes recibieron una detallada explicación acerca de los trabajos de laboratorio dirigidos al mejoramiento genético de especies vegetales de interés, a fin de hacerlas más resistentes a las plagas y enfermedades, así como los relacionados con las investigaciones de compuestos y microorganismos utilizados en la protección de los cultivos y la salud animal y vegetal.
Ya en las llamadas áreas de casas verdes, supieron de los estudios para obtener proteínas de interés terapéutico, diagnóstico o industrial, en plantas transgénicas, los cuales se realizan con el más estricto cumplimiento de las normas de bioseguridad vigentes a nivel mundial.
Particular admiración despertó entre los científicos extranjeros el saber que el CIGB cuenta con un avanzado sistema de Cluster de Computadoras, una potente infraestructura informática compuesta por máquinas de última generación que permite el procesamiento y almacenamiento de enormes volúmenes de información vinculada a las investigaciones biomédicas y agrícolas, cuya capacidad de memoria es de 1,7 terrabyte, maravilla tecnológica existente solo en un reducido número de países.
Como bien dijeron varios especialistas europeos al término del periplo, Cuba ocupa un sitio destacado en el dominio de la biotecnología, que merece el reconocimiento de la comunidad científica internacional. |
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Destacan aportes de la vacuna cubana contra la garrapata
Orfilio Peláez
Cuba logró reducir de manera significativa la incidencia de enfermedades hemoparasitarias transmitidas por la garrapata en el ganado bovino mediante la aplicación de una novedosa vacuna recombinante desarrollada por especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Denominada Gavac, la vacuna logra la inmunización activa de los animales contra tan dañino insecto y su creciente empleo en el país (hasta ahora han sido protegidos más de 600 000 ejemplares), reporta también importantes beneficios desde los puntos de vista económico y ecológico.
Según los resultados expuestos en el evento Biotecnología Habana 2002, el uso de este logro científico representa un ahorro de millones de dólares anuales, al disminuir las importaciones de los tradicionales garrapaticidas en casi un 90%, y la de los productos utilizados para combatir las patologías transmitidas por ese enemigo de la salud del ganado bovino.
Con respecto al aspecto ambiental, el impacto de la vacuna es muy positivo porque al decrecer el número de baños garrapaticidas dentro de la masa ganadera hay menor cantidad de sustancias químicas que contaminan la leche y el entorno.
Durante el intercambio entre los especialistas extranjeros y nacionales, se reconocieron los aportes de Gavac en la lucha contra la garrapata, así como su inserción dentro del sistema nacional de control integral de la garrapata, diseñado por el Instituto de Medicina Veterinaria.
El doctor Carlos Borroto, vicedirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, comentó a Granma que la vacuna cubana se aplica ya en Brasil, Colombia y México, mientras muchos expertos no dudan en considerarla la más exitosa disponible actualmente en el mercado. |
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