En estos tiempos de globalización neoliberal la humanidad ha tenido que asumir como testigo y activa protagonista una excesiva mercantilización. Todo se vende y en consecuencia todo se tiene que comprar, hasta el punto que en algunos lugares se ha hecho popular la frase: “Aquí se cobra hasta la sonrisa”. Sin embargo, muchas veces se ofertan productos, servicios o actividades que no están avaladas por altos niveles de calidad, ni por adecuada capacitación de sus productores.