Desde la oficialización de la Operación CORU, en República Dominicana el 15 de junio de 1976, dirigida a elevar la escalada terrorista contra las representaciones diplomáticas, comerciales y personal de Cuba en varios continentes en el marco de la llamada “guerra por los caminos del mundo” de las organizaciones anticubanas basificadas en Estados Unidos, con la anuencia de las autoridades de ese país, los actos de terror aumentaron no sólo en cantidad, sino también en la tipicidad de actuar que se convirtió en más violenta.