El asesinato de Facundo Cabral ha producido una conmoción inmensa por la irracionalidad del hecho y por las características de la víctima: un autor de obra personalísima y sostenida a lo largo de décadas en la que conviven el amor y el humor, la crudeza y la ternura. Su vocación libertaria convirtió a Facundo Cabral en un compañero en el viaje interminado (interminable) hacia la utopía.