Antonio Maceo Grajales, sin despojarse del saco, se abre la camisa y le muestra el pecho lleno de cicatrices. Así cumple con el pedido: sería muy interesante que nos narrara algunas de sus hazañas en la guerra, realizado por el periodista Coronado. El héroe llegó a la capital cubana el 5 de febrero de 1890, a bordo del vapor Manuelita.