¿Cómo pudo sobrevivir este país antes de encontrar formidables enemigos acerca de los cuales el gobierno pudiera movilizar el odio y el temor? No recuerdo la década de 1930, cuando la pobreza, el capitalismo, la impiedad, el fascismo, el comunismo, los judíos y el alcohol competían en la mente norteamericana por ser el adversario número uno. No había un ganador evidente.