Que pueda ocurrir un 11 de septiembre o un 30 de febrero, si de febrero, dentro de poco, no es imposible. A lo mejor está pasando ahora mismo. En la alforja política norteamericana hay varias flechas. Una es el regalo envenenado de haber librado al mundo de Osama Bin Laden, y con esa frase acuñada, repetidita, típicas de la propaganda comercial, llevadas a lo cotidiano, todo está dicho.