La reciente visita a Cuba del ex presidente de Estados Unidos James Carter es otro hecho políticamente muy importante que recibe un casi absoluto silencio mediático. Ello no debe sorprender pues constituye un gesto valeroso, contrario al discurso hegemónico, que aporta un soplo de distensión y convivencia pacífica en un momento de inaudita barbarie y descomposición moral del imperio.