El WASR-10 es un fusil de asalto que desde 2006 está de moda en EE.UU. y se vende como producto local. En realidad, es un AK-47 rumano de importación que se modifica y se vende con el sello Made in USA. En el país del Norte hay reglamentos que restringen la importación de armas semiautomáticas de alto poder que no tengan “fines deportivos”, pero el importador estadounidense encontró cómo hacerlo: el exportador rumano les quita todos los dispositivos que podrían denunciar su carácter militar y entran en tanto instrumentos para matar patos. Nadie revisa el estado visual de los funcionarios aduaneros y federales.