En las dos entregas anteriores argumenté la ineludible necesidad de cambiar el modelo económico de Cuba, rectificando errores paradójicamente originados en la voluntad de conseguir toda la justicia social, aunque también en la copia de ciertos modos de hacer de otras experiencias que buscaron construir el socialismo. Si estudiamos el mensaje de Fidel a los estudiantes del 17 de noviembre de 2010(síntesis de las ideas de su discurso de la Universidad de 2005) y los discursos de Raúl Castro desde el 26 de julio de 2009 hasta el que sirviera de conclusión de la última sesión de 2010 de la Asamblea Nacional y los resúmenes de los debates de aquella publicados en la prensa cubana, encontramos varios aspectos centrales.