Estimado Santa Claus, Papá Noël, Viejo Pascuero, o como quiera llamarse o ser llamado: Confieso que siempre le he tenido simpatía porque; en general me gusta Escandinavia, su traje rojo me resulta premonitorio y, porque tras esas barbas siempre he creído reconocer a un filósofo alemán que cada día tiene más razón en lo que afirmó en varios libros muy citados pero poco leídos.