Aunque falten datos sobre los siempre oscuros vericuetos de la política doméstica norteamericana, quizás relacionados con este hecho, han de quedar pocos ingenuos en este mundo que no hayan entendido que, detrás de las sonrisas y palabras amables del actual Presidente de los Estados Unidos, no ha habido ningún cambio real de política ni de ética, ni ningún “nuevo comienzo” ha ocurrido.