Pese al consenso en cuanto a lo imprescindible de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, el camino hacia ese objetivo parece largo y lleno de escollos, y no está claro quiénes son los responsables del estancamiento. ¿Es acaso el exclusivo club de los cinco miembros permanentes, industrializados y nucleares? ¿O el mundo en desarrollo, que tiene poca voz en la toma de decisiones sobre temas de paz y seguridad internacional?