Eusebio Leal Spengler (D), historiador de la ciudad de La Habana, interviene en el debate del informe de la Comisión Cultura, Educación y Sociedad, del VIII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en el Palacio de las Convenciones de La Habana, el 12 de abril de 2014. AIN FOTO/Roberto MOREJON RODRIGUEZ
Intervención del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, en el VIII Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
Quisiera felicitar mucho, ante todo, a todo el Consejo y particularmente a nuestro querido y admirado Miguel (Barnet). Siempre he creído que es una de las más brillantes figuras de nuestra intelectualidad de todos los tiempos, y con una de las más sólidas formaciones intelectuales: antropólogo, poeta, escritor brillante, novelista premiado, orador.
Eso se acerca mucho a ese ideal que magistralmente explicaba la doctora Graziella Pogolotti cuando señalaba el papel de los intelectuales cubanos en el siglo XIX y lo que hicieron y cómo contribuyeron a ir formando, en circunstancias tan difíciles y tan arduas, un ideal de nación; y cómo surgieron allí conflictos y contradicciones, aun entre ellos mismos.
Es inolvidable el sentimiento de pesar y tristeza de (José María) Heredia, que muere lejos de Cuba, y que fue incomprendido por los propios compañeros de generación cuando, por razones estrictamente personales, decidió volver a Cuba en una circunstancia difícil.
Otros cuestionaban a la Avellaneda porque había salido de Cuba y no había regresado; solo para recibir el imponente tributo de la intelectualidad cubana. Estamos celebrando su bicentenario.
Y, desde luego, aquí se ha evocado una serie de nombres que serían infinitos. Cuando uno de los más conspicuos partícipes del evento, nuestro amigo Esteban (Morales) hablaba de la necesidad del monumento a (José Antonio) Aponte, recordaba las palabras de José Martí a José Joaquín Palma, el poeta emigrado que viviendo en Guatemala y compositor críptico del Himno Nacional de aquella patria, fue el primer biógrafo de Céspedes: “Nosotros tenemos héroes que eternizar, heroínas que enaltecer, admirables pujanzas que encomiar. Nosotros tenemos agraviada a la legión gloriosa de nuestros mártires a los cuales debemos nuestros cánticos y nuestro signo, o nuestros trinos y nuestro signo”; quiere decir que serían muchos los monumentos a erigir e incontables las memorias. El subdesarrollo genera como mal terrible el olvido.
Es como si fuese necesario comenzar todos los días. Por eso la doctora Pogolotti, en admirable lección, explicaba la necesidad de la memoria. Aquí en la sala ha estado sentado el primer Ministro de Educación de la Revolución Cubana, el Doctor Armando Hart. Lo fue porque, hijo de una estirpe de pensadores, de abogados, de hombres que creyeron en el derecho, puso su espalda al látigo, la frente alta al juicio, porque fue consecuente con la enseñanza de su padre, el primer magistrado, y primer cubano en llevar la Orden Nacional José Martí, porque puso por medio la sangre de su hermano y porque además durante muchos años, durante el tiempo vital de su acción como Ministro de Educación, tuvimos el privilegio –sobre todo los mayores– de participar en aquel magno acontecimiento que fue la alfabetización.
Los que fuimos alfabetizadores, los que asistimos a la concentración a la Plaza, con los lápices; los que fueron al campo o estábamos en la periferia agónica e infernal de las ciudades, enseñando a leer y escribir, sabemos cómo es esta historia.
No se presenta la Revolución ante la posteridad con las manos vacías, no. Con razón se ha dicho que el magisterio cubano y los maestros cubanos fueron los depositarios del fuego; fueron los que guardaron la estrella radiante.
Eduardo Torres Cuevas, otro brillante intelectual, presidente de nuestra Academia, decía en una oportunidad que el sentimiento precede al conocimiento. Lo primero es el sentimiento. Nosotros no sabemos que nuestra madre es tal hasta mucho tiempo después. Lo primero fue el silencio sepulcral del claustro materno, luego el alumbramiento, luego alguien cuyo palpitante corazón no recordamos, pero que nos nutrió, nos dio vida. Finalmente, identificamos ese ser con la palabra madre.
El General Presidente requería y hablaba de la urgencia de la teoría revolucionaria, un pensamiento leninista, no hay Revolución sin teoría revolucionaria. ¡Pero qué suerte ha tenido este país, que ha tenido una pléyade tan destacada y gloriosa de intelectuales, pensadores, como también de científicos! “¡Cómo es posible!”, preguntaba yo a una persona el otro día. Cada vez me admiro más de Joaquín Albarrán, qué figura, qué extraño misterio el de ese pueblo, Sagua la Grande, que dio figuras tan extraordinarias. ¡Qué privilegio el de San Juan y Martínez, que dio a esas dos inteligencias extraordinarias, a esas dos almas puras y grandes y comprometidas cuyos padres conocí! Entonces nosotros no podemos sentir el desaliento aterrador de que hablaba José Joaquín Palma. Nosotros tenemos que sentir que no es grave ni complejo que en una reunión como esta, más breve o más larga, se discuta o se batalle.
Hace 48 horas cuando esto comenzaba, daba la casualidad de que se conmemoraba aniversario de la gloriosa Asamblea Constituyente de Guáimaro, utopía cubana democrática. Pero no podemos ignorar que, aun allí, surgieron problemas y confrontaciones y visiones diferentes del mundo.
Fue Fidel el único que fue capaz de unir este país, después de haber enfrentado desde el nacimiento de la idea infinitas discordias. Para llegar a la concordia, hemos recorrido un largo camino de sangre, de sacrificio.
El Periodo Especial fue un momento duro del cubano. Salvar a una partida habría sido fácil; pero no lo fue salvar a una nación, hacer pasar a un pueblo por un camino tan angustioso como el paso de Termópilas, pasando trabajos infinitos, y lograr la victoria de podernos hoy reunir aquí de nuevo, con ciertas confortables condiciones que me parecen maravillosas. Ah, pero nos vimos en condiciones tan duras como aquellas que describió Ramón Roa en su criticado y duro libro: A pie y descalzo.
Yo me permito recordar el apasionante prólogo de José Martí a ese libro lindo: Los poetas de la guerra. Todos suscribieron sus versos con su sangre. Y recuerdo la incomprensión de un gran libertador, que no era hombre de cultura, más bien hombre de valor acerado y probado, que, viendo llegar al presidente Bartolomé Masó rodeado de la flor y nata de la intelectualidad, recibió del Presidente la siguiente interpelación: “¿Y a usted qué le pasa, General?”, porque vio que se puso rojo, y este le dijo: “Es que lo veo a usted rodeado de esos bandidos”. Y le dijo: “¿Cómo va a decir usted bandidos, si esto es lo mejor, este es el pensamiento?”. “Yo no sé. A mí me han dicho que son unos poetas”.
Y es que pensaba el adusto libertador que los poetas estaban solo al pie de la lira y el árbol, de la noche, de la estrella, de la rosa y no sabía que casi todos o todos los que ahí estaban fueron mártires y héroes de la revolución cubana. Entonces, no se presenta la Revolución con las manos vacías. Aquí han pasado cosas terribles. Esta nación tuvo que enfrentar y enfrenta –y recientemente se ha denunciado una nueva y más sutil forma– ataque y agresión. Este país ha tenido que caminar recorriendo también sus propios extravíos, como toda Revolución verdadera.
Recuerdo que cuando el Presidente francés me cursó una invitación sorprendente para asistir a la conmemoración gloriosa de la Revolución Francesa y de la Batalla de Valmy, iba entrando el cuerpo diplomático, los eclesiásticos vistiendo su ropa, los embajadores, príncipes de las dinastía antigua que se encontraban allí, la princesa, Napoleón, etc. Y entonces dije yo a mis adentros: “Si alguna de las grandes figuras de la revolución, de los protagonistas de esta conmemoración, apareciera aquí de pronto, todo el mundo saldría corriendo, incluyéndome a mí”. Claro, se sentiría quizás aquella voz terrible que dijo al amigo: “Me precedes en la muerte”, que fueron las palabras terribles dichas por un amigo al otro.
Pero también recuerdo las de Robespierre cuando, en la enfermería con la mandíbula rota por el disparo, teniendo a Saint-Just por compañero, a aquel le dijo señalando los Derechos del Hombre que estaban sobre la pared de la conserjería: “Al menos pudimos hacer algo”.
Nosotros hemos hecho un poco más de algo. No hay un solo rincón de la Tierra donde no se sienta una y otra vez el nombre sonoro y breve de esta isla: Cuba. Somos una isla y somos como aparecemos aquí en la sala: como decía yo hace un rato a mi amigo el Chino (Eduardo) Heras, qué mezcla somos, qué creación, qué fascinante creación se ha hecho sobre nosotros. “Se han vertido en ti cien pueblos”, como decía el poeta. África infinita, España infinita, la huella indígena en nuestra sangre, los que vinieron del país del loto, como dijo Dulce María Loynaz, y todos esos esclavos. Y crearon un pueblo que, como decía en un verso bello Martí, cantado como nadie por Miriam Ramos: “qué dulcísimo, qué dulcísimo nombre: Cuba”.
Entonces, en nombre de eso, diría, debemos salir porque ya se aproxima la hora, sabiendo que hemos logrado un éxito en el Congreso, que se ha escuchado la opinión, que se ha discutido, que ha habido momentos –como es lógico– de tensiones, que ocurren en el seno de la mejor familia, que han elegido a un granado Consejo donde están presentes mujeres y hombres de mucho mérito.
Tenemos un presidente de lujo…
Aquí a veces los compañeros no se han dado cuenta, también la educación y las formas obligan a saber cómo hay que comportarse en cada tiempo y lugar. Está sentado aquí el Primer Vicepresidente –y que conste que yo no soy de Las Villas–. Pero digo esto en gracia a la importancia, como él dijo esta mañana, de la presencia de los ministros del gobierno.
Ah, tú has dicho algo muy grande hace un momento. Has recordado a Fidel. Cuando hace seis años nos reunimos, recuerdo que dije: “Fidel no está porque no puede, no porque no quiere. Pero no ha estado ausente en ningún momento de nuestro espíritu ni de nuestro pensamiento”. Fidel es un hombre, un ser humano, una figura de la historia que ha recibido una luz profunda y sobre las sombras que proyecta tan grande figura tendrá mucho tiempo la Historia que hablar. Pero sin él no habría sido posible esta reunión, ni estas altas consideraciones, ni este sentido que tuvo siempre de cuidar el pensamiento, porque él mismo es un intelectual.
Y cuando tan alto magistrado está ausente y va a cumplir felizmente 87 años, lo vimos recientemente los que tuvimos el privilegio de estar en el acto inaugural de la exposición de Kacho, y entró la estatua que otra vez vive, con sus ojos brillantes, tomó la mano de algunos de nosotros y dijo estas palabras: “Estamos aquí porque hemos resistido”.
Cuando falten unas pocas decenas de minutos entrará por la puerta el que tiene que conducir a este país al umbral de la salida, porque quiero que se sepa que vamos a salir y que estamos saliendo, que el momento es solemne y decisivo, porque muchas cosas se saben y otras no; pero hay que timonear contra olas grandes, hay que pagar deudas, hay que trabajar mucho. El país tiene que producir para que se levante y viva; porque tan importante como pensar, es el pan. Hay que tener un pan para pensar. Hay que meditar si se tiene primero un pan o se hace filosofía. Es necesario tener un pan, y no hay escapatoria. Las mejores amistades, cuando se les debe un solo celemín, tuercen la sonrisa y reclaman el celemín.
Los cubanos no podemos vivir dependientes permanentemente de lo que otros nos dieron o de lo que en momentos determinados obtuvimos. Los cubanos tenemos que salir hacia delante unidos por nuestro propio esfuerzo, con nuestra propia fuerza. Dentro de un rato entrará el que lleva el depósito del fuego que le entregó aquel que, en el momento grave de peligro, dijo: “Lo que Raúl disponga”, y el que lleva lo más importante que ha impedido que nadie ponga un pie en este pueblo: la espada.
El municipio de Guamá, está situado en la parte occidental y sur de la provincia de Santiago de Cuba. Surgió como uno de los nueve municipios del territorio santiaguero en 1976 con la nueva división político-administrativa, con su capital en el pintoresco poblado de Chivirico.
Junto a Santiago de Cuba, comparte el litoral de la provincia, y en su caso, es largo y tiene una estrecha franja costera, que a su vez comprende una buena porción de la Sierra Maestra, macizo montañoso más importante de Cuba.
Esta situación geográfica determina la fisionomía del municipio, que es eminentemente montañoso, al encontrarse en el mismo la zona más intrincada de la Sierra, en este caso el Pico Real del Turquino, con sus 1974 metros de altitud sobre el nivel del mar, y una parte de la llamada "Sierrita o Maestrica de Los Libertadores" cuyos picos sobrepasan los 1700 metros de altitud, compartida con la provincia de Granma.
El origen geológico del municipio de Guamá está estrechamente vinculado con la formación de la Sierra Maestra, surgida del fondo del mar, por fuertes movimientos verticales. Frente a su costa, al hundirse un bloque se originó la Fosa de Oriente (6 mil metros), la más profunda del país. El municipio ocupa una buena porción de la ladera norte de la mayor serranía cubana, y tiene unos 175 kilómetros de largo, lo que lo hace el municipio más largo de Cuba, y su eje longitudinal aproximadamente sigue la dirección de los paralelos, lo que incide en sus características climáticas, hidrográficas y en sus suelos.
Guamá y Santiago de Cuba son los únicos municipios de la provincia homónima que tienen costas; de ellas, las dos tercera parte partes corresponden a Guamá.
Al igual que el resto de Cuba, el municipio de Guamá surgió del fondo de los mares, a través de un proceso de formación que duró millones de años. El origen de la mayor serranía cubana, se debió al levantamiento de un gran bloque, mientras que hacia el sur se hundía otro bloque, que formó la profunda Hoya de Bartlet, y la conocida Fosa de Oriente con sus 6 mil metros de profundidad, situada exactamente frente al pico Turquino.
El desnivel que se formó entre la parte más alta de la sierra y la profundidad de la fosa, es de unos 8 mil metros, casi similar al Pico Everest o Chomolugma, por lo que forma uno de los mayores desniveles de la corteza terrestre. En este movimiento de levantamiento el Pico Real del Turquino se elevó por encima de los otros picos, quedando como la mayor altitud del país con sus 1974 metros.
El origen del nombre de la mayor altitud cubana viene del nombre de un cacique de la zona conocido como Tarquino, en un mapa elaborado por el geógrafo flamenco Gerardo Kramer a finales del siglo XVI. La zona, en la época de la conquista española estaba dominada por un cacique taíno llamado Tarquino o Turquino. Según se cree, el nombre proviene de las palabras aborígenes turey y quino. La primera de ellas era utilizada para designar al cielo y la segunda se utilizaba para denominar a una persona o cosa importante o elevada. Por lo que se cree que Turquino quiere decir "Montaña del Cielo" o "Elevación del Cielo”.
Los primeros reportes de visitas a su cumbre se remontan a 1519. Es el punto de mayor altitud del archipiélago cubano. Está situado en el centro de la Sierra Maestra, la mayor cordillera de Cuba. Esa montaña se alza sobre un escenario de 17.540 hectáreas de ríos, bosques, valles y cumbres. Hay dos accesos típicos para escalarlo, uno desde territorio santiaguero y otro, más suave, desde la provincia de Granma.
En 1957 suben e esa histórica montaña los integrantes del Ejército Rebelde. En lo alto se encuentra un busto de José Martí que colocó, en el año 1953, del centenario de su nacimiento, la destacada luchadora revolucionaria Celia Sánchez Manduley acompañada de su padre. El busto es obra de la escultora Jilma Madera y en la base del monumento aparece la frase martiana: "Escasos como los montes son los hombres que saben mirar desde ellos y sienten con entrañas de nación o de humanidad".
Pinar del Río, Cuba (PL).- Entre cimas bañadas por la niebla, el área protegida de Mil Cumbres despierta en el paisaje, casi abrazada a la cordillera de Guaniguanico y al Pan de Guajaibón, mayor elevación del occidente cubano.
El paraje, distinguido por su biodiversidad y elevado endemismo, seduce a pobladores y a visitantes foráneos, quienes recorren sus senderos en busca de rarezas vegetales y del espectáculo de sus bosques naturales formados por pinares y árboles de maderas preciosas, entre otros exponentes del universo verde.
En 17 mil hectáreas, la zona abriga a más de 100 especies de aves, observadas con facilidad por ornitólogos y amantes de la naturaleza.
Atraídos por la fama de sus vistas serranas, viajeros de Francia, Inglaterra, Canadá y otras naciones llegan cada día a la región, cuyo núcleo se ubica en el municipio de La Palma, distante unos 160 kilómetros de La Habana.
De regreso al jurásico sobresale entre las rutas del ecoturismo local, travesía animada por la presencia de la curiosa Palma corcho (Microcycas calocoma), fósil viviente que data de ese remoto período.
Una colonia de 120 ejemplares, asociada fundamentalmente a ecosistemas de mogotes, sorprende a los recién llegados al evocar la lejanía de su origen y la plasticidad que la caracteriza, condición para la adaptabilidad a hábitats diversos.
Muy apreciadas resultan también otras variedades endémicas y amenazadas, estas últimas suman 62 y son amparadas por programas conservacionistas, aseguró a Prensa Latina Sacarías Hernández, jefe técnico del sitio.
La palma Trinax yuraguana, de diminuta talla, así como la Phania Cajalvanica, una hierba curativa que sustituye a la manzanilla, destacan además como reliquias del privilegiado escenario, pues viven exclusivamente dentro de esos predios, añadió.
Solo en la ladera sureste de la meseta de Cajálvana existe 0,06 por ciento de endemismo local por cada kilómetro cuadrado, valor significativo para la isla.
Más allá de las espinas, atractivo sendero de la demarcación, propone un recorrido por lugares donde viven algunas de esas joyas botánicas, distribuidas en parcelas de conservación estricta, donde no se permite ninguna acción salvo las de vigilancia, monitoreo e investigación.
Paralelamente a la preservación de esos tesoros naturales, los especialistas del lugar desarrollan proyectos para favorecer la perpetuidad de árboles como el Nogal del país, codiciado por sus poderes medicinales y la calidad de su madera, así como el Cuajaní, de unos 20 metros de altura y similares beneficios.
Entre las estrategias encaminadas a incrementar sus poblaciones figura la recolección de semillas y la creación de viveros.
En dichos espacios crecen las plántulas hasta el posterior traslado a su medio natural, explicó Hernández.
Tanto el Cuajaní como el Nogal del país habitan preferentemente en los bosques húmedos de las montañas.
El itinerario De camino al Caimito se adentra en las formaciones boscosas de la extensa reserva forestal, la cual comprende áreas de Pinar del Río y la vecina provincia de Artemisa.
A diferencia de otras regiones del país caribeño, en Mil Cumbres predominan los bosques naturales, en su mayoría mixtos y con predominio de los pinos, cuya edad sobrepasa el medio siglo, se trata de un sitio que admite una explotación sostenible durante 25 años, agregó el experto. Controlar especies invasoras como el marabú devino igualmente prioridad de los científicos radicados en la localidad, donde coinciden la Sierra de los Ôrganos y la Sierra del Rosario, junto a llanuras y depresiones.
Dentro de ese programa -subrayó el estudioso- se incluye a la mangosta y al gato jíbaro, cuya proliferación puede poner en peligro el equilibrio del ecosistema al depredar reptiles, aves que anidan en la tierra, entre otros moradores del bosque.
Hasta el momento fueron identificadas y descritas allí 503 especies de la fauna: 135 de aves, 18 de reptiles, 12 de mamíferos, 12 de anfibios y 269 de invertebrados, muchas de ellas cobijadas por mil 119 variedades de plantas.
Hechizos de una cumbre
De nombre aborigen, Guajaibón alcanza 701 metros sobre el nivel del mar, pero más allá de su impresionante apariencia, el interior del macizo está surcado por grutas a través de las cuales transitan espeleólogos, arqueólogos e historiadores en franco desafío a los laberintos y obstáculos de esas cavidades.
“Atalaya de los navegantes, semejante a un camello echado en el desierto, que se descubre a muchas leguas de distancia y cuyas cimas no han sido vistas nunca cubiertas de nieve”, así lo retrató el novelista y explorador cubano Cirilo Villaverde en su obra Excursión a Vueltabajo.
Coronada ahora por un busto del caudillo independentista Antonio Maceo, la montaña resguarda abundantes evidencias de los nativos pre-agroalfareros, que vivieron en la zona unos cuatro mil años atrás.
Rústicos instrumentos de trabajo, restos óseos y pinturas rupestres revelan la estancia de esos grupos humanos en las espeluncas, convertidas entonces en cálido refugio.
Por un trayecto vertical y angosto se llega a la cumbre, rodeada de historias sobre los pueblos indígenas, tradiciones como la lidia de gallos y los guateques o fiestas campesinas.
A sus pies, la suavidad de la brisa y el inconfundible aroma del mundo silvestre convidan al ascenso, entre el terral de la sierra y las estampas de las mil cumbres que se besan en el paisaje cubano.
*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Pinar del Río.
Integrantes de la Sociedad Espeleológica de Sancti Spíritus colocaron en la mayor elevación del centro de la isla, en el pico San Juan, un busto del destacado científico cubano Antonio Núñez Jiménez.
En un gesto de recordación a la altura de sus aportes científicos, miembros de la Sociedad Espeleológica de Sancti Spíritus situaron recientemente en el pico San Juan, en la cordillera de Guamuhaya, un busto de Antonio Núñez Jiménez, con lo cual esa montaña se convierte en la tercera del país que acoge obras de este tipo dedicadas a insignes cubanos.
El homenaje de los espeleólogos espirituanos a quien legara relevantes aportes en este campo y en la ciencia geográfica tiene la particularidad, expone Alejandro Romero Emperador, presidente de la Sociedad Espeleológica en el territorio, de que fue Núñez Jiménez quien, el 25 de mayo de 1948, junto a estudiantes de la Universidad de Las Villas, determinó que el pico San Juan, con
1 140 metros sobre el nivel del mar, era la altura máxima del macizo montañoso del centro de Cuba.
Hasta ese entonces, se daba al Pico Potrerillo -893 metros- como la mayor elevación de la sierra de Guamuhaya, de ahí el valor geográfico de la medición del pico San Juan, situado en los límites territoriales de la provincia de Cienfuegos.
El busto, hecho con marmolina por el escultor espirituano Félix Madrigal, está situado en áreas del radar meteorológico que funciona en esa montaña desde junio de 1989.
El primer busto de este tipo, en homenaje a José Martí fue colocado en 1953 en el pico Turquino, en la Sierra Maestra (punto de mayor altitud de la isla de Cuba con 1 974 metros sobre el nivel del mar), y el segundo, de Antonio Maceo, llevado por espeleólogos de la zona hasta el Pan de Guajaibón, mayor elevación de Pinar del Río (692 metros).
Antonio Núñez Jiménez mantuvo una estrecha relación de trabajo con la provincia espirituana, territorio que, al decir de los espeleólogos locales, comenzó a caminar en 1947 por la zona de Caguanes, al norte de Yaguajay, hasta sumar 28 visitas con fines geográficos y espeleológicos.
Gesto de ese vínculo de trabajo de Núñez Jiménez con Sancti Spíritus fue la donación al territorio de una de las canoas utilizadas en su expedición del Amazonas al Caribe y expuesta en la sede de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre.
17 de junio de 2013, 15:41Por Adalys Pilar Mireles
Pinar del Río, Cuba, 17 jun (PL) En el Pan de Guajaibón, emblemática montaña del occidente cubano, reluce nuevamente hoy la estatua del héroe Antonio Maceo, luego de una restauración organizada por historiadores y espeleólogos locales.
Desde una altura de 701 metros sobre el nivel del mar, la escultura rinde homenaje al patriota, uno de los principales líderes del movimiento independentista en Latinoamérica durante el siglo XIX.
La figura tallada en piedra fue remozada transcurridos cinco años de su colocación al aire libre en la cúspide, confirmó a Prensa Latina Hilario Carmenate, Presidente del Comité Espeleológico Provincial.
Por un trayecto vertical y angosto se llega a la cumbre, reverenciada por escritores como el novelista Cirilo Villaverde, autor de Excursión a Vueltabajo y la famosa narración costumbrista Cecilia Valdés.
"Atalaya de los navegantes, semejante a un camello echado en el desierto, que se descubre a muchas leguas de distancia y cuyas cimas no han sido vistas nunca cubiertas de nieve", así lo retrató.
La trabajosa escalada al Pan de Guajaibón permite apreciar de cerca la escultura dedicada a Maceo, quien llevó en su cuerpo 26 cicatrices de guerra.
Conocido como El titán de bronce, el guerrero participó en unos 600 combates durante las luchas contra el colonialismo español.
En esta zona protagonizó cruentos enfrentamientos contra tropas numéricamente muy superiores y dotadas de un moderno armamento para la época.
El busto acentúa el simbolismo del Pan de Guajaibón, distinguido no sólo por su altitud sino además por las reliquias que atesora.
En las grutas de ese macizo perduran evidencias de antiguas culturas como los grupos nativos pre-agroalfareros.
Restos óseos, rústicos instrumentos de trabajo y pinturas rupestres atribuidas a esos indígenas, destacan entre los hallazgos de exploradores, aseguró Carmenate.
Durante sucesivas campañas grupos investigativos del territorio y la vecina provincia de Artemisa escrutan la elevación, perteneciente al área protegida de Mil Cumbres.
Iglesia del occidente cubano será declarada Monumento Nacional
Escrito por Wilfredo Alayon Perez
17 de junio de 2013, 18:59Matanzas, Cuba, 17 jun (PL) La iglesia San Pedro Apóstol de esta ciudad, considerada por especialistas como la obra religiosa más importante del siglo XIX en Cuba, recibirá la categoría de Monumento Nacional, según comunicado emitido hoy por Patrimonio.
Este lauro se entregará en fecha próxima al igual que otro similar correspondiente al Centro Urbano de esta occidental localidad, que cuenta con edificios, sitios y objetos vinculados con acontecimientos relevantes políticos, sociales, científicos y culturales.
Ubicada en la barriada de Versalles en esta urbe, a 100 kilómetros al este de La Habana, el santuario quedó inaugurado el 15 de mayo de 1870, proyecto ejecutado por Daniel DallÂ�aglio, constructor y decorador italiano.
DallÂ�Aglio concibió el templo matancero a manera de réplica a escala reducida de su homóloga en Roma, capital italiana y metrópoli natal del destacado proyectista.
El recinto puede observarse desde muchos puntos de esta cabecera provincial homónima, cercana a la margen izquierda del río Yumurí, que junto al San Juan y el Canímar son las tres corrientes fluviales que atraviesan la villa. A fines de los años 90 del pasado siglo la estructura presentaba un alto grado de deterioro, de ahí que las autoridades efectuaron un complejo proceso de rehabilitación y conservación.
En el año 2009 recibió el Premio Nacional de Restauración, y San Pedro del Apóstol está incluida entre las siete maravillas de la arquitectura de Matancera de todos los tiempos.
Arquitectos consultados por Prensa Latina coincidieron que esa denominación obedece, entre otros aspectos, a una composición del baptisterio orgánica, fluida, con perfecto ritmo de los volúmenes recreados en un esquema de estilo grecolatino.
La concepción de DallÂ�aglio incluyó frontones triangulares y semicirculares, pilastras, columnas dóricas, arcos de medio punto, bóveda de cañón y cúpula.
Un texto sobre la construcción de la iglesia señala: "las dos torres, aunque de dimensiones menores, muestran proporciones nobles y se desenvuelven en una concepción plástica gradual y ascendente".
Otra característica de la capilla es su gran luminosidad interior, debido a las entradas de luz colocadas con acierto a ambos lados de la bóveda central.
Avila ....Camaguey ... Cuba .-( No es acaso parte del paraiso ? )
San Juan camagüeyano, patrimonio histórico y cultural de Cuba
18 de junio de 2013, 01:06Por Lazaro D. Najarro Pujol *
Camagüey, Cuba (PL) Cientos de nacionales y extranjeros acuden a la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe (hoy Camagüey), para presenciar, disfrutar o participar de las fiestas del San Juan. Con este nombre la tradición perpetúa los jolgorios carnavalescos cubanos en la también conocida Ciudad de los Tinajones, del 24 al 29 de junio.
Desde 1725, en el sexto mes del año, se organizan los festejos, una especie de fiebre colectiva que generalmente se desarrolla en medio de intensas y persistentes lluvias, las cuales no le restan lucidez ni merma la participación a este encuentro de disímiles raíces culturales de Camagüey, una urbe con arraigo ganadero.
El investigador Rafael García Grassa definió que "las fiestas del San Juan camagüeyano (carnaval) han sido unas de las más hermosas y sonadas que ha habido en Cuba. La primera referencia aparece en una fuente documental de 1725; en otra se hace la descripción del primer paseo, cuyo recorrido fue por las plazas donde estaban las iglesias, en 1760".
HISTORIA
Las raíces de uno de los más vetustos y pintorescos carnavales cubanos se remontan a siglos pasados, cuando se celebraba la festividad católica del Corpus Christi y la Epifanía, con su solemne procesión y danzas y marchas colectivas de los negros esclavos.
Posteriormente representaba momento adecuado a fin de que los criadores de ganado acudieran a la ciudad con sus reses gordas para las ventas anuales. Pero a partir del siglo XIX, las fiestas adquirieron características tradicionales, adoptaron vida propia y dejaron atrás su motivo inicial.
Desde tiempos de la colonia, el San Juan constituía motivo de esparcimiento de los lugareños y visitantes tras un largo período de intensas faenas, cuando en plena primavera los hacendados, encomenderos y todo aquel que así lo deseara, dedicaban varios días a festejar el cierre de un ciclo de labranza.
En sus inicios se realizaban en las áreas ganaderas pero con el desarrollo económico, social, cultural y político de la comarca se trasladaron a la capital provincial.
INICIO DE LA FESTIVIDAD
Las festividades se inician a las 12:01 de la madrugada del 24 de junio, con la lectura del tradicional Bando o permiso que autoriza los festejos (a cargo de la máxima autoridad local), desde el balcón de la sede del Gobierno municipal, en el centro histórico de Puerto Príncipe.
El propio día 24, en todas las barriadas de la ciudad se confecciona el tradicional ajiaco camagüeyano, apetitoso plato de la comida típica local.
Igualmente se improvisan fogatas en las calles de la "suave comarca de pastores y sombreros", a decir del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén. Las familias, entre rones y cervezas, historias y alegría preparan y consumen el alimento.
Entre desfiles o paseos de comparsas, congas y carrozas en diversos espacios carnavalescos, transcurre el San Juan hasta el día 29.
La ciudad es engalanada por el vecindario para darle mayor esplendor al recorrido también de vehículos adornados con los más diversos motivos fruto del ingenio popular. Se produce una competencia para elegir los barrios y las calles mejor embellecidos.
Pero el ambiente de San Juan se aprecia desde muchos días antes, cuando comienzan los ensayos de congas y comparsas en barrios y calles como Matadero, Rosario, Palma, Cristo y El Jardín, entre otros.
EL MAYOR ATRACTIVO
Quizás el mayor atractivo del San Juan en Camagüey es la ficticia ceremonia funeraria del entierro de San Pedro, en la tarde del 29 de junio, al compás de enardecido sonido afrocubano de los tambores, el repiqueteo de los cencerros y el agudo de las trompetas que arrastran a la multitud y no pocas veces bajo la lluvia de la primavera.
Con esta lucida ceremonia, se despide la mayor festividad de Camagüey. Las fiestas sanjuaneras son llamativas de igual forma por los monos viejos, las comidas tradicionales, el colorido de los vestuarios y los bailes populares que forman parte ya del patrimonio histórico y cultural de la región.
No obstante su nombre genérico, no representa en sí una fiesta religiosa, sino profana, ubicada de manera estable entre las celebraciones católicas de San Juan, el 24 de junio, y de San Pedro, el 29 del propio mes.
*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Camagüey.
“Tengo ante mis ojos la Protesta de Baraguá, que es sin dudas, de lo más glorioso de nuestra historia…”, así definió José Martí el trascendental hecho histórico, ocurrido el 15 de marzo de 1878, cuando el Antonio Maceo más grande del mundo dignificó para siempre el nombre de Cuba y salvó la continuidad de la Revolución iniciada en 1868.
Diez largos años de lucha se combinaron con disímiles indisciplinas que resquebrajaron la frágil unidad en las filas insurrectas. Desde Guáimaro comenzaron las dificultades y la guerra grande no alcanzó el carácter nacional que tanto anhelaban los principales jefes revolucionarios.
Arsenio Martínez Campos fungía como Capitán General de la Isla de Cuba para 1878 y luego de estudiar los acontecimientos y conocer la situación de los cubanos en la manigua, al inteligente oficial español no le fue difícil idear un plan que le permitiera lograr una paz con los agotados jefes militares cubanos. Nació así lo que la historia conoce como el Pacto del Zanjón.
El Pacto del Zanjón se firma el 10 de febrero de 1878, echando por tierra diez largos años de lucha y sacrificios; parecía que la Revolución había llegado a su fin.
El General Antonio Maceo no se resignó a la vergüenza que representaba el Pacto y acordó una reunión con el general español. El hecho tuvo lugar en los Mangos de Baraguá el 15 de marzo de 1878.
El Titán de Bronce de manera directa le dice al general español: "No estamos de acuerdo con lo pactado en el Zanjón; no creemos que las condiciones allí estipuladas justifiquen la rendición después del rudo batallar por una idea durante diez años, y deseo evitarle la molestia de que continúe sus explicaciones porque aquí no se aceptan"
“guarde usted ese documento, no queremos saber nada de él…. No queremos saber de nada que no contemple la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud”
Así, el general de generales salvaría la memoria de los caídos, de Céspedes, de Agramonte…; Baraguá hizo añicos el Zanjón, puso en alto como nunca la intransigencia revolucionaria de los cubanos y significó el ascenso de las clases sociales más genuinas y representativas a la máxima dirigencia de la Revolución y dejó el camino abierto para la continuar la contienda.
Para los cubanos el ejemplo de Maceo en Baraguá nos recuerda a cada momento quiénes somos, entiéndase que cuando afirmamos que Cuba es un eterno Baraguá, estamos diciendo que a esta pequeña y pacífica Isla del Caribe no se le puede doblegar ni conquistar de ninguna forma. Baraguá forjó el temple del cubano.
Hoy a 134 años de aquel histórico la sentencia de Maceo trasciende: “¡quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, sino perece en la lucha!”
11 de junio de 2013, 01:01Por Mayra Pardillo Gómez *
Sancti Spíritus, Cuba (PL) Historiadores de diversas épocas y un grupo de arqueólogos coinciden en situar en Pueblo Viejo el primer asentamiento de la villa del Espíritu Santo o Sancti Spíritus, al centro de la isla, a las puertas del medio milenio.
Para Mario Valdés Navia, quien fuera historiador de la ciudad, Sancti Spíritus es de las pocas villas que puede exhibir con exactitud su fecha de fundación, en junio de 1514 por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, momento que cerraba un proceso anterior acaecido entre abril y mayo del propio año.
Entre los historiadores que ubicaban a Pueblo Viejo como el primer sitio donde se alzó Sancti Spíritus figuran Rafael Félix Pérez Luna y Segundo Marín.
De 1514 a 1522 se establece el período de surgimiento y permanencia del primer caserío, que según textos consultados, estuvo compuesto por cinco o 10 casas y una ermita.
Colonias de bibijaguas, según la tradición oral, provocaron el pánico entre los pobladores del lugar -al supuestamente horadar el ombligo de los recién nacidos-, lo cual provocó el traslado de la villa en 1522 hacia su actual sitio.
Un grupo de arqueólogos, dirigidos por el Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Sancti Spíritus y el grupo Samá, de la Sociedad Espeleológica de Cuba, siguen desde hace algún tiempo tras las huellas de evidencias que puedan demostrar el lugar exacto de la fundación de Sancti Spíritus.
Con vistas a conocer más sobre el particular, Prensa Latina conversó con Orlando Álvarez de la Paz, especialista en Arqueología del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, quien destacó que existen ya más de tres mil piezas arqueológicas y tres nuevas áreas de actividad humana.
Como antecedentes pueden citarse los trabajos de los investigadores Javier Sanzo Rodríguez, Ubaldo Lazo y Félix Bismarck, quienes en la década del 90 del pasado siglo clasificaron a Pueblo Viejo, a unos seis kilómetros al este de la actual ciudad -la cuarta de las siete primeras villas fundadas por los conquistadores españoles en Cuba-, como el sitio donde se fundó Sancti Spíritus.
De acuerdo con el libro Sancti Spíritus: Epílogo para una historia inconclusa (1999), del periodista y escritor Raúl I. García Álvarez, "en la colina Pueblo Viejo (ubicada por este grupo al sur del Camino del Príncipe o a Puerto Príncipe -hoy Camagüey-) encontraron decenas de objetos aborígenes: mortero, cuchilla de sílex, cuentas de cuarzo empleadas en collares y fragmentos del burén donde cocinaban la yuca, bordes ovalados de diferentes vasijas y un asa con forma de cabeza de murciélago".
Afirma el autor que, según documento de la época, en 1544 todavía existían indios en Sancti Spíritus.
VESTIGIOS DEL SIGLO XVI
El especialista Orlando Álvarez de la Paz señaló en entrevista con Prensa Latina que los investigadores Sanzo Rodríguez, Lazo y Bismarck descubrieron el lugar en 1991 y en 2013 tres nuevos sitios, "que es lo relevante del trabajo actual. Ahora hay en total siete áreas", acotó.
Explicó que en una de las nuevas áreas se han encontrado gran cantidad de clavos de herrar, así como de mayólica columbia liso, fabricados únicamente en el siglo XVI y fragmentos de botijuelas de estudio temprano.
Igualmente se incluyen asas de vasijas de mayólica y pedazos de otra mayólica denominada caparra azul, también típica del siglo XVI.
Asimismo, se han hallado evidencias aborígenes como trozos de vasijas de barro y asas con formas zoomorfas y de vasijas de barro europeas, bordes de estas y un número interesante de restos de burén -donde cocinaban el casabe o alimento básico en su dieta.
También algunos pedazos de calderas y otros de metal, "parecidos a mangos de armas blancas o cuchillos", puntualizó.
Recordó que fue en 2009 cuando por primera vez comenzaron a trabajar alrededor de la hipótesis de que en Pueblo Viejo se fundó la ciudad y para ello partieron del criterio de los especialistas mencionados.
Es en ese mismo año que se efectúa el I Taller de Arqueología Aborigen y Colonial, museo de sitio asentamiento fundacional de la villa de Sancti Spíritus, dijo.
El 5 de junio de 2009 "encontramos Tuinucú 5, denominado así porque fue el quinto sitio que localizamos en la margen derecha del río Tuinucú" .
Allí advertimos fragmentos de botijuelas del siglo XVI y dentro de esa área segmentos de mayólica columbia liso y una herradura de caballo típicamente del XVI, señaló.
El II Taller (2010) se efectuó en la margen oeste del Tuinucú y al explorarla hallamos más riqueza, entre ellas restos de cerdos (de la dieta que consumían), cerámica aborigen, fracciones de burén y el último día de ese taller un campesino los llevó al lugar denominado Las Bocas, donde había hallado una moneda de plata.
ABORÍGENES AGRICULTORES-CERAMISTAS
Álvarez de la Paz, arqueólogo profesional, subrayó: "Siempre hemos buscado el sitio que descubrió Manuel Rivero de la Calle, eminente arqueólogo cubano y que llevó al grupo Samá allí, donde radicó una población aborigen de agricultores-ceramistas que debió primar cuando llegaron los españoles. Con ellos debieron intercambiar los hispanos", apuntó.
Reconoció la labor a Luis Olmos, arqueólogo profesional y miembro del grupo Samá, quien labora desde hace tiempo en estas tareas de búsqueda y encontró un pequeño fragmento de una botijuela del siglo XVI dentro de la caja de evidencias.
"Ese sitio es fundamental, pero está perdido, se dice que está en las márgenes del río Zaza, entre la presa Zaza -la mayor de Cuba- y el puente de la Carretera Central" , comentó.
En 2011 se celebró el III Taller y "Volvemos a Pueblo Viejo y estamos allí por una semana y encontramos un panorama diferente. En superficie se vio la evidencia".
Subrayó que la primera certeza de que en Pueblo Viejo se fundó la villa la ofreció Tadeo Martínez-Moles, español de nacimiento, considerado por algunos estudiosos como el padre de la historia espirituana (referido a esta localidad), quien en 1791 concluyó su Discurso histórico y político de la villa de Sancti-Spíritus, desde su fundación.
En abril de 2013, en una de esas tres áreas se palpa una riqueza de evidencias vasta: fragmentos de vasijas de barro aborigen y de burén; colgante aborigen elaborado en concha; dentadura de ídolo
(un fragmento de concha de un caracol marino al cual se le hacía una incisión longitudinal y otra transversal que semejaba una dentadura para incrustar en los ídolos de madera).
Unido a ello están las herraduras y segmentos de clavos de herrar, mayólica columbia liso y botijuelas de estilo temprano, "pero hay un elemento que resalta en esta área y es la presencia en el lugar de significativas evidencias que demuestran el contacto y la transculturación indo-hispánica, materializado a través de la existencia o el hallazgo de cuentas de mayólica fabricadas por los aborígenes y esto es un elemento clave", resume.
El campesino Julio Real Hernández avisa sobre el hallazgo de un trozo de cerámica aborigen en una tierra arada y con la información aportada por él se descubre otra área.
"En la actualidad hay ocho cuentas, sumando las tres que fueron aportadas por Sanzo. Nosotros hemos localizado cinco, así como un cierre de libro, de bronce, del siglo XVI trabajado y usado por el aborigen como colgante, dada la semejanza de los diseños aplicados con los existentes en el colgante de concha".
Alega que "se pretende publicar una monografía con todo lo descubierto sobre Pueblo Viejo y las últimas investigaciones".
"A la hora de ubicar las siete áreas en un mapa o croquis del sitio nos da la idea de que en ese lugar existió un caserío del siglo XVI", destaca.
"Este último descubrimiento, conjuntamente con lo expuesto por los historiadores, lo reflejado en los mapas de Archivo acerca de la ubicación del poblado de la fundación de la villa y los trabajos de Sanzo y colaboradores en 1991, nos permiten afirmar que estamos en presencia del sitio fundacional de la villa", concluye no sin antes agradecer la colaboración de los vecinos del lugar para llevar esta tarea a feliz término.
Ocho años después de la fundación de la villa del Espíritu Santo o Sancti Spíritus, en 1522, se asentó en las márgenes del río Yayabo, el cual también le da nombre a la localidad y cuyas aguas cruzan debajo del único puente de su tipo en la isla, caracterizado por sus cinco arcadas y las leyendas que lo rodean.
*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Sancti Spíritus.
Matanzas, Cuba (PL) La habilitación en Cuba del Museo a la Ruta del Esclavo dio respuesta a un proyecto de la Unesco y la Organización Mundial del Turismo (OMT), de convertir el tema del legado africano en una ruta caribeña.
Como sede de esa institución, que sirve para preservar los aportes del continente africano en el territorio cubano, figura el castillo de San Severino, fortín del siglo XVIII de esta ciudad, a 100 kilómetros al este de La Habana.
Declarado en 1978 Monumento Nacional de la República de Cuba, San Severino es una construcción militar de tipo renacentista, típico del sistema de fortificaciones ejecutadas en el continente americano durante la citada centuria.
Esta fortaleza se erigió en un paraje conocido como Punta La Gorda, situada en la margen oeste de la bahía homónima de la urbe matancera, que el próximo mes de octubre cumple 320 años de fundada y es la cabecera de la provincia de igual nombre.
Según las actas oficiales, el 13 de octubre de 1693 se colocó la primera piedra para la construcción del fortín, que en su estructura cuenta con una verja de hierro, un puente levadizo y pozos que lo circundan. Uno de los más singulares valores de la edificación radica en que aún son visibles las marcas que los esclavos realizaban en las piedras, a fin de posibilitar el conteo y justificar ante sus amos la tarea de cada día.
Especialistas aseguran que la fortificación, concluida en 1746, es una de las más importantes de la isla y de las más representativas de esta área geográfica, característica del diseño, arquitectura y técnica militar de su época.
SURGE UN PROYECTO
El Proyecto la Ruta del esclavo surge en 1994, auspiciado por la Unesco, y se enmarca dentro de los esfuerzos de la comunidad internacional por profundizar la génesis, desarrollo e impacto de la esclavitud.
También tiene entre sus propósitos propiciar la salvaguarda de elementos que testimonien la huella africana.
Expertos califican de positivo que el museo esté ubicado en la provincia de Matanzas, "de amplia riqueza cultural monumentaria y viva", donde se cultiva la herencia del llamado continente negro.
Considerado un emporio azucarero, especialmente en el siglo XIX, el territorio matancero, en el occidente de la ínsula, contó con gran cantidad de asentamientos esclavos, por lo que la presencia africana en esta porción del país es muy fuerte.
Inaugurado oficialmente el museo en junio de 2009, en esa ocasión Olabiyi Babalola Joseph Yai, presidente del Comité Ejecutivo de la Unesco, entregó la Medalla de la Diversidad Cultural al estado cubano, "por sobresalir en la defensa de raíces e identidad nacional".
Dispone entre sus salas la de arqueología con una variada muestra encontrada durante las excavaciones, que incluye platos, lozas, botellas de vidrio, pipas (catalanas e inglesas) y bacines.
Otros objetos son botones de nácar y de hueso, hebillas, indumentarias, fichas de juegos de cerámica, utensilios de trabajo, candados, cerradura, herrajes, frascos de farmacia, tintero y joyero.
El salón más visitado es el dedicado a los Orishas, deidades de la Regla de Ocha que representan y simbolizan las fuerzas y fenómenos de la naturaleza, las actividades, características, emociones y pasiones humanas.
Deidades que, afirman estudiosos en la temática, gracias a los procesos de transculturación y sincretismo, están muy vivas en la religiosidad popular.
Con sus trajes de los colores respectivos se encuentran Elegguá, que tiene la llave del destino, abre y cierra las puertas; Changó, dios del rayo, de la alegría masculina y la virilidad, y Yemayá, dueña de las aguas saladas y la maternidad.
Completan las representaciones Chango Aleyé, hijo de Changó y representante de su poder; Ochún, dueña del río, el amor, y de la sensualidad y alegría femeninas, y Oyá, dueña de las tempestades, las centellas y la puerta del cementerio.
La más reciente novedad que estrenó el museo es la obra Manantial de Raíces, del Premio Nacional 2009 de Artes Plásticas, Nelson Domínguez, en homenaje al espacio vital que ocupa la cultura afro en la mayor de las Antillas.
Confeccionada con madera, carbón, cristal y papel de aluminio, rememora un cepo, instrumento de tortura en el cual la víctima quedaba inmovilizada de pies y manos, muy usado como castigo por los esclavistas.
LA TRATA NEGRERA
A juicio de investigadores, la trata negrera marcó una interrelación entre los continentes africano, americano y europeo, mediante el violento desplazamiento de esclavos que trajo aparejado un flujo de valores culturales, tradiciones e idiosincrasia.
La llegada de los africanos a Cuba, mantenida por cuatro siglos, está reportada a partir de 1523 y la última entrada ilegal se considera en 1873, en tanto la abolición de la esclavitud se decretó en 1886.
Reportes señalan un incremento a finales del siglo XVIII y su clímax en la primera mitad de la centuria decimonónica, para satisfacer la demanda de fuerza de trabajo de las plantaciones, especialmente las azucareras y cafetaleras.
Expertos consideran difícil calcular el monto demográfico exacto de los africanos introducidos en la ínsula y pero de todas maneras la cifra fue enorme (del orden de los cientos de miles), lo cual habla del impacto económico, social, biológico y cultural.
El aporte de Africa alcanzó también la producción tabacalera, la construcción de vías de comunicación, fortificaciones y grandes mansiones de ciudades, muchos de cuyos exponentes han resistido el paso de los años.
* Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Matanzas
Cuba dedica una semana a honrar legado cultural haitiano
Escrito por Charly Morales Valido
27 de mayo de 2013, 12:56Por Charly Morales Valido
La Habana, 27 may (PL) La histórica fascinación que provoca Haití en los cubanos, y viceversa, fundamenta toda una semana dedicada desde hoy aquí a la cultura de ese subyugante epicentro del Caribe.
Más de un siglo de presencia haitiana en este país ha propiciado, entre otras cosas, que medio millón de cubanos hablen "creole", y que artistas de ambas orillas no cesen de retroalimentarse.
Para Jean Victor Geneuse, embajador de Haití en Cuba, tal proceso es natural a partir del considerable flujo y reflujo migratorio, tan antiguo como el nacimiento de la primera república negra del mundo.
Primero a través de los colonos que huían de la Revolución, luego con los braceros que casi regalaban su sudor en los cortes de caña y la recogida del café, los haitianos fueron asentándose y creciendo en el levante cubano.
Con ellos trajeron sus tradiciones, danzas, ritos y religiones, música y gastronomía, toda una herencia cultural que resistió la prueba del tiempo, resaltó el diplomático con su pausado hablar.
Asimismo, la música cubana llegó hasta Cabo Haitiano a mediados del siglo XX, con exponentes como Benny Moré o el Trío Matamoros, que inspiró el compás directo creado por Nemours Jean-Baptiste.
Lo cierto es que Haití y su cultura son como una fiebre que ha contagiado a varias generaciones de artistas cubanos, en especial a los escritores seducidos por la magia del reino de este mundo.
Desde que Alejo Carpentier publicara en 1949 la noveleta sobre Ti Noel y el licántropo Makandal, múltiples autores han sucumbido a la cultura que inspiró esa obra imprescindible para conocer el Caribe.
Tanto intercambio cultural arraigó más a la comunidad haitiana en Cuba, que "aplatanó" sus costumbres, las preservó y enriqueció, como evidencia el programa académico y artístico de la celebración.
La muestra incluirá 10 documentales sobre Haití, una exposición de pintura y fotografía, presentaciones de libros y ponencias sobre arte contemporáneo y el imaginario respecto a la mujer caribeña.
Una deferencia será la actuación del nonagenario juglar cubano Luis Carbonell, bautizado el Acuarelista de la Poesía Antillana, que declamador la Elegía a Jacques Romain, escritor e ideólogo haitiano.
También se rendirá homenaje a la cantante Martha Jean- Claude, con la proyección de las cintas Rigwaz y Mujer de dos islas, así como una conferencia sobre cine haitiano, impartida por Rigoberto López.
El Aeropuerto Internacional José Martí (código IATA: HAV, código OACI: MUHA) conocido también como el Aeropuerto de Rancho Boyeros, se encuentra localizado en el Municipio de Boyeros a 18 kilómetros de La Habana, en Cuba.
Dirección: Avenida Van Troy y final, Rancho Boyeros, Ciudad de la Habana, Cuba Teléfono: +53 (7) 649 5777 ó (7) 266 4644 Fax: +53 (7) 649 5723 Página web: iacc.gov.cu
Información del aeropuerto
El Aeropuerto Internacional José Martí se ubica a una distancia de 15 kms. al sureste del centro de la ciudad de La Habana y debe su nombre al poeta y patriota cubano José Martí. Gestionado por ECASA (Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos S.A.), actualmente y como consecuencia del embargo dispuesto por EEUU contra Cuba, ninguna línea aérea de aquel país puede realizar vuelos programados y los que llegan procedente de Miami como regulares, son considerados Charters.
Se trata del principal aeropuerto de la isla y opera tanto con vuelos nacionales como internacionales, siendo base de operaciones de compañías como Aero Caribbean, Cubana de Aviación y Aero Gaviota. Hoy en día el aeropuerto cuenta con 5 terminales en funcionamiento, cada una sirviendo a un determinado fin. Así por ejemplo la T1 opera con vuelos domésticos de la compañía Cubana de Aviación, en tanto que la T2 opera con vuelos Charters procedentes de Miami y Aerolíneas Charters Corsair de Francia. La más moderna de las terminales es la terminal principal T3, donde opera el mayor tráfico y que fuera edificada con aportes canadienses, mientras que la T5 sirve a la compañía Aerocaribbean y otras líneas charter. Finalmente Aerovaradero es la Terminal de Carga. Las terminales se encuentran conectadas entre sí mediante un servicio de autobuses gratuito.
Aeropuerto de Varadero (99km) Aeropuerto de Nueva Gerona (133km) Aeropuerto de Cayo Largo Del Sur (178km) Aeropuerto de Cayo Hueso (186km) Aeropuerto de Cienfuegos (225km)
Salidas y llegadas de vuelos
Encuentra en esta sección todo lo que quieras saber con respecto a las salidas de vuelos, asi como también las llegadas de vuelos al Aeropuerto Internacional José Martí
Desplazarse desde el aeropuerto al centro de la ciudad
Taxi
Fuera de la T3 encontrarás la parada de taxis donde las compañías Panataxi y Taxi Ok operan llevando viajeros a cualquier punto de la isla. El recorrido hasta el centro de La Habana es de aproximadamente unos 30 minutos dependiendo del tráfico.
Minibuses
Otra excelente alternativa es coger uno de los minibuses ofrecidos por los diferentes tour operadores, que ofrecen un servicio puerta a puerta. Aún cuando no los hayas contratado podrás utilizarlos si coordinas el servicio previamente con ellos.
El aeropuerto José Martí cuenta con una sucursal bancaria que funciona durante las 24 horas, además de un local donde podrás cambiar divisas. También encontrarás una oficina de correos, varias cabinas telefónicas y cajeros automáticos distribuidos en las terminales. En diferentes puntos podrás disponer de conexión a internet. Los mostradores de información general se distribuyen en todas las terminales, al igual que varios puntos donde podrás obtener información turística.
El aeropuerto dispone además de varios puestos de comida rápida, restaurantes, bares y cafeterías que funcionan durante las 24 horas, al igual que gran número de tiendas de regalos, souvebirs, librerías, tabaquerías, farmacias, quioscos de prensa y Free Shop.
Pasajeros minusválidos
Las instalaciones del aeropuerto están preparadas para la recepción y atención de pasajeros discapacitados, contando con rampas de acceso para sillas de ruedas, cabinas telefónicas especiales, aseos y elevadores. No obstante ello, las diversas compañías aéreas ofrecen atención especial a sus pasajeros minusválidos, circunstancia que debe ser comunicada con la suficiente antelación.
Aparcamiento
Con un total de casi 1300 plazas distribuidas entre las terminales nacionales e internacionales, el aeropuerto cuenta únicamente con aparcamientos al aire libre que se localizan a una distancia no mayor de 150 mts. del edificio de la Terminal.
Alquiler de coches
En la zona de arribos de todas las terminales del aeropuerto podrás encontrar mostradores de las compañías Cubanacar, Fenix, Rent a Car, Vía Rent a Car y Transtour, además de una compañía que arrienda limusinas y autos de lujo (Compañía Rex).
En el área de partidas y arribos de la T3 hallarás los salones VIP del aeropuerto, los que solamente pueden ser utilizados por los pasajeros de primera clase. Las mismas se encuentran totalmente equipadas con teléfonos, tv, servicio de fax y fotocopias, prensa, reservados y un bar.
Hoteles
Dentro del predio del aeropuerto no hay hoteles. Los mejores se localizan en la zona de La Habana Vieja y el vedado, como por ejemplo el Melia Cohiba, el Santa Isabel, el Hotel Nacional de Cuba o el Comendador, entre muchos otros.
Compañías aéreas y destinos
† Indica vuelos charters hacia Estados Unidos, que requieren una autorización especial por el gobierno de Cuba.
Aerolínea
Destino
Terminal
Aerocaribbean
Baracoa, Cayo Coco, Holguín, Managua, San Pedro Sula, Santiago de Cuba
1, 5
Aeroflot
Moscow-Sheremetyevo
3
Aerogaviota
Cayo Coco, Cayo Largo del Sur, Cayo Santa María, Holguín, Kingston, Montego Bay, Nassau, Santiago de Cuba, Trinidad
Marina Gaviota Varadero, mayor inversión turística en Cuba
Bárbara Vasallo Vasallo
VARADERO, 8 de mayo.— El proyecto Marina Gaviota Varadero, presentado a agentes de viajes, expertos y prensa especializada en la XXXIII Feria Internacional del Turismo (FitCuba), es la mayor inversión que ejecuta ese sector en Cuba y constituye novedad en el área del Caribe.
Frank País Oltuski, vicepresidente de mercadotecnia del Grupo Gaviota S.A., explicó que este será el mayor puerto turístico de la Isla y del Caribe, con más de mil atraques, lujoso hotel, condominios, centros comerciales, servicios técnicos y otras instatalaciones dedicadas a los amantes del mar.
Participantes en FitCuba apreciaron la primera etapa de la inversión y conocieron detalles de los servicios que presta y facilitará en un futuro mediato, como la seguridad en atraques, una flota renovada para la pesca, buceo, paseos marinos y opciones de entretenimiento.
País Oltuski recordó que la Marina se encuentra situada en el extremo de la Península de Hicacos al resguardo de los vientos del nordeste que predominan en la zona y cercana a los mejores hoteles con que cuenta el principal destino turístico del país.
En el sitio abrirá puertas este verano el hotel Meliá Marina Varadero, con categoría cinco estrellas y modalidad todo incluido, totalmente concluido con 423 habitaciones, expresó Francisco Camps Orfila, subdirector general del grupo Meliá Cuba.
Con prestación "Level", categoría de atención personalizada, el hotel está dirigido a un variado segmento, cuenta con salones especializados para eventos, disfrute en familia, ofrecerá el servicio de bodas y los condominios anexos preparados para recibibir a clientes de larga estancia.
El grupo Gaviota, que celebra 25 años en este 2013, anunció hoy en el salón plenario del Centro de Convenciones Plaza América, sus nuevas propuestas y servicios en sus instalaciones en la Península, incluida la propia Marina y el Hotel. (AIN)
Cueva de Bellamar, bellezas y espeleología en Cuba
30 de abril de 2013, 01:01Por Wilfredo Alayón *
Matanzas, Cuba (PL) Ningún accidente natural de la occidental provincia cubana de Matanzas gana a la Cueva de Bellamar, caverna de singular belleza que junto a sus valores espeleológicos la convierte en sitio de reconocimiento internacional.
Situada en una de las suaves colinas que bordean la majestuosa bahía de esta ciudad cabecera territorial, a 100 kilómetros al este de La Habana, tiene como otros de sus principales atributos ser el centro turístico en funcionamiento más antiguo de Cuba.
La apertura al público con fines comerciales data de 151 años atrás, cuando el avispado minero español Manuel Santos Parga abrió la espelunca a los ávidos ojos de los habitantes de la urbe el 22 de noviembre de 1862.
Los matanceros hablan orgullosos de ella y la consideran una verdadera maravilla ya que el descubrimiento casual en áreas de la antigua finca La Alcancía, propiedad de Santos Parga, estuvo rodeada de un misterio que invocaba incluso al propio infierno.
UN ASIATICO EN APUROS
Transcurría el mes de febrero de 1861 y la citada hacienda era un hervidero de trabajadores.
El motivo era la extracción de piedras para la construcción de un teatro en Matanzas, que con los años se convertiría en una de las salas más emblemáticas de la isla: el Sauto.
Justo Wong, un empleado de origen asiático, cavaba con su barreta el duro suelo cuando de pronto la herramienta se perdió por un hueco abierto de improviso.
La oquedad llamó la atención de todos porque, según narraciones de la época, de él emanaba humo y malos olores.
La leyenda de que el asustado Wong había tocado la propia puerta del infierno se regó por los supersticiosos operarios, quienes rehusaron acercarse por la zona de marras.
Santos Parga (1815-1884), por su lado, maldecía la inoportuna coincidencia ya que la demora en la extracción conspiraba, sobre todo, contra su bolsillo, al retrasarse la entrega del material para la obra.
A propósito de este personaje, se conoce que emigró a la mayor de las Antillas desde su natal Vivero en la región gallega de La Coruña.
Estuvo empleado como práctico de minas en las cercanías de la municipalidad yumurina, como también es conocida la zona, antes de adquirir la propiedad de La Alcancía.
Como era un hombre de armas, decidió cortar con los comentarios y fue el primero, auxiliado por una soga, en penetrar en el interior del reciente descubrimiento.
El recorrido por el subterráneo impresionó y entusiasmó al emprendedor gallego, quien acondicionó el cubil y lo abrió al público un año después, por supuesto con el correspondiente pago de la entrada.
Las visitas ininterrumpidamente permanecieron hasta 1939, cuando fue cerrada por un espacio de tiempo de ocho años, y reabierta en 1947 hasta la actualidad.
ENTRE LUGARES SUGESTIVOS Y UNA VEDETTE
La Gran Paleocaverna Bellamar tiene una extensión estudiada de más de 20 kilómetros, sin embargo su ruta tradicional para los visitantes es de kilómetro y medio con una duración de unos 45 minutos.
Espeleólogos ubican su antigüedad en 300 mil años y durante los recorridos de estudio han hecho importantes hallazgos paleontológicos, entre ellos una amplia gama de procesos cristalinos en las paredes.
Una escalera con más de centenar y medio de peldaños introduce al visitante, que es recibido por la vedette de la cueva, una estalactita con 32 siglos de vida, acorde con los expertos, denominada El Manto de Colón.
Esta es la formación más grande y a la vez la más antigua del afamado sitio, que se presenta en forma de cascada con una altura de 12 metros.
Dividida en cuatro sectores, las galerías y salones de la Cueva de Bellamar están tapizados de estalactitas, estalagmitas y helictitas, estas últimas de caprichosas formas horizontales.
Diseñados por la naturaleza y bautizados por el hombre se hallan un Túnel del Amor, La Capilla de los 12 Apóstoles, La Garganta del Diablo, El Paso de la Lluvia, El Salón de las Nieves y Los Templos a San Pedro y Gótico.
La piedra Si me tocas no me olvidas, las salas del coco rallado y de la bendición, las fuentes del matrimonio, el divorcio y la juventud, así como el baño de la americana están incluidas dentro de las propuestas a los curiosos.
Sobre esta última existe la leyenda de que una veraneante estadounidense, muchos años atrás, se perdió en ese sitio cuando decidió refrescar su cuerpo en las cristalinas y frías aguas.
Sin embargo, los guías reconocen que mujeres de más de una veintena de nacionalidades han hecho caso omiso a esta fábula, y se han bañado en el tranquilo manantial.
Como colofón al viaje y después de ascender a la superficie, tres bares y dos restaurantes ofrecen coctelería y platos de la cocina criolla, en especial de cerdo.
*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Matanzas.
Cerca de la cuarta parte de Cuba con áreas protegidas
Lino Luben Pérez
La Habana, 27 abr (AIN) Cuba cuenta con 253 áreas protegidas, que ocupan el 24, 4 por ciento de su territorio, e incluyen zonas de la plataforma insular marina hasta la profundidad de 200 metros, anunció en esta capital una experta en la materia.
La doctora Maritza García, directora del Centro Nacional de Áreas Protegidas, dijo a la AIN que la cifra es expresión del interés estatal por desarrollar y contribuir con financiamiento a la conservación de los recursos naturales.
En comparación con otros países latinoamericanos y caribeños el escenario local en ese campo es considerable, y en el caso de Estados Unidos el 18 por ciento de su superficie está resguardada, explicó.
Según la especialista, un grupo de 103 áreas ha sido aprobada de manera paulatina por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de la Isla, y en la actualidad 120 poseen administración y manejo efectivo de sus reservas.
Por los valiosos recursos naturales, ecológicos y paisajísticos, las más importantes están localizadas en las provincias de Pinar del Río, Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma, Matanzas y Artemisa, en ese orden.
En su administración y funcionamiento participan instituciones y organismos, entre ellos, la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, el Cuerpo de Guardabosques, el Servicio Estatal Forestal y el Centro de Inspección y Control Ambiental.
Tras 14 años de aplicación del Sistema de Categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la Junta Coordinadora Nacional propuso que quedaran como Reserva Natural, Parque Nacional, Reserva Ecológica y Elemento Natural Destacado.
Aparecen además, las clasificaciones de Refugio de Vida Silvestre, Paisaje Natural Protegido y Área Protegida de Recursos Manejados.
Cuba dispone hoy de seis Reservas de la Biosfera (Guanahacabibes, Sierra del Rosario, Ciénaga de Zapata, Buenavista, Baconao y Cuchillas del Toa), que confiere la UNESCO mediante su programa Hombre y Biosfera.
Corre el año 2013 y a la altura de abril, las obras de restauración en el Centro Histórico habanero concitan más de lo usual la atención de pobladores y forasteros. En las calles principales del nombrado “Kilómetro de oro” no pasa inadvertido el revuelo de maquinarias pesadas, adoquines levantados, zanjas que dejan a la vista el antiguo soterrado que conduce las principales redes de la Habana Vieja.
Algo parecido sucede en la línea de la Avenida del Puerto, donde las grúas que desmontan viejos espigones, los hombres desmantelando lo inservible de añejas edificaciones portuarias con el fin de rehabilitarlas y obras de nueva ejecución, despiertan interrogantes.
Para el Historiador de la Ciudad, líder del proyecto de rehabilitación de este territorio declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, en medio de la debacle puede leerse la imagen del mañana. Las obras de hoy, serán de alto beneficio para los pobladores de la zona, y los viajeros que nos visiten encontrarán en la bahía habanera un espacio de confluencia histórico-cultural admirable.
“Son obras un poco inusuales —asegura Eusebio Leal— y hasta pueden causar algunas molestias al público, como es el tema de la introducción de modernas redes en el Centro Histórico. Es una obra necesaria, importantísima. No se pudo hacer en otro momento; se está haciendo ahora en una admirable concertación entre diversos organismos del Estado, como los encargados del suministro eléctrico, el gas, el agua, la fibra óptica, la telefonía... Y todo eso se está haciendo abriendo un solo canal bajo el nivel de las calles, lo cual supone que hemos tenido roturas serias en sitios como la Plaza de San Francisco de Asís y la Plaza Vieja, que parecían escenarios ya concluidos. Sin embargo, siempre nos quedaba la nostalgia de que el mejoramiento y la mejoría de las redes soterradas —por lo que se ha de empezar siempre, lo invisible de la restauración—, no se había ejecutado.
“Hay que decir con franqueza que era una inversión económica muy fuerte. Y el Estado ha estado en condiciones de acometer esa obra ahora, percatándonos todos, y la dirección del país especialmente, de la necesidad de hacerlo, teniendo en cuenta que el pasado año se evidenciaron fallas muy graves en ese sistema.
“La Habana Vieja se convirtió resueltamente en un gran parque nacional, y esas redes nos garantizan contra los apagones, la insufrible escasez de agua —a veces el agua que entraba por las cañerías se perdía en gran medida por las roturas en la red de distribución, algo que ahora se ha podido comprobar.
“Cuando se abre, vemos el estado de deterioro de cañerías que corresponden algunas al siglo XIX y otras muy a comienzos del siglo pasado. Es una obra colosal. A esto se une el enmascaramiento y reparación del Sifón de La Habana, para el desagüe de los albañales de la ciudad, conocido hoy como el “Cubo de vidrio” de la Avenida del Puerto, realizado por la Oficina, de conjunto con Aguas de La Habana y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, y otras entidades del país.
Hallamos un antecedente en el gran trabajo de redes soterradas que concluyó en la línea del Malecón tradicional.
Eso fue lo primero. La iluminación todavía padece, porque cuando se realiza una obra de gran envergadura y que supone una gran mejoría a largo plazo, como la emprendida en el Malecón —en la cual se trabajó todo el año 2012 y ya quedó concluida hasta El Prado— surgen nuevos problemas. Al conectar el agua y el gas, ahora con más fuerza, a las casas donde las tuberías han envejecido, se producen entonces inesperadas roturas, cambios, todo lo cual obliga a nuevas obras de carácter interior en las que avanzamos hoy. Pero ya por lo menos se está realizando algo que es un trabajo que apunta al futuro de la ciudad y al futuro del Centro Histórico.
En la línea del Malecón puede leerse hoy todo un discurso gráfico de la restauración emprendida por la Oficina del Historiador.
Efectivamente, allá estamos, incidiendo en los grandes monumentos de la ciudad; en el monumento al Mayor General Calixto García, en el de las víctimas del crucero acorazado Maine, en el consagrado al General Henry Reeve, en el dedicado a Antonio Maceo...
Aquí, en la Avenida San Pedro, en el interior de la Avenida del Puerto, se está trabajando, primero, en los grandes edificios de la Aduana; en lo que será el nuevo embarcadero de las lanchas de Regla; se vienen destruyendo, con el apoyo del Ministerio de Transporte y de otros organismos, los viejos e inservibles espigones y colocando los espigones nuevos; se viene haciendo una labor de remozamiento de la Alameda de Paula y de todos los edificios de su entorno; se viene terminando la nueva fábrica de cerveza y restaurante en el antiguo almacén de la madera y el tabaco, por donde se embarcaban estos productos siglos atrás, lo cual aviva allí una zona de recreación y de paseo de gran envergadura para los habaneros.
Muy cerca están los antiguos almacenes San José, que de por sí atraen a una cantidad tremenda de paseantes y visitantes, a veces no para comprar sino por el placer de ver las mercancías artesanales que vienen de toda Cuba.
¿Qué futuro se proyecta para el puerto habanero si pensamos en toda esta obra que está realizando la Oficina del Historiador de conjunto con importantes organismos e instituciones del país?
Ese destino está marcado por la inmensa, hermosa y gran obra que se está realizando en el Mariel, una inversión extraordinaria para Cuba. Los que hemos tenido la posibilidad de pasar no ya solo por el Mariel sino por la autopista que nos lleva a Pinar del Río, vemos el paso del ferrocarril, las nuevas carreteras y caminos.
La consecuencia más importante de lo que está sucediendo en el Mariel, es la liberación del puerto de La Habana como un puerto comercial y el establecimiento de su carácter como puerto turístico. Ello mejorará sustancialmente la calidad del agua de la Bahía de La Habana y contribuirá a la restauración de todo el entorno.
Previamente, siguiendo el plan preestablecido, estamos trabajando en el antiguo Castillo de Atarés. Se viene desmontando de aroma y marabú arbóreo toda la colina, la antigua loma, y sobre el altozano estamos haciendo demoliciones de todo cuanto de ajeno a la imagen original, se construyó a lo largo de los años en el Castillo, que es un mirador privilegiado de la capital.
Esa imagen concebida por Jilma Madera, levantada en 1958 con mármol blanco de Carrara y que bendice a la ciudad, también ha sido recuperada. Con la presencia reciente en La Habana de buques-escuela de otros países, de naves que han llegado en visita amistosa, de cruceros... las personas se refieren a los nuevos aires que va tomando esta zona. Quizá nosotros mismos no alcanzamos a darnos cuenta de la envergadura del cambio porque estamos metidos en la espiral del problema. Pero quienes llegan de todo el mundo se asombran al ver lo que está ocurriendo y después, encuentran a esta ola de hombres que siguiendo la tarea iniciada por quienes realizan el trabajo de las redes, vienen colocando los adoquines de piedra, una tarea ardua porque algunos pesan hasta dos kilogramos. Es una tremenda labor el recolocar ese pavimento tan propio de la antigüedad habanera.
Otra obra que se agrega es la del alcantarillado, porque debe limpiarse toda la red superficial que ha quedado tupida por la tierra y la arena que se compactan, previendo las lluvias futuras.
Y saliendo un poco de este perímetro, ¿qué otras obras en ejecución no quisiera dejar de mencionar el Historiador?
En primer lugar el Teatro Martí, que está para concluir; le quedan unos pocos meses. Es una obra extraordinaria en la cual confluyen una cantidad de elementos diferentes: decorativos, escenográficos, técnicos, tecnológicos de todo tipo. Muy cerca de allí se está restaurando, también en El Prado, la nueva sede de la Alianza Francesa. Acabamos de concluir casi frente al Palacio de Bellas Artes, el Sloppy Joe’s, que es uno de los edificios más emblemáticos y de los sitios culturales más interesantes de La Habana galante de los años 30 del pasado siglo.
Se acaba de concluir también la Plazuela del Ángel, tan asociada a la vida de ese barrio de vasta tradición en la historia cubana, donde tiene lugar uno de los proyectos socioculturales y comunitarios más interesantes en nuestro ámbito, el de Papito el barbero con su proyecto Artecorte. También debo hablar del antiguo bar y bodega de Bigote ‘egato, gran personaje de La Habana que conocí; está siendo reconstruida y admirablemente restaurada. Y hay muchas obras que comienzan a eclosionar ahora, que han requerido mucho tiempo de conservación y, de pronto, lucen con mayor belleza y esplendor.
Recientemente, Ud. ha sido nombrado por la más alta instancia del Gobierno cubano, al frente de una red de oficinas del Historiador y el Conservador, a lo largo del país. ¿Podría describirnos en qué consistirán estas otras funciones que asumirá?
Esa disposición presidencial explica por sí misma el interés en preservar el patrimonio a escala nacional y, especialmente, el de las siete antiguas villas fundacionales que pertenecen al patrimonio nacional y otras que, además, poseen espacios del Patrimonio de la Humanidad, como son La Habana con su Centro Histórico y su Sistema de Fortificaciones, Trinidad y el Valle de los Ingenios, el Morro de Santiago de Cuba, el Centro Histórico de Camagüey, el Centro Histórico de Cienfuegos, y otros puntos.
Será como una suerte de federación que comienza en Baracoa y permite el intercambio de experiencias a partir de lo que en La Habana se realizó hace muchos años: el sistema de escuelas taller, experiencias metodológicas para el trabajo de restauración, formación de personal capacitado, celebración de eventos. Por ejemplo, hacemos el encuentro de Manejo y Gestión de Centros Históricos todos los años, y en este estaremos más de cara a la Red. Tendrán un gran protagonismo las ciudades del patrimonio que están compelidas.
Pero lo más interesante de la disposición presidencial es que no solo se toman en cuenta las siete ciudades fundadas en ese periodo inicial de la llamada conquista española, sino que también abre y permite la posibilidad que se incorporen otras que por sus valores monumentales e históricos así lo merecen.
Pongo un ejemplo, en mi reciente visita a Holguín llegué, por otra vez, a Gibara. Se trata de una ciudad bellísima, con un gran acervo cultural, con una línea de monumentos militares del periodo colonial y de las guerras emancipadoras del pueblo cubano, que van desde Holguín hasta la entrada de Gibara. Todo eso merece conservarse.
Ciudades como estas podrán incorporarse, y ciudades históricas como Matanzas, que no es una de las siete primigenias, pero que hay que insistir mucho en sus valores monumentales, conservarlos y exaltarlos para que jueguen un papel relevante como contrapeso cultural en esa masa enorme de turistas que van no solamente a disfrutar del mar, el sol y la naturaleza, sino que quieren conocer lo que el país ha creado, quiere decir, su historia; y la historia y la monumentalidad son un reflejo positivo en la economía del país.
No olvidemos en esta enumeración a Ciego de Ávila que ha desarrollado un trabajo muy grande y meritorio en su preservación; a Bayamo, a Sancti Spíritus... en fin, a todo sitio donde se defienda a capa y espada el valioso patrimonio de la nación.
¿Cuál sería el signo de compromiso con el patrimonio que animaría a esta Red?
La red trabajará muy unida al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura. Nuestra tarea es alentar, con todas las fuerzas posibles, la preservación de los valores históricos y patrimoniales de la nación. De ello no excluimos hasta lo más especializado, como los valores arqueológicos. Por ejemplo, en Holguín, el Chorro de Maíta es un valor imponderable, el museo fundado por Orencio Miguel en Banes, tiene un valor incalculable, lugares históricos de la más que relevante ciudad patrimonial de Santiago de Cuba como los que se han restaurado; lo que se está salvando después de la terrible contingencia que el pueblo de Santiago ha enfrentado valientemente a causa del devastador ciclón. Debemos alentar por todas las vías la creación de grupos de trabajo en todos los campos.
La Oficina realiza anualmente un evento dedicado a la arquitectura vernácula que también incorporamos a la red, porque a veces no se tiene en consideración el valor de esta arquitectura, menos destacada por su monumentalidad, pero sí por su singularidad y su carácter popular. Dentro de las propias ciudades monumentales perviven otros elementos asociados a épocas y estilos arquitectónicos como el que recientemente hemos destacado, al celebrar una reunión internacional sobre el Art Deco. Pudiéramos hacer una igual sobre el Art Nouveau, el eclecticismo, la arquitectura moderna y contemporánea; hay un campo amplísimo para trabajar en toda Cuba.
¿Se conjugan las nuevas fórmulas de gestión económica asumidas por el país con estas acciones de rescate y salvaguarda del patrimonio nacional que promoverá la Red?
Estas nuevas oportunidades que la red permite se unen al marco legal en el cual se desarrollan numerosas actividades por cuenta propia, que trascienden el trabajo personal e implican a la sociedad.
Por ejemplo, en el Centro Histórico de La Habana se alquilan en este momento cientos de viviendas. Escribo todos los meses a los propietarios una carta personal en la cual, como Historiador, señalo que las personas vienen a la Habana Vieja a contemplar su patrimonio, aportan al desarrollo de esas nuevas oportunidades, pero que debemos encauzar toda la prosperidad para contribuir a la restauración de las casas propias en el respeto a los valores patrimoniales y urbanísticos.
Imagínate lo que significan en este momento dentro de La Habana quinientos balcones, quinientas fachadas, quinientos interiores que reviven con recursos propios y no van a pedirle a la Oficina del Historiador. Eso nos permite liberar recursos y fuerzas para ir adonde están los que tienen menos. Pero no solo las casas que se alquilan, pienso en restaurantes y otras manifestaciones del trabajo organizado no estatal. Todo eso representa magníficas posibilidades de aportación, además del ingreso de los impuestos que permiten incrementar los servicios públicos, trabajar mejor en la iluminación, en la protección, en el cuidado de los parques y jardines, de las plazas y fuentes.
Lo mismo está pasando en Trinidad; se convierte en una fuerza salvadora del patrimonio. Trinidad, que estaba en un momento crítico, de pronto evolucionó a una situación más favorable. Y le desata las manos a las oficinas del Conservador y el Historiador para que puedan dedicarse a la tarea metodológica, que es lo que tenemos que hacer, señalar: “Ud. va a arreglar, pero no puede romper esa puerta para poner un aire acondicionado, hay que buscar una solución”; “Ud. no puede enchapar las paredes con pedazos de azulejos y de piedras, o de esto o de aquello si no se corresponde con la naturaleza del edificio”.
No se trata únicamente de negar o sancionar, sino más bien de educar, orientar y contribuir. Y cuando hay casas monumentales que ni se alquilan ni se negocian, pero que tienen un valor grande, quien la adquiere a título privado debe conocer que no puede ser ni modificada ni cambiada sino que tiene que ser restaurada; si va a convertirse en vivienda debe respetar la imagen interior y exterior del inmueble, lo cual no le priva de modernizar la cocina o el baño, salvo que tenga unas cualidades monumentales excepcionales —como un baño de mármol del siglo XVIII—. Eso tendría un nivel de protección.
Pero lo más importante de todo es no frenar, es bien conducir, poner en cauce todas esas iniciativas y que sean útiles al fin que perseguimos: el renacimiento, el embellecimiento, la mejor condición de vida de los ciudadanos en las ciudades históricas de Cuba.
Se lo tienen que haber preguntado mucho, pero de cara a esta nueva opción que el país está estimulando para defender el patrimonio y pensando en lo porvenir, ¿por qué debemos defender el patrimonio para la nación cubana?
El patrimonio siempre corre riesgos. Por ejemplo, el patrimonio natural siempre tiene que ser protegido. El país está librando en este momento una campaña contra ilegalidades que se cometieron en un momento de amnesia, en relación con lo que estaba establecido. La costa es una preocupación por las dunas, los arenales, los arrecifes, el manglar... todo eso está escrito, pero supone una renovación de la voluntad de la nación de protegerla; supone la labor para impedir que proliferen construcciones que parten a veces de una necesidad, mal conducidas, y que reducen a cenizas el valor patrimonial de barrios enteros, como por ejemplo El Vedado, en el municipio Plaza de la Revolución, donde toda una serie de acciones por parte de los propietarios de las viviendas o sus usufructuarios, han conducido a la desaparición en cuadras completas, de la imagen de la ciudad. Se construyen balcones y garajes mal hechos, se ponen tanques de agua en el part terre, se hacen obras en jardines que pertenecen a la comunidad o a las personas.
Esa no es la forma de vivir en la ciudad que nos pertenece, ni las ciudades se pueden convertir en un campamento. El Estado tiene en este sentido una gran preocupación y una obligación que le imponen la Constitución y las leyes. Y eso se va a cumplir. Pienso que el reordenamiento es para bien, que nadie lo vea como una amenaza; lo debe ver como un beneficio.
Porque la belleza es tan importante para la vida como el pan. El hombre, el ser humano, necesita la belleza; necesita la concordia con la naturaleza; necesita habitar en mejores condiciones. Eso permite que podamos acudir a la emergencia de los que tienen menos, partiendo del principio actualmente ya establecido de que debemos subvencionar lo que necesita serlo: personas y no conjuntos sociales que está demostrado que el beneficio de una subvención, más que proteger, envilece.
¿Qué nos toca en cuanto a responsabilidad ciudadana a los pobladores de las ciudades, de los pueblos, de los sitios históricos del país?
El otro día en la Avenida de los Presidentes, en El Vedado, después de haber hecho un programa Andar La Habana dedicado al tema, volví a encontrar los grandes monumentos públicos llenos de grafitis realizados con spray negro. Quisiera pedir de todo corazón que todo el mundo se dé cuenta de lo grave que esto resulta. Cuando dañan de esa manera un monumento no se puede venir luego con una esponja y quitarlo. Estamos hablando de sustancias abrasivas. El mármol de los monumentos centenarios, está abierto y granulado. Cuando se le aplica un spray eso penetra bien adentro y hay que devastarlo para poder salvarlo. Esto no puede ser permitido.
¿Qué ciudad queremos? ¿Qué monumentos queremos? Hago un llamamiento sincero y comprometido a todas las generaciones, porque no me gusta caer en el lugar común de que la juventud está perdida, de que si los jóvenes son esto o aquello… Al contrario: hago un llamamiento a los propios jóvenes, a las vanguardias de la juventud y a todas las generaciones para que manifiesten su preocupación y condena a estas acciones salvajes. No es posible que tú termines la restauración de un edificio, de una lápida, de un monumento y te encuentres de pronto eso.
Hay algunos lugares en que habría que colocar delante un cartel que dijera: “Ante este monumento, inclínate, porque gracias a él (o a ella) tienes patria.” No es posible permitirlo. Y no es una cuestión solo de orden público; no podemos pensar que puede haber un policía ni una cámara de televisión en cada lugar. Es una cuestión ciudadana, que tiene que ver con la educación y el comportamiento de las personas.
Los que tienen este nivel de expresión exhiben otras costumbres de vida, a veces violentas, a veces irrespetuosas hacia los demás; se usa hoy la grosería de manera indiscriminada, se abusa de las palabras soeces y violentas, incluyendo en los medios de comunicación, en los cuales no debe ser permitido, porque hay acciones que son groserías escandalosas e imperdonables, que antes nunca se permitieron ni aún en las casas y lugares donde supuestamente debía ocurrir. Y eso se manifiesta después en la sociedad con estas formas de acción.
El país hace grandes sacrificios, la sociedad hace grandes esfuerzos para obtener como respuesta y como compensación de una minoría insensible, esa actitud despectiva que convierte una calle, un paseo o una avenida en un basurero público. Es como el que de pronto baja el cristal de su automóvil en la Quinta Avenida habanera y lanza una lata de cerveza o tira una botella. Son actitudes desalmadas que hay que calificar y condenar por su nombre.