Seúl (La Nación / GDA) Lee Joon-seok, de 69 años, pidió perdón y aseguró estar "profundamente avergonzado", al mismo tiempo en que se interrumpían los trabajos de rescate de los 287 desaparecidos por las malas condiciones climáticas.
"Lo siento mucho por los pasajeros y los familiares de los desaparecidos (...) Estoy profundamente avergonzado", dijo hoy ante las cámaras con el rostro oculto antes de someterse a un interrogatorio en el cuartel de la Guardia Costera surcoreana en Jindo, al suroeste del país.
A la espera de una investigación, funcionarios de la Guardia Costera afirmaron hoy que el capitán podría haber variado la ruta marcada por el Gobierno y que además habría realizado un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual en la zona del incidente.
Según expertos, este violento giro pudo desplazar parte de la carga hacia un solo lado y finalmente volcar el buque, aunque también se maneja la hipótesis de que fue la colisión con una roca lo que provocó el hundimiento.
En todo caso, el capitán está en la mira de la opinión pública en estos momentos y sus declaraciones podrían ser cruciales a la hora de aportar luz a esta tragedia.
El canal público surcoreano KBS lo complicó aún más hoy cuando afirmó que Lee Joon-seok huyó del crucero en la primera embarcación de socorro llegada al lugar de la tragedia, media hora después del pedido de ayuda.
El barco, de varios pisos, mandó una llamada de socorro a las 9 de ayer (hora local) cuando se dirigía a la isla de Jeju con 475 personas a bordo, entre ellos, 325 estudiantes secundarios que iban a una travesía con su escuela.
POR QUÉ NO EVACUARON
Mientras tanto, Oh Yong-seok, uno de los tripulantes de la tragedia, argumentó ante la agencia AP que el capitán no emitió de inmediato una orden de evacuación porque su tripulación estaba tratando de estabilizar la nave y que por eso en un principio instruyó a los pasajeros a colocarse los chalecos salvavidas y quedarse en sus camarotes.
Oh dijo que pasó media hora hasta que el capitán dio la orden de evacuación a los tripulantes pero agregó no estaba seguro si la orden había llegado a los pasajeros mediante el sistema de altoparlantes.
Varios sobrevivientes aseguraron que nunca escucharon órdenes de evacuación, lo cual disminuyó las probabilidades de sobrevivir de los pasajeros.
Oh, de 58 años y con 10 años de experiencia naval, dijo que cuando la tripulación fue convocada en la cubierta y se emitió el pedido de auxilio, el buque ya estaba inclinado a más de 5 grados, con lo cual se hacía casi imposible nivelarlo.
Aproximadamente en ese momento, un suboficial reportó que no había manera de estabilizar al buque y el capitán ordenó realizar otro intento más, que fracasó también, relató Oh. Un tripulante entonces intentó llegar a una de las balsas de emergencia pero se tropezó, con lo cual el suboficial le sugirió al capitán emitir una orden general de evacuación.
Según imágenes grabadas desde el mar en el momento del naufragio, unos pasajeros aterrados, con chalecos salvavidas, se subían a las barcas de salvamentos mientras el ferry se deslizaba suavemente hacia el fondo. Otros se arrojaban al agua y eran recuperados por socorristas o pescadores que fueron los primeros en llegar al lugar