El primer rascacielos flotante Seawer, que funciona con energía solar, agua de mar y desechos plásticos, se desplazará por el océano, purificando el agua contaminada y generando energía limpia a partir de la basura del Pacífico.
Para combatir la Gran Mancha de basura del Océano Pacifico, también conocida como 'sopa tóxica', una isla de cuatro millones de toneladas de desechos plásticos que flota por el océano, abarcando una superficie de 1,5 millones de kilómetros cuadrados, el arquitecto surcoreano Sung Jin Cho encabezó el proyecto
Seawer, presentado en el concurso arquitectónico eVolo Skyscraper 2014.
La estructura del rascacielos consta de un hueco de drenaje de 550 metros de diámetro y de 300 metros de profundidad, así como de 5 capas de filtros que —como la barba de una ballena— separan el agua de los residuos plásticos que, al no ser biodegradables, representan una seria amenaza para la
biodiversidad. Además, los autores del proyecto prevén dotarla de una estación hidroeléctrica que funcionará con energía solar, así como a base de energía proveniente del agua de mar y de la basura plástica que filtrará abriéndose paso por el océano.
Las partículas de plástico recogidas por el Seawer se acumularán en una
planta de reciclaje que se encuentra en la cima de la estructura, mientras que el agua de mar se filtrará y se almacenará en un gran tanque de sedimentación en la parte inferior del edificio para pasar a otro ciclo de la filtración.