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General: SI GABO HUBIESE SIDO PRESIDENTE DE COLOMBIA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 20/04/2014 22:41

Si Gabo hubiese sido Presidente de Colombia

"Nota ciudadana" es un espacio generado por nuestros lectores y no refleja o compromete el pensamiento ni la opinión de Las 2 orillas.
Si Gabo hubiese sido Presidente de Colombia
Foto: Archivo Festival Internacional de Cine en Guadalajara


Tras la desaparición del plano terrenal del gran Gabriel García Márquez, el pasado 17 de abril, kuna serie de inquietudes han surgido en mi cerebro. Algunas de ellas como ¿Que habría sucedido con su nombre, si no hubiese ganado el Nobel de literatura en 1982? ¿Que habría sucedido con nuestro país, si hubiese continuado su camino siendo el periodista brillante que fue y no hubiese escrito “Cien años de soledad”? Por supuesto, esas son preguntas que, jamás, podría llegar a responder nadie con un 100% de legitimidad. Pero, hay una incógnita que aún, en este momento, ronda por todos los rincones de mi mente ¿Que habría sucedido, si Gabo hubiese sido Presidente de Colombia?

Hace apenas uno segundos, cerraba mis ojos y me imaginaba una situación. En un Salón Elíptico del Capitolio o La Plaza de Bolívar, repleta de seguidores, de los labios del oriundo de la zona bananera salían las palabras de juramento, consagradas en el artículo 192 de la Constitución, que sonaban en los altoparlantes instalados para la ceremonia: “Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia”. Por supuesto, en la posesión, estaría con su cuerpo cubierto por una guayabera y no por telas de Armani.

Seguramente, el presupuesto nacional incluiría más apoyo al fortalecimiento intelectual de los habitantes de Colombia, en vez de gastar millones en balas y fusiles. Una de sus apuestas, probablemente, sería convertir en obligatoria la educación hasta obtener un título profesional, en vez de obligar a jóvenes de 18 años a prestar el servicio militar. La sensibilidad del ser de Gabo, casi indudablemente, lo hubiese llevado a decretar que los niños tuvieran más posibilidades de sonar y no tantos imperativos, en sus primeros años de formación académica. Imagino charlas profundas con diferentes gremios para llegar a explotar, al máximo, la capacidad de negociación y obtener el mejor resultado, para el pueblo, haciendo uso de la prioridad del bien común. Ineludiblemente, no habríamos tantos colombianos exiliados, pues el lo vivió durante años y haría, hasta lo imposible, para que su nación recibiera del Estado las mejores condiciones sin necesidad de emigrar, abruptamente, con el corazón arrugado y una sonrisa falsa dibujada en los labios. La libertad de prensa, sin lugar a dudas, estaría de fiesta pues se buscaría abrir los ojos y no ponerle una venda, aún más grande, sobre los ojos ya tapados del pueblo. Él, tranquilamente, hubiese preferido ampliar las universidades y no las cárceles.

Ahora, cuando abro los ojos tengo que recordar que Gabo no llegó a sentarse, jamás, en la silla de la máxima magistratura del país donde nací. Solamente, pudo dejarnos un Nobel, una vida llena de magia y una cantidad de sueños, y emociones, que mantienen con ilusión a un pueblo desangrado y con los ojos llenos de lágrimas. Hay que agradecer porque nos permitió conocer a la familia Buendía, por haber leído el “mierda” que el coronel le dijo a su esposa, por haber vivido “en carne propia” un secuestro y un naufragio, por sentir el amor de sierva María y Florentino Ariza, por conocer el carácter de Zacarias, por vivir la muerte del general, por leer doce cuentos inolvidables (aunque de mi cabeza no sale, aún, María dos Prazeres). No voy a imaginar más lo que pudo hacer por mi país maestro, pero tampoco voy a llorar por su partida ¿Por qué llorar por usted, Gabriel García Márquez, si me llenó la vida de magia?

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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/04/2014 04:57

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/04/2014 10:19
García Márquez ingresa a la inmortalidad
Por: Gloria Inés Ramírez, senadora de la República

El pasado 17 de abril murió en su residencia en ciudad de México el insigne escritor y periodista colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

Este infausto suceso ha dado lugar a las manifestaciones más diversas, que van desde quienes lamentan su desaparición como una gran pérdida para nuestro país y le rinden un sincero homenaje, hasta los que no son capaces de disimular la alegría que les produce su muerte, pasando por la variada gama de los aduladores, los hipócritas y los oportunistas.

Como escritor, García Márquez ascendió a las más elevadas cumbres de las letras, de lo cual es prueba irrefutable el Premio Nobel de Literatura, lo mismo que la opinión autorizada de los más grandes literatos de nuestro tiempo a lo largo y ancho del mundo.

Fue dueño de un pensamiento avanzado y, a diferencia de algunos escritores de su época que terminaron en las toldas de la derecha, mantuvo durante toda su vida una posición progresista coherente y jamás permitió que la oligarquía colombiana lo utilizara para ponerlo al servicio de sus intereses.

Fue amigo de Cuba y se desempeñó como corresponsal de la agencia cubana de noticias Prensa Latina en Nueva York, de donde tuvo que salir hacia México por amenazas de los contrarrevolucionarios radicados en Estados Unidos.

Acompañó al general Omar Torrijos en la lucha por la recuperación de la soberanía de Panamá sobre la zona del Canal. Estuvo al lado de los pueblos en las luchas contra las dictaduras militares que por largo tiempo asolaron a América Latina y El Caribe con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos.

En Colombia, fundó con algunos intelectuales la Revista Alternativa, que se convirtió en una tribuna del pensamiento progresista y de izquierda, y fue siempre un demócrata integral y un luchador consecuente por la paz.

Todas estas posiciones le granjearon el odio, a veces mal disimulado, de los sectores más derechistas de la oligarquía.

A comienzos de los años 80 del siglo pasado, el reaccionario gobierno de Turbay Ayala expidió el llamado “Estatuto de Seguridad” a cuyo amparo se desató una oleada de allanamientos, detenciones y torturas que provocaron un escándalo mundial-

y que hicieron blanco de la persecución a destacadas figuras del arte y la cultura, entre ellas, la escultora Feliza Bursztyn, el poeta nacional Luís Vidales y García Márquez, a quien los extremistas de la derecha y los militares acusaban calumniosamente de tener vínculos con el M-19.

El fantasma del Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, reencarnado en el militarismo colombiano volvía a repetir “Cada vez que oigo la palabra cultura, desenfundo mi pistola”.

Son estas las verdaderas razones que llevaron a nuestro más grande escritor a buscar refugio en México, hecho que él mismo explicó en su momento diciendo “Ahora se sabe por qué me buscaban, por qué tuve que irme y por qué tendré que seguir viviendo fuera de Colombia, quién sabe hasta cuándo, contra mi voluntad”.

Son las razones que esconden cuidadosamente los fascistas, a quienes ni siquiera la muerte de García Márquez les produce un poco de respeto.

Gabriel García Márquez es, sin ninguna duda, uno de los más grandes colombianos de todos los tiempos, por lo que expresamos nuestra admiración por su vida y obra, nos inclinamos respetuosos y adoloridos ante su tumba y le rendimos nuestro modesto pero sentido homenaje. Fotos: Latam y Notimundo.


 
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