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General: GABO , EL HOMBRE DE PAZ
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 20/04/2014 22:42

Gabo, el hombre de paz

La relación del Nobel en los diferentes procesos de paz y con la izquierda

Por: | abril 19, 2014
"Nota ciudadana" es un espacio generado por nuestros lectores y no refleja o compromete el pensamiento ni la opinión de Las 2 orillas.
Gabo, el hombre de paz


La presencia de Gabriel García Márquez en La Habana como testigo de los diálogos entre el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez y el ELN era la fiel fotografía de un verdadero hombre de paz. Era un intelectual apreciado y respetado por las partes y gozaba de gran aprecio en la isla, por su amistad con Fidel Castro. De hecho, Gabo también fue amigo personal de Camilo Torres Restrepo, muerto en combate.


La amistad de Gabo con Camilo Torres, la máxima figura del ELN y cuya aura se conserva intacta luego de cuatro décadas de haber muerto en sus filas, es de vieja data; se conocieron en los años 40 en la Universidad Nacional, en la Facultad de Derecho, de la cual ambos desertaron; Camilo, para convertirse en sacerdote, y Gabo, para consagrarse al periodismo y la literatura. 

Luego de 10 años de distancia y una vez ordenado Camilo como sacerdote, fue este quien bautizó a Rodrigo, el hijo mayor de Mercedes y Gabo, quien así narró este hecho: “Rodrigo, que había nacido el 24 de agosto de 1959 en la clínica Palermo de Bogotá. En familia decidimos que fuera Camilo quien lo bautizara. El padrino sería Plinio Apuleyo Mendoza, con quien mi esposa y yo habíamos contraído desde antes una amistad de compadres. La madrina fue Susana Linares, la esposa de Germán Vargas, que me había transmitido sus artes de buen periodista y mejor amigo.
 
Camilo era más cercano de Plinio que nosotros, y desde mucho antes, pero no quería aceptarlo como padrino por sus afinidades de entonces con los comunistas, y quizá también por su espíritu burlón que bien podía estropear la solemnidad del sacramento. Susana se comprometió a hacerse cargo de la formación espiritual del niño, y Camilo no encontró o no quiso encontrar otros argumentos para cerrarle el paso al padrino.
 
El bautismo se llevó a cabo en la capilla de la clínica Palermo, en la penumbra helada de las 6 de la tarde, sin nadie más que los padrinos y yo, y un campesino de ruana y alpargatas que se acercó como levitando para asistir a la ceremonia sin hacerse notar. Cuando Susana llegó con el recién nacido, el padrino incorregible soltó en broma la primera provocación. ‘Vamos a hacer de este niño un gran guerrillero’. Camilo, preparando los bártulos del sacramento, contraatacó en el mismo tono: ‘Sí, pero un guerrillero de Dios’”.
 
La amistad de Camilo y Gabo se mantuvo hasta que este partió a la guerrilla y su muerte fue sentida por la familia Márquez.
 
Al año de la muerte de Camilo Torres, en 1967, publicó la obra que lo consagró en la literatura universal y lo dio a conocer en todo el mundo, Cien años de soledad; con esta obra ganó el premio de novela Rómulo Gallegos en el año 1972, cuyo importe de 100.000 bolívares, cedió al Movimiento al Socialismo (MAS), grupo político venezolano liderado por Teodoro Petkoff que proviene de una negociación de paz en los años 60, y al Comité de Solidaridad con los presos políticos en Colombia.
 
Incluso a García Márquez y a Enrique Santos Calderón se les considera fundadores de este comité, organización que desde ese año ha defendido miles de presos tanto de la guerrilla colombiana como líderes sociales. Son cientos los presos del ELN a quienes el Comité de Solidaridad con los presos políticos ha prestado asistencia legal y ayuda humanitaria en sus 35 años de existencia.
 
García Márquez, ya en su condición de figura reconocida del boom latinoamericano, movimiento literario en el que los críticos agrupan a las grandes figuras de las letras de esa época, también hizo otro gran aporte al periodismo colombiano. 

Fundó, otra vez en compañía Santos Calderón, y de Antonio Caballero y otro grupo de periodistas, la Revista Alternativa, que se constituye en una ventana abierta a todas las voces de oposición al Frente Nacional y que asume con dedicación, el cubrir los pasos de las diversas guerrillas que actuaban en los años 70 y por supuesto que en sus crónicas y reportajes aparecen de cuando en cuando las actividades del ELN. 

Por el papel que jugó en esos años, muchas figuras guerrilleras miraban con interés la actividad de la Revista Alternativa, que propugnaba por la unidad de las izquierdas en todas sus manifestaciones, legales y subversivas; estas búsquedas llevaron a un encuentro del joven Nicolás Rodríguez Bautista, ya en el año de 1976 máximo dirigente del ELN, con Enrique Santos Calderón y otras personas de la Revista Alternativa. 

De esa charla se informó al detalle a Gabo, quien, según cuentan, miraba con cierta curiosidad a ‘los hijos de Camilo’. 

Desde el inicio de los años 70, junto a su amigo Fidel Castro, estuvo pendiente de todos los movimientos armados, y trató desde su condición de periodista y narrador aportar a difundir sus luchas: es célebre su reportaje sobre la muerte de Miguel Enríquez, el principal dirigente del MIR, partido armado de Chile, o su crónica sobre el despliegue de las tropas especiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba en Angola en el año de 1975. 

También su solidaridad con los intelectuales del Cono sur que sufrieron el exilio, su permanente actividad de denuncia a los atropellos y vejámenes de la dictadura de Pinochet, sus crónicas sobre las acciones espectaculares del Frente sandinista en Nicaragua. 

Igual su estrecha amistad con Fidel Castro y Omar Torrijos y su papel de componedor de amistades entre quienes conspiraban desde sus países y buscaban la amistad y el apoyo, de Torrijos en Panamá y Castro en La Habana es legendaria. García Márquez igualmente consolidó una amistad y vínculos con la dirigencia del PRI en México; con Carlos Andrés Pérez, dos veces presidente de Venezuela; y con los socialistas españoles y franceses. Siempre estuvo atento a ayudar y buscar respaldo para los que llegaron al poder o quienes lo buscaban, y en cada momento de la historia de estas tormentosas décadas de los 70 y los 80 estuvo atento al signo de los tiempos y a jugar un papel de articulador de amistades y de causas compartidas. 

Los años han pasado y García Márquez en su larga vida dedicó parte de sus energías a buscar caminos de entendimiento entre la guerrilla colombiana y los diversos gobiernos. De hecho, jugó un papel muy importante en el proceso con el M-19, siempre estuco al tanto de cualquier intento de negociación y fue discreto, confiable y efectivo para transmitir mensajes, buscar caminos de entendimiento, conspirar civilistamente y por supuesto contó siempre con el apoyo de Fidel Castro. 

Castro, por su parte, sintió como una responsabilidad personal el lograr encontrar fórmulas de entendimiento entre la guerrilla del ELN que él ayudó a fomentar en el ya lejano año de 1962 y los gobiernos de Colombia, con quienes poco a poco estrechó vínculos desde el restablecimiento de relaciones y que hasta pasaron por un extraordinario momento con el Presidente Uribe. 

García Márquez no llegó intempestivamente al proceso entre el gobierno del Presidente Uribe y el ELN. Fue él mismo que sugirió en mayo de 2004, durante la visita del jefe del Estado colombiano al presidente Vicente Fox, que el gobierno mexicano jugara un papel de facilitador para unos posibles acercamientos y diálogos. Esto llevó a que el embajador Andrés Valencia intentara abrir las puertas a un proceso. En este invirtió 10 meses de consultas, reuniones, construcción de fórmulas de entendimiento, lo cual en su momento no fructificó. 

Nuevamente, cuando se inició el proceso de un diálogo exploratorio entre el gobierno colombiano y el ELN, García Márquez estuvo presente, fue en la primera semana de diciembre de 2005 en La Habana y dedicó tres días completos a conversar con el comisionado Luis Carlos Restrepo; con la delegación del ELN, encabezada por Antonio García; con los diplomáticos de Suiza, Noruega y España; con los medios de comunicación; con los garantes de la “Casa de paz”: se le veía radiante, como si estuviera saldando una deuda con la paz de Colombia. 

García Márquez, a sus 80 años, asumió que podía darles una mano a los ‘hijos de Camilo’ y por supuesto, contó con el beneplácito del presidente Uribe, que siente por Gabo, como lo han sentido los Presidentes de Colombia –con excepción de Julio César Turbay– amistad y respeto por el colombiano más reconocido en el mundo. 

Fueron sentidas las palabras del presidente Uribe cuando se refirió a la presencia de Gabo durante esos días en La Habana; “ha estado nuestro Nobel Gabriel García Márquez muy atento a que eso tenga éxito, Dios quiera. Por allá está, esperemos a ver, ojalá”. 



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De: Ruben1919 Enviado: 22/04/2014 04:57

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De: Ruben1919 Enviado: 25/04/2014 10:19
García Márquez ingresa a la inmortalidad
Por: Gloria Inés Ramírez, senadora de la República

El pasado 17 de abril murió en su residencia en ciudad de México el insigne escritor y periodista colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

Este infausto suceso ha dado lugar a las manifestaciones más diversas, que van desde quienes lamentan su desaparición como una gran pérdida para nuestro país y le rinden un sincero homenaje, hasta los que no son capaces de disimular la alegría que les produce su muerte, pasando por la variada gama de los aduladores, los hipócritas y los oportunistas.

Como escritor, García Márquez ascendió a las más elevadas cumbres de las letras, de lo cual es prueba irrefutable el Premio Nobel de Literatura, lo mismo que la opinión autorizada de los más grandes literatos de nuestro tiempo a lo largo y ancho del mundo.

Fue dueño de un pensamiento avanzado y, a diferencia de algunos escritores de su época que terminaron en las toldas de la derecha, mantuvo durante toda su vida una posición progresista coherente y jamás permitió que la oligarquía colombiana lo utilizara para ponerlo al servicio de sus intereses.

Fue amigo de Cuba y se desempeñó como corresponsal de la agencia cubana de noticias Prensa Latina en Nueva York, de donde tuvo que salir hacia México por amenazas de los contrarrevolucionarios radicados en Estados Unidos.

Acompañó al general Omar Torrijos en la lucha por la recuperación de la soberanía de Panamá sobre la zona del Canal. Estuvo al lado de los pueblos en las luchas contra las dictaduras militares que por largo tiempo asolaron a América Latina y El Caribe con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos.

En Colombia, fundó con algunos intelectuales la Revista Alternativa, que se convirtió en una tribuna del pensamiento progresista y de izquierda, y fue siempre un demócrata integral y un luchador consecuente por la paz.

Todas estas posiciones le granjearon el odio, a veces mal disimulado, de los sectores más derechistas de la oligarquía.

A comienzos de los años 80 del siglo pasado, el reaccionario gobierno de Turbay Ayala expidió el llamado “Estatuto de Seguridad” a cuyo amparo se desató una oleada de allanamientos, detenciones y torturas que provocaron un escándalo mundial-

y que hicieron blanco de la persecución a destacadas figuras del arte y la cultura, entre ellas, la escultora Feliza Bursztyn, el poeta nacional Luís Vidales y García Márquez, a quien los extremistas de la derecha y los militares acusaban calumniosamente de tener vínculos con el M-19.

El fantasma del Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, reencarnado en el militarismo colombiano volvía a repetir “Cada vez que oigo la palabra cultura, desenfundo mi pistola”.

Son estas las verdaderas razones que llevaron a nuestro más grande escritor a buscar refugio en México, hecho que él mismo explicó en su momento diciendo “Ahora se sabe por qué me buscaban, por qué tuve que irme y por qué tendré que seguir viviendo fuera de Colombia, quién sabe hasta cuándo, contra mi voluntad”.

Son las razones que esconden cuidadosamente los fascistas, a quienes ni siquiera la muerte de García Márquez les produce un poco de respeto.

Gabriel García Márquez es, sin ninguna duda, uno de los más grandes colombianos de todos los tiempos, por lo que expresamos nuestra admiración por su vida y obra, nos inclinamos respetuosos y adoloridos ante su tumba y le rendimos nuestro modesto pero sentido homenaje. Fotos: Latam y Notimundo.


 
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