La actriz Graciela Dufau, que fuera elegida por Gabriel García Márquez para protagonizar su única obra teatral -que el escritor colombiano escribió pensando en ella-, evocó en charla con Télam algunos recuerdos y aspectos particulares de la personalidad y el genio creativo del autor de “Cien años de soledad”.
“Diatriba para un hombre sentado” (1987) es la única obra teatral de García Marquez y él la eligió a Dufau como musa inspiradora.
En relación con aquella decisión, la actriz dijo a Télam: “Creo que hay circunstancias en la vida que confluyen, él quiso ver la obra de poesía y monólogos `La maga`, que hacíamos con mi marido, Hugo Urquijo (director) en La Habana, en el contexto del Festival Internacional de Cine”.
“Gabo vino a vernos al cabaret del Hotel Nacional, pero se quedó afuera. Aquella noche hice cerrar las puertas a las 20.55, -la función empezaba a las 21-, porque estaba todo lleno y mi condición para hacer el espectáculo era que no se sirviera comida hasta que terminara de actuar, para evitar ruidos”.
“Gabo -sigue evocando emocionada- no logró ingresar. Hablé con él luego de aquella función, no podía creerlo, pero él me tranquilizó diciéndome que ya tenía su entrada para la noche siguiente, aunque me adviritó que empezara puntual a las 21, y que no lo hiciera antes”.
Luego de ver la función, durante una reunión en su casa en La Habana en la que estaban Gregory Peck, Emmanuelle Riva (“Hiroshima mon amour”) y otros actores, el escritor le comentó a Dufau que tenía ganas de escribir una “cantaleta”, “un relato dicho por una mujer, dedicado a su marido en la noche de sus bodas de plata”.
Nueve meses después de aquel encuentro y sin haber tenido otro contacto, sonó el teléfono de la casa de Dufau y, “aunque nunca supe cómo consiguió mi número, respondí y alguien me dijo: `conozco esa voz, soy Gabo y no me mandes al carajo pensando que esto es una broma`”.
Una lectura del texto original de “Diatriba…”, realizada por la actriz en Cuba algunos meses después del llamado, fue calificada por el laureado autor con un definitorio “los dos -actriz y director- se van al carajo”, mientras que Merecedes, esposa del escritor, luego de escucharla exclamó: “Me deben derechos de autor”.
El desamor y las quejas que van construyendo la ruptura de una pareja caribeña es el tema central del montaje dirigido por Urquijo, que recorrió el país desde su estreno mundial en el Teatro Cervantes en 1988 y fue aplaudido en La Habana por el autor.
El escritor colombiano, fallecido en Ciudad de México a los 87 años, sitúa la acción dramática durante una extensa noche en la ciudad de Cartagena de Indias, con una protagonista sumida en el desencanto, quien enumera, como una suerte de balance verbal, los vaivenes -la mayoría ácidos- de una convivencia de 25 años.
Las anécdotas breves conforman la personalidad, de ahí que la actriz opte por “quedarme con los pequeños recuerdos, como cuando nos invitó a almorzar a su casa, fui con mi hijo Federico -era entonces un chico de 16 años-, a quien le había dado previamente indicaciones acerca de los buenos modales, esas cosas que decimos las madres”.
“Mercedes no estaba -continúa con la voz quebrada-, él preparó fideos con salsa y mientras comíamos se manchó su impecable guayabera blanca. Mi hijo me miró en silencio sorprendido y Gabo le dijo: `Ah, veo que ella ya te mandó a que te calles` y comenzó a darle charla”.
“¡Ah, entonces eres un poeta!”, fue la expresión con la cual el escritor calificó los sueños del hijo de la actriz de convertirse en astrónomo.
“Diatriba…” tuvo una segunda exitosa versión por la dupla Urquijo-Dufau en el teatro Payró en 2005.
Recordando la personalidad de Gabo, la actriz cuenta: “permanece en mí su sentido del cuidado del otro, las detalladas recomendaciones dadas a Hugo cuando lo visitó en México para que la altura no le hiciera mal. Siento con su muerte algo parecido a lo que siente una viuda, y la misma orfandad que sentimos todos”.
(Información de Telam)