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General: Las cartas de los militares alemanes en Stalingrado
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 02/05/2014 12:19

Las cartas de los militares alemanes en Stalingrado

22 de enero de 2014 Víctor Saprykov, File.rf
Entre los trofeos de guerra, las tropas soviéticas se llevaron una gran cantidad de correspondencia militar, así como diarios y otros apuntes de los soldados alemanes hechos prisioneros. La mayor parte de estos escritos data de los meses de noviembre y diciembre de 1942 y del primer semestre de 1943.
 Las cartas de los militares alemanes en Stalingrado
Fuente: Photoshot/Vostock Photo

Tras ser rodeados por el Ejército Rojo se hallaban en Stalingrado 22 divisiones y más de 160 unidades externas del 6º ejército alemán, así como parte del 4º ejército de tanques, una cantidad total de 330.000 hombres.

Las cartas más interesantes se publicaron en un pequeño libro titulado La derrota de los alemanes en Stalingrado. Confesiones del enemigo, publicado por la Editorial Militar del Comisariado del Pueblo para la Defensa de la URSS en 1944. No se indica su tirada y se editó en formato de bolsillo. Además, para su impresión se utilizó un tipo de papel muy barato que no está pensado para durar demasiado tiempo, de modo que el libro se convirtió en una rareza bibliográfica.

La batalla de Stalingrado: 

17 de julio de 1942- 2 de febrero de 1943. Es la mayor batalla terrestre que hubo durante la Segunda Guerra Mundial y, junto con la Batalla del Arco de Kursk, se convirtió en un punto de inflexión de la contienda, ya que a raíz de ellas las tropas alemanas perdieron finalmente la iniciativa estratégica. Se estima que la pérdida total de ambas partes en esta batalla superó los dos millones de personas.

En su correspondencia los soldados alemanes hacen gala de una gran franqueza, del deseo de compartir sus sensaciones y todo lo que habían pasado con sus seres queridos, de transmitirles la verdad sobre los combates en la región de Stalingrado y sus estimaciones sobre las fuerzas del Ejército Rojo. Estas cartas y diarios son el testimonio vivo y directo sobre la guerra de aquellos que se encontraban en primera línea de frente, al otro lado de las trincheras y los refugios. 

 “…Stalingrado es el infierno en la tierra, es Verdún, el Verdún rojo, con nuevo armamento. Atacamos cada día. Si por la mañana conseguimos avanzar 20 metros, por la tarde los rusos nos vuelven a hacer retroceder…” 

De la carta del cabo Walter Oppermann nº 44111, a su hermano, con fecha 18-XI-1942. 

 Fuente: Photoshot/Vostock Photo

“… Cuando llegamos a Stalingrado éramos 140 hombres, y el 1 de septiembre, tras dos días de combates, sólo quedábamos 16. El resto resultaron heridos o muertos. No tenemos ningún oficial y la comandancia de la subdivisión tuvo que escoger a un suboficial. Cada día salen de Stalingrado hacia la retaguardia hasta mil heridos…” 

De la carta del soldado Heinrich Malchus nº 17189 al cabo Karl Weitzel. 13-XI-1942. 

 “19 de noviembre. Si perdemos esta guerra se vengarán de todo lo que hemos hecho. Miles de rusos y judíos han sido fusilados con sus mujeres e hijos en Kiev y Jarkov. Es algo increíble. Pero por esta razón debemos aportar todas nuestras fuerzas para ganar la guerra.” 

de diciembreEl tiempo va empeorando. La ropa se nos queda helada. Llevamos tres días sin comer y sin dormir. Fritz me ha contado una conversación que ha oído: los soldados prefieren huir o rendirse…” 

 Fuente: UllsteinBild/Vostock-Photo

Del diario del sargento de la gendarmería de campo Helmut Mögenburg.

“… Ayer nos dieron vodka. En ese momento acabábamos de matar un perro, y el vodka nos vino de maravilla. Hetty, en total he matado ya cuatro perros, y mis compañeros no pueden ni comerlo. Una vez disparé a una urraca y la herví…”

De la carta del soldado Otto Zechtig, 1º compañía, 1º batallón, 227º regimiento de infantería de la 100ª división de infantería ligera, nº 10521 V, a Hetty Kaminski. 29-XII-1942.

de eneroNuestra división tiene un cementerio en Stalingrado donde hay enterrados más de mil hombres. Es algo terribleLos hombres que son enviados ahora a la infantería se pueden considerar condenados a muerte.

Del diario del oficial F. P., del 8º parque de ametralladoras ligeras del 212º regimiento.

“… ¡Qué felices podríamos haber sido si esta maldita guerra no hubiera existido! Y ahora tenemos que vagar por esta terrible Rusia, ¿para qué? Cuando pienso en ello me entran ganas de gritar de rabia y frustración…”

De la carta del cabo Arno Beetz, del 87º regimiento de artillería de la 113ª división de infantería, nº 28329 D, a su novia. 29-XII.1942.

“… 15 de enero… En nuestro batallón, sólo en los últimos dos días, habíamos perdido 60 hombres muertos, heridos y víctimas de hipotermias, más de 30 hombres habían huido, sólo nos quedaban municiones hasta la tarde, los soldados no había comido absolutamente nada en tres días y a muchos de ellos se les habían helado las piernas.

No parábamos de preguntarnos qué podíamos hacer. El 10 de enero por la mañana leímos una carta que contenía un ultimátum. Esto determinó nuestra decisión. Nos entregamos para salvar la vida de nuestros soldados...”

De la confesión del cabo prisionero Josef Schwarz, 10ª compañía del 131º regimiento de infantería de la 44ª división de infantería. 2-I-1942

“… La operación pensada para rodear y liquidar el 6º ejército alemán fue una obra maestra desde el punto de vista estratégico. La derrota de las tropas alemanas en Stalingrado influirá en gran medida en el futuro curso de la guerra. Serán necesarios enormes esfuerzos y mucho tiempo para reparar las colosales pérdidas en personal, técnica y material militar sufridas por las fuerzas armadas alemanas como resultado de la extinción del 6º ejército…”

De la confesión del teniente general Alexander von Daniels, comandante de la 376ª división de infantería alemana. 

 


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De: Ruben1919 Enviado: 02/05/2014 12:20

70º aniversario de la batalla de Stalingrado

1 de febrero de 2013 Majmut Garéyev, Rusia Hoy
Durante la Segunda Guerra Mundial hubo otras victorias no menos brillantes del Ejército Rojo por sus resultados estratégicos y por el nivel de técnica militar. Entonces, ¿por qué se destaca la batalla de Stalingrado? En el 70º aniversario de la batalla, hemos querido reflexionar sobre ello. Los intereses de la Historia y del desarrollo de la cooperación entre los pueblos exigen liberar a la historia militar de un espíritu de confrontación y, al mismo tiempo, subordinar los estudios científicos en aras de una interpretación de la historia de la Segunda Guerra Mundial profunda, verdadera y objetiva, incluyendo la batalla de Stalingrado. Esto está relacionado con el hecho de que algunas personas quieren falsificar la historia de esta guerra, “volver a combatir” en el papel.
 70º aniversario de la batalla de Stalingrado
Sobre la importancia de Stalingrado, donde el curso de la historia dio un brusco giro. Fuente: Zelma / RIA Novosti

En la historiografía mundial no se concibe de la misma manera el significado de la batalla de Stalingrado en relación al desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Tras el final de la guerra, en fuentes occidentales aparecieron afirmaciones de que la batalla de Stalingrado y la victoria de las tropas aliadas en El Alamein representaron el punto de inflexión más importante de la Segunda Guerra Mundial. 

Por supuesto, en favor de la objetividad, debemos reconocer que en El Alamein los aliados obtuvieron una gran victoria, lo que supuso una contribución significativa a la derrota del enemigo común. 

Si hablamos del aspecto militar y estratégico, la batalla de Stalingrado tuvo lugar en un vasto territorio de casi 100.000 kilómetros cuadrados, mientras que la operación de El Alamein se desarrolló en un lugar relativamente estrecho de la costa africana. 

En Stalingrado, en distintas etapas de la batalla, participaron más de  2,1 millones de personas en total, se utilizaron más de 26.000 cañones y lanzaminas, 2.100 tanques y más de 2.500 aviones de combate. El mando alemán para la batalla de Stalingrado utilizó a 1.011 000 personas, empleó 10.290 cañones, 675 tanques y 1.216 aviones. Mientras que en El Alamein el pabellón africano de Rommel tenía “solo” 80.000 personas, 540 tanques, 1.200 cañones y  350 aviones. 

 

La batalla de Stalingrado duró 200 días y noches (del 17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943), mientras que la batalla de El Alamein, 11 días (desde el 23 octubre hasta el 4 noviembre de 1942), por no hablar de la intensidad incomparable y la ferocidad de estas dos batallas. 

Si en El Alamein el bloque fascista perdió 55.000 personas, 320 tanques y alrededor de 1.000 cañones; en Stalingrado, la pérdida de Alemania y sus satélites fue 10 ó 15 veces mayor. Fueron hechas prisioneras cerca de 144.000 personas. Se destruyeron 330.000 tropas. Fueron muy grandes también las pérdidas de las tropas soviéticas. Las pérdidas irrecuperables llegaron a 478.741 personas. Muchas de las vidas de los soldados podrían haberse salvado. Sin embargo, nuestros sacrificios no fueron en vano.

 

Fuente: Mijail Mordásov

No es comparable a la importancia militar y política de los acontecimientos. La batalla de Stalingrado tuvo lugar en el teatro principal de la guerra europea, donde se decidió el destino de la guerra. La operación en El Alamein, en el norte de África, tuvo lugar en un teatro secundario de la guerra y su impacto en el curso de los acontecimientos pudo ser indirecto. La atención de todo el mundo se centró entonces no a El Alamein, sino precisamente en Stalingrado. 

A su vez, los importantes daños y las enormes pérdidas de la Wehrmacht en Stalingrado empeoraron seriamente la situación política, militar y económica de Alemania y la sumieron en una profunda crisis. 

El daño de los tanques enemigos y vehículos en la batalla de Stalingrado se comparó a su cantidad de producción en seis meses en las plantas de Alemania, a la producción de cañones en cuatro meses y a la de dos meses de producción de lanzaminas y armas pequeñas. Y para compensar tan grandes pérdidas, la industria militar alemana tuvo que trabajar con una tensión extremadamente alta. Aumentó drásticamente la crisis de la mano de obra. 

La catástrofe en el río Volga dejó su impacto visible en la moral de la Wehrmacht. En el Ejército alemán aumentó el número de casos de deserción y la insubordinación a los comandantes, y también aumentaron los delitos de guerra. 

Después de Stalingrado, el número de condenas a muerte dictadas por la justicia nazi a militares alemanes aumentó de manera significativa. Los soldados alemanes comenzaron a cumplir con menos tenacidad las acciones militares y empezaron a temer a los ataques de los flancos y alrededores. Entre algunos políticos y altos oficiales se manifestó un sentimiento de oposición a Hitler. 

La victoria del Ejército Rojo en Stalingrado sacudió al bloque militar fascista, tuvo un  efecto depresivo en los satélites de Alemania, causó pánico en el campamento y contradicciones insolubles. 

Los líderes de Italia, Rumanía, Hungría y Finlandia, para escapar de la catástrofe inminente, empezaron a buscar excusas para poner fin a la guerra e ignoraron las órdenes de Hitler de  enviar tropas al frente soviético-alemán. 

Desde 1943, se entregaron prisioneros del Ejército Rojo no solo soldados y oficiales, sino subdivisiones enteras y parte de los ejércitos rumano, húngaro e italiano. Se tensaron las relaciones entre la Wehrmacht y los ejércitos aliados. 

La destructiva derrota de las hordas fascistas en Stalingrado actuó de manera aleccionadora en los círculos gobernantes de Japón y Turquía, es decir, abandonaron su intención de entrar en guerra contra la URSS. 

 

Bajo la influencia de los avances realizados por el Ejército Rojo en Stalingrado y en las operaciones posteriores de la campaña de invierno 1942-1943, se reforzó el aislamiento de Alemania en la escena internacional. 

En 1942-1943, el Gobierno soviético estableció relaciones diplomáticas con Austria, Canadá, Holanda, Cuba, Egipto, Colombia, Etiopía, y con Luxemburgo, México y Uruguay reanudaron las relaciones diplomáticas anteriormente interrumpidas.

Todo esto sugiere que precisamente la batalla de Stalingrado rompió la columna vertebral de la Wehrmacht e inició un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial en favor de la coalición antiHitler. Más precisamente, Stalingrado ordenó este cambio fundamental. 

Majmut Ajmetovich Garéyev es presidente de la Academia de Ciencias Militares, doctor en Historia y Ciencias Militares, general del Ejército y veterano de la Segunda Guerra Mundial.



 
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