Rafa Nadal, que se encuentra disputando el torneo de Rio de Janeiro con notables resultados, volvió a demostrar una vez más cómo un deportista puede ganarse la admiración desde cualquier rincón del mundo. Esta vez el número uno del mundo accedió a posar para la cámara con una aficionada de 88 años que le animaba desde las gradas tras haber recorrido casi 1.500 km para disfrutar del tenis del mejor jugador del mundo.
"Tengo 88 años y he viajado 1.426 km para verte. Suerte", rezaba la pancarta que Mafalda, así se llama la anciana, lucía desde el graderío ante su admirado tenista. Ella misma cuenta que siempre ha sido fiel seguidora del tenis, que sus ídolos fueron algunos míticos jugadores como Pete Sampras o Gustavo Kuerten, pero que tras haber leído su autobiografía es Nadal quien se ha convertido en un verdadero héroe para ella.
Consciente de la bonita historia que tenía ante sus ojos, Nadal no dejó pasar la oportunidad y además de hacerse la foto compartió unos minutos con sus admiradores, encantados de estar posando al lado del número uno del mundo, quizás el mejor deportista español de toda la historia. "Llegamos a la puerta de los vestuarios e inmediatamente nos vio. Me conmovió, fue muy atento", dice Mafalda, que aunque afirma haber estado ante una situación "incómoda" porque Nadal recién acababa de terminar su partido y todavía no había pasado por la ducha, acabó recibiendo incluso un emotivo beso del tenista español.
"Creo que tiene muchas posibilidades de ganar aquí en Río. Lo que hizo el año pasado fue inolvidable", dice la protagonista de una de esas historias bonitas que deja el deporte, capaz de cumplir los sueños de los más fieles sin importar edades ni distancias,