La última cuesta que debe subir el pelotón del Giro es la que les lleva del aparcamiento de los autobuses al podio de firmas en Gemona del Friuli, pueblo de terremotos, donde mataron al primer campionissimo, Ottavio Bottecchia, no se sabe si los fascistas, no se sabe si un agricultor furioso porque le robaba las peras, no se sabe si el marido de su amante, no se sabe.
Es la última etapa, con destino a Trieste, a la plaza de la Unidad de Italia, una muestra más de cómo los italianos son capaces de crear belleza en cada rincón, y la plaza, abierta al puerto adriático, es única y, al mismo tiempo, de destruirla con el espectáculo hortera y colorista, y chillón, la invasión kitsch vestida de rosa, del Giro (y el sprint, ganado por un esloveno, a apenas unos kilómetros de su frontera, llamado Luka Mezgec), a la que contribuye el propio líder Nairo Quintana, más pantera rosa que cóndor sobre una bicicleta enteramente rosa; una muestra más de cómo un mismo lugar puede inspirarle una elegía a Rilke, un relato a Joyce y unos ripios horrendos a imitadoras de Raffaella Carrà, por ejemplo. Y sin embargo, como recuerda Matt Rendell, son los versos de Rilke (“y si lo admiramos es porque en su calma desdeña destruirnos. Terrible es todo ángel”) los que mejor podrían decir al mundo quién es Nairo Quintana, y no valdrían para ningún otro de sus competidores en el Giro, ni siquiera para su compatriota, y segundo, Rigo Urán, ni para el tercero, Aru.
Tengo 24 años y la presión supongo que llegará cuando sea viejo y no pueda más”
Cuando el ángel terrible cruzó la meta, feliz (“no me cabe la alegría dentro de mi cuerpo”, dijo), el diluvio, como si esperara el final, descargó sobre Trieste, sobresaltó a los espectadores, emocionó a don Luis, el padre de Nairo, campesino y patriarca en Cómbita, que con decenas de colombianos en la plaza coreó el himno colombiano que sonó en la plaza en honor de su hijo, en el podio alegre con su hijita en brazos. “Mis padres, que han estado los últimos días aquí, en el Giro, dicen que es increíble tener en casa a alguien de tanta magnitud como yo. Verlo desde fuera, como si yo no fuera su hijo, es grande y maravilloso para ellos”. Y como sus padres, todos los colombianos (“que están más orgullosos que yo mismo de lo que he conseguido, pero para mí no será duro llevar el papel de héroe: es un compromiso, pero no será una presión. Soy joven, tengo 24 años, y la presión supongo que llegará cuando sea viejo y no pueda más”, dice), que celebran su primer Giro, acompañado por el segundo puesto, además, Urán, y por la montaña de Julián Arredondo, en un día que muchos ya comparan en grandeza para su deporte con el 0-5 futbolístico en Buenos Aires, que hace 20 años fue el preámbulo de la gran decepción del Mundial de Estados Unidos. Quintana, es, después del penúltimo hispanoparlante que ganó el Giro, Alberto Contador, el primero que lo hace en su debut en la carrera rosa, y es el más joven desde Damiano Cunego, que tenía 22 años cuando se impuso hace 10, en 2004.
De Italia me gustó todo. El Giro me ha atrapado, me ha enamorado”
“Pero no ha sido fácil. He estado enfermo medio Giro y aún sigo saliendo maleza, mucosidades, de mis narices en todo momento”, dice el ganador, un prodigio escalador que aprovechó la dureza de un recorrido hecho a su medida, pero que en el Tour pasado, en el que también debutaba, fue ya segundo. “La segunda semana fue muy difícil todos los días, pero sabía que el día de descanso estaría bien y que llegaría perfecto al día clave, descansado y mentalizado para el Stelvio, el puerto que más me gustó, y Val Martello. De todas formas, de Italia me gustó todo, las montañas, la naturaleza hermosa, la energía de la afición, su cariño, su calor. El Giro me atrapó, me ha enamorado”.
En mi país están más orgullosos que yo mismo de lo que he conseguido”
Quintana llegó al Giro como principal favorito y respondió a la expectativa, sobreviviendo a la caída que se llevó por delante a Purito, sobreviviendo a los diluvios, la fiebre y las alergias, y mostrando una dureza mental implacable ante la polémica que quiso manchar su gran día, el ataque en el descenso del Stelvio. Y por eso, porque se conoce, y pensaba que los demás deberían conocerlo ya, sobre todo después del Tour, y del respeto que se ha ganado en el pelotón, donde los más grandes le abren paso cuando lo presienten, y sus compañeros de equipo se dejan mandar encantados por su tono a veces autoritario, siempre preocupado por su bienestar, a Quintana no le deja de sorprender la sorpresa que muestran todos cuando lo aprecian en su esplendor, como si se sintieran engañados por la tranquilidad de su rostro en pleno esfuerzo, su boca cerrada siempre, su fortaleza mental. “A veces me he sentado a pensar eso, y creo que aún sigo sorprendiendo a la gente porque soy muy joven. Y creo que seguiré sorprendiendo en el futuro, dando pasos rápidos pero firmes”, dice. Según todos los que saben algo de ciclismo, Quintana tiene, al menos, un Tour en sus piernas, pero el primero no será el de 2014, que no correrá, sino en todo caso el de 2015, en que piensa incluso en doblarlo con el Giro. “Ahora estaré tres semanas descansando en España con mi familia y después empezaré a prepararme para la Vuelta”, dice. “Y claro que veré el Tour por la tele todos los días. Me dará envidia no estar, pero haber hecho lo de aquí me da tranquilidad y satisfacción”.
Nairo Quintana (Movistar) se convirtió hoy en el primer ciclista colombiano que gana el Giro de Italia, que concluyó hoy en Trieste con la victoria del esloveno Luka Mezgec en la vigésima primera y última etapa.
La última jornada, de 172 kilómetros entre Gemona y Trieste, fue un mero trámite para el nuevo campeón y también un paseo para sus dos acompañantes en el podio final, su compatriota Rigoberto Urán (Omega Pharma), que repitió segundo puesto, a 3:07 del vencedor, y la revelación italiana, Fabio Aru (Astana), a 4:04.
José Herrada, compañero de Quintana en el Movistar, fue el español mejor clasificado: vigésimo tercero, a 58:42.
El broche final del Giro se lo llevó, al esprint, Luka Mezgec (Giant Shimano), que marcó un tiempo de 4h23:58 al imponerse en un esprint muy apretado al italiano Giacomo Nizzolo, al estadounidense Tyler Farrar y al gran favorito, el francés Nacer Bouhanni, que buscaba su cuarto triunfo de etapa y cuyo equipo, el Trek, había impuesto el ritmo en la llegada masiva.
Fue el remate a un Giro un tanto extraño que empezó en la ciudad norirlandesa de Belfast y acabó en Trieste en lugar de Milán, como es habitual, al cabo de un festival colombiano. Los "escarabajos" se mostraron muy superiores, y especialmente en la montaña, de ahí el doblete Nairo Quintana-Rigoberto Urán al final de la contienda.
Quintana partía como uno de los favoritos al podio y tras un comienzo un tanto irregular debido a las caídas y a una infección pulmonar abrió las puertas a otros corredores que contaban menos para estar en el podio final.
Además de los problemas de Quintana, los otros candidatos se encontraron con otra baza a su favor: la retirada del español Joaquím "Purito" Rodríguez debido a una caída.
Esas circunstancias las aprovecharon durante varias jornadas el australiano Cadel Evans, el polaco Rafal Majka, el italiano Domenico Pozzovivo y el canadiense Ryder Hesjedal, vencedor en 2012 y que, como ahora Quintana, hizo historia al ser el primer canadiense en inscribir su nombre en el palmarés del Giro.
Llegó la montaña y arrasaron los colombianos, primero con Rigoberto Urán, también segundo en la pasada edición y líder durante algunos días, y luego con Quintana, que dio el vuelco al Giro en la decimosexta etapa y luego remató con un nuevo triunfo en la cronoescalada de la decimonovena, con final en Cima Grappa.
La polémica de la 16a. jornada de los míticos Gavia, Stelvio y Val Martello fue por culpa de la nieve en el Stelvio. Confusión en las comunicaciones de "radio corsa" en las que fueron muchos los directores que interpretaron que la carrera estaba neutralizada durante el descenso del Stelvio.
Quintana no se enteró de nada y en el descenso del gigante alpino se marchó en busca de la meta aprovechando el embrollo entre directores y organizadores. Una vez más el Stelvio inscribió otro capítulo en su leyenda particular y Quintana realizó la gesta del día, al vestirse de rosa.
Tres días después en la cronoescalada de cima Grappa Nairo dejó claro que era el más fuerte y sentenció la carrera, pues tanto Aru como Uran cedían más segundos de los previstos y Evans arrojaba definitivamente la toalla.
En la última etapa de alta montaña, en el Zoncolan, denominado "La Puerta del Infierno", Quintana aguantó bien los tirones de sus rivales, especialmente del Omega Pharma que comanda su compatriota Rigoberto Uran, se dejó llevar y entró de la mano junto a Uran en una jornada que se llevó el australiano Rogers, segunda en este Giro, posiblemente por un empujón que dio un aficionado a su compañero de escapada el italiano Bongiorno, un empujón que lejos de ayudarle, le obligó a echar pie a tierra.
En la última etapa, los 172 kilómetros, entre Gemona y Trieste, reinó la tranquilidad al estar definidos los primeros puestos en la general, circunstancia que fue aprovechada por otros corredores en busca de protagonismo como fue el caso del canadiense Tuft (Orica) y el holandés Tjallingii (Belkin) que protagonizaron la primera del día, pero sin éxito. Se fueron en el kilómetro 30 y fueron neutralizados en el 72.
Los compañeros del líder Quintana no dudaron en bloquear la carrera y devolver la calma al grupo antes de llegar al circuito de Trieste donde se volvieron producir varias escaramuzas. La más importante, la protagonizada por Valero Agnoli (Astana), Stefano Pirazzi (Bardiani), Carlos Quintero (Colombia) y Lars Bak (Lotto), Svein Tuft (Orica).
El conjunto Movistar del líder seguía controlando la situación y otros equipos como el Cannondale para Viviani y el Trek de Bouhanni los que marcaron el ritmo en las ocho vueltas al circuito de Trieste. Un marcaje que aprovechó el esloveno Mezgec para imponer su fuerza en los metros finales; mientras que el gran triunfador Quintana se limitó a cumplir el trámite y evitar una caída que pudiera dar al traste con su hazaña de ser el primer colombiano es terminar en lo más alto podio de la prueba italiana.
El colombiano Nairo Quintana, que se proclamó hoy campeón del Giro de Italia en Trieste, afirmó que había sido "uno de los días más felices de su vida" tras ver cumplido uno de sus sueños.
Eusebio Unzúe, mánager general del equipo Movistar, está convencido de que fue una "decisión acertada" llevar a Nairo Quintana al Giro, en lugar de al Tour, y de que la carrera que el colombiano ha ganado hoy en Trieste "va a marcar su futuro".
Eusebio Unzúe, mánager general del equipo Movistar, está convencido de que fue una "decisión acertada" llevar a Nairo Quintana al Giro, en lugar de al Tour, y de que la carrera que el colombiano ha ganado hoy en Trieste "va a marcar su futuro".
Este año su deseo era el Tour, pero su director pensó que debía coger experiencia en el Giro. Los problemas de salud y la caída de Montecassino le mermaron pero, con el buen tiempo y la montaña, emergió el talento natural de un campeón de 24 años,
Cuando restaban menos de cinco kilómetros para la llegada a meta en la exigente etapa de Zoncolan en el Giro de Italia, un seguidor desestabilizó a Bongiorno, del Bardiani, cuando perseguí a Rogers, vencedor final de la jornada. Un gesto desafortunado que dejó sin opciones al italiano el día que Poels soltó un manotazo a otro seguidor por intentar tocarle en la subida.
LInferno del Zoncolan fue un juego para Nairo Quintana. El líder del Giro de Italia controló la vigésima etapa a su antojo. Su compatriota Uran fue el único que pudo aguantarle. ¿Infierno? Colombia no cree en los infiernos que terminan en alto. Disfruta con sus escaladores.
El ciclista holandés Jos van Emden pidió matrimonio a su novia durante la cronoescalada del viernes al Monte Grappa del Giro de Italia. Van Emden se detuvo en plena contrarreloj, bajó de su bicicleta y entregó un ramo de flores a su novia.
El piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso volvió a insistir, este jueves, en sus planes de tener su propio equipo de ciclismo a partir de la temporada 2015. "Estamos trabajando en ello desde diciembre. Queremos armar una estructura que sea atractiva para los mejores profesionales", dijo el bicampeón mundial de la Fórmula 1 en la localidad italiana de Vasulgana, donde se está corriendo el Giro d'Italia de ciclismo.
"Tenemos que esperar hasta agosto, cuando se abra el período de transferencia, para comenzar con los contactos oficiales. Y recién en noviembre sabremos si obtendremos la licencia", agregó el piloto español, que no quiso revelar el nombre del futuro equipo de ciclismo. Alonso manifestó que le gustaría tener en su equipo a los dos colombianos que lideran el Giro d'Italia, Nairo Quintana y Rigoberto Urán. "Quiero a ambos. Son corredores fantásticos que están dominando el Giro. Sobre todo Quintana", aseguró.
Hasta ahora habían sido mencionados Alberto Contador, doble campeón del Tour de France, y el 'sprinter' eslovaco Peter Sagan como posibles candidatos a integrar el futuro equipo de Alonso.
Lucho Herrera, primer colombiano que ganó una de las grandes carreras en Europa, la Vuelta a España de 1987, felicitó hoy "de todo corazón" al nuevo campeón del Giro de Italia, Nairo Quintana (Movistar), y le deseó más triunfos en el futuro.