Desde su primera aparición en las pistas de Paris allá por 2005, los expertos del tenis percibieron la llegada de un jugador que podría marcar las pautas en la tierra batida durante los próximos años. Con un estilo de tenis que se apoyaba en su
fortaleza física y en un golpe de derecha demoledor, nadie podría pararlo en su primer Roland Garros. No se equivocaron.
Nueve años después parece que las cosas no han cambiado mucho salvo que el jugador español cuenta ya con su noveno título en París. Sólo ha dejado escapar uno en 2009, a manos del tenista sueco Robin Soderling quien terminaría más tarde siendo derrotado en la final por Roger Federer. Sin embargo, Soderling, podrá presumir de haber pasado a la historia como "el único tenista que logró derrotar a Rafa Nadal en Roland Garros".
El tenis fue evolucionando y los jugadores exquisitos del estilo de Roger Federer dieron paso a guerreros en la pista como Rafa Nadal o Novak Djokovic, tenistas que en cualquier caso suman a su excepcional talento un despliegue físico brutal durante un partido. Pero incluso a ese nivel, no siempre es suficiente.
¿Qué hay en la cabeza de Nadal que en tantos momentos decisivos le ayuda a inclinar la balanza a su favor?Durante la final de Roland Garros 2014 se pudo ver a los dos mejores tenistas del tenis mundial en una guerra abierta desde que se disputó el primer punto. Los dos se conocen a la perfección y sin nada que guardar, juegan con las cartas sobre la mesa ya desde el primer juego. Cuando el partido se acercaba a su desenlace, ambos tenistas estaban exhaustos y ese cansancio podía ser determinante en el resultado. Posiblemente fue en ese punto cuando la fortaleza mental de Nadal fue determinante para llevarse el título.
El público está acostumbrado a ver a un Rafa Nadal más fuerte que su rival siempre que el partido se alarga, especialmente cuando se juega al mejor de 5 sets, sin embargo
ante Djokovic ya hemos visto en más de una ocasión a un Nadal fatigado. La exigencia ante el serbio es mucho mayor que contra otros rivales. Cuando este momento llega, la solidez mental del manacorí es determinante.
La actitud del español es siempre excepcional. Nunca se rinde y pelea hasta el punto más adverso, para cuando llegue la menor ocasión asestar su golpe ganador. Esa presión constante va minando a sus rivales hasta que termina repercutiendo en su juego. Incluso Nole sabe lo que es sufrir esa asfixia cuando se enfrenta a Nadal. Por momentos consigue perder su concentración y comete errores inexplicables. Cuando los cometes ante un jugador como Rafa, estás muerto.
Es difícil preparar ese aspecto psicológico del juego. Según los entrenadores, en cierta medida es algo que se puede trabajar desde la base, aunque hay un aspecto que es innato en el deportista.
En los últimos tiempos hemos visto a Nadal desarrollar una actividad paralela a su profesión y de la que es un apasionado, el póker. No hay duda de que el de Manacor cuando compite lo hace para ganar en cualquiera faceta, pero en la mesa de juego ha demostrado la misma fortaleza mental que en las pistas. Apenas lleva poco más de un año aprendiendo los entresijos del póker y puliendo su juego a través del póker online, demostrando una vez más su carácter ganador, apenas unos meses atrás cuando disputaba su primer torneo en vivo.
Rafa en la pista jamás regala un punto. No importa el rival que haya enfrente ni el resultado que refleje el marcador porque él peleará cada bola como si fuera un “match ball”. En la mesa su actitud es la misma. Si una mano no sale como esperaba, la analiza y no se precipita para recuperar las perdidas. Espera su momento y entonces golpea. No regala fichas a su rival, no alimenta su moral.
Durante un partido de tenis pasa por los lógicos momentos en que los golpes no entran y sabe la importancia de esperar, de mantener la calma, de minimizar los daños. Después sabe elegir el momento justo para golpear a su rival con decisión.
Rafael Nadal junto a Fátima Moreira de Melo y Ronaldo Nazario en la Charity
Challenge de PragaEn el
Charity Challenge de Praga, un torneo benéfico organizado por la popular sala de poker
PokerStars, Rafa tuvo su primera toma de contacto con una mesa de poker de competición en vivo. Lo afrontó como si tuviera una raqueta en sus manos. Estudió a sus rivales y jugó con la cabeza fría. No importaba que enfrente estuviera entre otros el número uno mundial del póker, Daniel Negreanu. Jugó con cautela cuando así lo requería la situación y con decisión cuando llegó su momento.
Y se impuso en la final.Pese a que el tenista ha afirmado algunas veces que es una persona con inseguridades en muchos aspectos de su vida cotidiana, cuando compite tiene un instinto asesino que le indica en qué momento atacar. Posiblemente eso sea una virtud que no se pueda entrenar. Hay que nacer con ella.
Además de eso, Rafa Nadal siempre ha sido un tipo humilde y disciplinado y eso le ha permitido absorber todos los conocimientos desde sus comienzos. De no ser así, difícilmente habría aceptado el consejo que le dio de niño su tío y entrenador Toni Nadal, que pese a ser diestro debería jugar al tenis con la mano izquierda. Eso le ha convertido durante la última década en
el zurdo más temido del circuito.
En la actualidad, su cabeza sigue siendo su arma más poderosa. Acaba de proclamarse campeón de Roland Garros por novena vez y ya tiene su mente puesta en
Wimbledon. Sin tiempo de celebraciones, apenas 24 horas después del tremendo esfuerzo realizado en la final de Roland Garros, Rafa puso rumbo a Alemania donde disputará su próximo
torneo en Halle, como preparación en hierba para el Campeonato de Londres.
Sin duda, es esa mentalidad la que hace de Rafa Nadal un auténtico campeón en todo aquello que se propone.