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General: Un tiempo para Miriam Teresita La doctora Miriam Teresita Llanes, nombrada
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 14/06/2017 09:11
Foto: Cortesía de la entrevistada

¿Qué cubano no conoce a la doctora Miriam Teresita Llanes Monteagudo? Esa dama, que en cualquier momento, entre 8:00 y 8:30 de la noche aparece en nuestras casas a través del Noticiero Estelar de la Televisión para informarnos si lloverá, variarán las temperaturas o si hay un huracán rondando las costas cubanas, ha sabido ganar el aprecio del público y convertirse en referente de la meteorología en el país.

Más allá de la pequeña pantalla, poco se conoce de la trayectoria profesional de esta mujer, quien en medio de las más adversas condiciones meteorológicas permanece en su puesto de trabajo, con el propósito de analizar cada fenómeno natural que amenaza o azote a Cuba y en consonancia ofrecer información certera a las autoridades decisoras y al pueblo.

–¿Cuándo surge su interés por la meteorología?

–Desde niña me llamaron la atención las ciencias geográficas y los fenómenos meteorológicos. Recuerdo que me gustaba sentarme detrás de una ventana para observar la lluvia. Después, en el preuniversitario, asistí a clases de Geografía de la antigua Unión Soviética, que se impartían para las personas interesadas en la materia. Esas lecciones, junto a la asignatura de Geografía dada tradicionalmente, incentivaron mi vocación por las especialidades relacionadas con el tema; por eso, cuando llegó el momento de escoger una carrera, me decidí por la Meteorología, que entonces se estudiaba en la Unión Soviética.

–¿Fue difícil estudiar en otro país?

–Sí, en realidad me costó trabajo porque enfrenté la experiencia de sentirme extranjera en una nación lejana. En el Instituto Hidrometeorológico de Odessa, donde estudié, las clases eran en ruso, lo que complejizaba más las ya difíciles asignaturas como Matemática y Física. Aun así, la constancia en el estudio y los buenos profesores me permitieron adaptarme rápido al sistema. En 1988 me gradué con Diploma de Oro.

–¿Cómo llega al Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología?

–Cuando regresé a Cuba, recién graduada, me ubicaron en el Laboratorio Conjunto Cubano-Soviético, perteneciente al Instituto de Meteorología. Allí estuve unos meses hasta que, en 1989, integré el equipo del Centro de Pronósticos por solicitud del doctor José Rubiera y del director general, doctor Fabio Fajardo, quienes necesitaban la labor de personas jóvenes en el lugar.

–A veces resulta espinoso para el recién graduado poner en práctica los conocimientos teóricos aprendidos en la Academia, máxime si se trata de una escuela foránea. ¿Cómo enfrentó usted esta situación?

–No fue fácil, porque en la Unión Soviética aprendí meteorología clásica, de las latitudes medias. Nosotros allá analizábamos fenómenos como las bajas extratropicales, los sistemas frontales y los anticiclones continentales. No se profundizaba mucho en la meteorología tropical, a la que me tuve que enfrentar cuando llegué a Cuba. No obstante, conté con la ayuda de destacados especialistas, como el doctor Ramón Pérez, del Centro del Clima, quien impartió un curso muy útil de meteorología tropical; el profesor Rolando Martínez Cantero, a quien todos llamaban El ciclonero mayor y fue mi compañero de trabajo durante muchos años; la doctora Cecilia González, excelente profesora de meteorología sinóptica en quien siempre me he apoyado y el doctor José Rubiera, que ha sido un excelente profesor para mí.

–Ya que hace referencia al doctor Rubiera, ¿cómo ha influido él en su trayectoria profesional?

–De Rubiera he aprendido mucho. Siempre tuvo confianza en mí y desde que comencé a trabajar en el Centro de Pronósticos quiso que fuera la segunda jefa, aunque decidí no ocupar el cargo hasta sentirme más preparada. Cuando lo hice, en el año 2000, pude observar de cerca sus métodos de trabajo y adquirir mayor experiencia en la profesión.

«Él es la voz de la Meteorología en Cuba, un destacado especialista en huracanes y un buen comunicador. Cuando comencé a dar el parte del tiempo en la televisión me hizo recomendaciones muy útiles que aún tengo presentes. Es un honor que después de su jubilación, contemos con su asesoría en el Centro de Pronósticos».

–Con respecto al parte del tiempo: ¿cómo es la relación entre la doctora Miriam Teresita Llanes y las cámaras de televisión?

–Al principio me ponía muy nerviosa, ahora me controlo un poco más. Recuerdo que Rubiera me decía que me concentrara en lo que la gente quería saber, que es lo que él hace cuando sale por televisión. Ese consejo me ayudó mucho.

«A veces las personas me preguntan si las cámaras me impresionan. Yo no tengo problemas con las cámaras, pero se me hace difícil dar todas las variables meteorológicas para el país entero en uno o dos minutos. El noticiero nos brinda un tiempo muy corto. En ocasiones mi madre dice que hablé muy rápido, pero le explico que no puedo dejar de mencionar todo lo que está dispuesto porque es de interés de la población.

«Los meteorólogos tenemos que memorizar lo que vamos a decir, que no es un texto escrito por nosotros, sino por un grupo de colegas y el jefe de turno del Centro de Pronósticos. Los datos que ofrecemos son precisos y debemos interiorizarlos bien para que el público comprenda lo que decimos. Además, el proceso de la comunicación constituye un reto. Tenemos que evitar los tecnicismos, coletillas, repeticiones e incoherencias. En lo personal, considero que la televisión ha sido como otra carrera».

–¿Ha recibido algún curso de locución?

–Sí, particularmente he recibido dos cursos, uno de ellos con Rosalía Arnáez. Ambos han sido muy útiles porque me han enseñado a tener buena entonación, a controlar la respiración y gesticular de manera adecuada, lo que resulta muy complejo para los meteorólogos, porque también tenemos que manipular un dispositivo que cambia la imagen del mapa en la medida que damos el estado del tiempo.

«Sería bueno que la televisión nos facilitara estos cursos que tan necesarios son para enfrentarnos a los medios. Esta carencia se manifiesta cuando comienza un nuevo colega a emitir el parte».

–La labor de los meteorólogos requiere mucha dedicación. Usted, siendo mujer y directiva, ¿cómo alterna las tareas del trabajo y del hogar?

–Por suerte cuento con el apoyo de mi mamá, que aunque es una persona mayor, todavía hace los quehaceres de la casa, y mi hija, que se ha convertido en una muchacha independiente, también es un refuerzo. Sin la ayuda de ellas hubiese sido imposible obtener el Doctorado en el año 2011 y enfrentar esta consagrada profesión.

«Son muy necesarios los jóvenes que quieran laborar en el Centro de Pronósticos, requiere sacrificios porque hacemos una vigilancia las 24 horas y hay que trabajar de madrugada cada cuatro días».

«Ahora, como jefa del Centro, si existe amenaza de ciclones tropicales para Cuba, tengo que alejarme de casa. Aunque no es fácil dejar el hogar, comprendo que en esos momentos es cuando más se necesita nuestra faena para brindar información oportuna y actualizada al pueblo. Mi familia sabe lo atareada que es mi profesión, por eso se convierte en la retaguardia que facilita mi trabajo diario, pero me queda claro que hay otras esferas de trabajo, que también generan mucho sacrificio, como es la rama de la Medicina con una presencia muy grande de la mujer cubana».

–¿Qué opina de las nuevas generaciones de meteorólogos que se gradúan en el país?

–Es un privilegio que en Cuba se estudie la carrera de Meteorología, porque en mi tiempo no existía. Los jóvenes que se gradúan tienen muy buena preparación, sobre todo en lo relacionado con la meteorología tropical. Los que llegan a nuestro centro continúan su aprendizaje sobre la especialidad durante el servicio social, y aunque deben transcurrir varios años para que alcancen la experiencia necesaria, demuestran compromiso con la profesión. También contamos con jóvenes muy competentes que desempeñan tareas de dirección en el Departamento. Ellos saben la importancia que tiene su trabajo para la sociedad. En sus manos confiamos el futuro de esta ciencia.



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