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General: Sergio Burstein recuerda sus últimas discusiones con Nisman
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 18/06/2015 02:58

Sergio Burstein recuerda sus últimas discusiones con Nisman

Sigue pensando que fue correcto el Memorándum con Irán. Está decepcionado con la investigación del fallecido funcionario judicial sobre el atentado. Defiende, sin embargo, la actuación del gobierno nacional en los últimos 13 años.

 
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Luis Rodrigo

politica@ellitoral.com

—Aníbal Fernández calificó a Alberto Nisman como “un turro”, “un sinvergüenza”. ¿Cómo abordar declaraciones oficiales de este tenor cuando lo que se necesita es reflexionar?

—Aníbal Fernández es Aníbal Fernández. Todos conocemos su manera de encarar las cosas, de hablar y de exponerlas. Lo que sí digo, y por mi cuenta, es que en el país se ha construido un héroe. A quienes así lo creen les pregunto: ¿por qué Alberto Nisman un héroe? ¿Por lo que hizo en la investigación del atentado a la Amia?... Entonces serían muchos los fiscales heroicos, por hacer su trabajo: investigar. Y la que llevó adelante Nisman es un poquitito más profunda que la del destituido juez Galeano. Es cierto, avanzó un poco más... Pero eso no lo transforma en héroe.

¿Es héroe porque hizo la denuncia que hizo? Si es así, tiene pies de barro. Es una denuncia que nos causó mucha vergüenza, mucho dolor, mucha preocupación, mucha indignación por radicar una denuncia política y no jurídica.

—¿Por qué vergüenza?

—Es que Nisman nos puso en una situación muy violenta (a los familiares de víctimas), porque nos sentimos defraudados, engañados, usados, por no habernos dicho lo que él sabía. Y porque no tuvo la valentía de hacerlo. Él permitió que nosotros, en el caso de que su denuncia (de encubrimiento por parte de la presidente) estuviera fundada en hechos ciertos y verdaderos, apoyáramos el memorándum (con Irán) a destajo.

Si alguien sabía de nuestro apoyo a su investigación, ése era Alberto Nisman. Si se pide el entrecruzamiento de llamadas yo debo tener, con Alberto, no menos de 100 ó 150 a raíz del memorándum. Si él sabía que ese acuerdo con Irán era lo que él sostiene en la denuncia, debió decírnoslo. No hacerlo habla muy mal de él como persona. Confiamos en él, pero no recibimos el mismo trato. Y tardamos 10 años en darnos cuenta.

—¿Cuándo, exactamente?

—Cuando supimos de su posición crítica sobre el memorándum estalló una relación que ya era conflictiva. Que había comenzado, como cualquier relación de un fiscal y un querellante, con confianza, con esperanzas. A medida que fue pasando el tiempo todo esto fue cambiando... Había muchas preguntas sin respuestas, o sin respuestas coherentes.

—¿Por ejemplo...?

—La última reunión que mantuvimos con él le dijimos que no queríamos irnos de la misma manera “llenos de sanata”. Le pedimos algo “en concreto”, qué pista había o algún elemento cierto. No podemos tras 20 años seguir esperanzados en una falsa pista y que luego un año y medio después, se te caigan... es como que te querés mantener en tu puesto generando falsas expectativas. Así ya llevamos años.

La respuesta de él (Nisman) fue “a tal punto hay novedades, que estoy en condiciones de decirles que la Side tiene información de las escuchas entre una persona y Moshen Rabbani”. Cuando lo escuchamos dijimos: ¡por fin!, esto abre la esperanza de pruebas concretas y transformar los indicios que entrega la Side en algo concreto y lo que por fin parecía que iba a hacerse era lo que reclama el juez de la causa Canicoba Corral: “Transfórmeme en prueba concreta estos indicios”.

Yo hoy no puedo dar el nombre de esa persona, porque probablemente es aún un secreto, pero sí menciono a Rabbani porque a ir a juicio por el pago de los 400 mil dólares-pesos y está en esa escucha de la que nos habló Nisman.

El fiscal nos dijo “esto está”, y cuando le preguntamos cuándo se iba a presentar (nosotros estábamos con nuestro abogado, éramos como 8 personas) nos pidió esperar. “La Side está esperando el momento político oportuno para hacerlo público”, nos dijo. Cuando escuché eso pensé: estamos en un grave problema, porque si el fiscal acepta que la Side maneje políticamente una información clave para la causa... bueno, es el momento de sacarlo de la causa.

—¿Cuándo fue eso?

—Hace un año y tres meses. Consta en la causa porque nosotros presentamos un escrito... Porque dejamos pasar un mes, no pasó nada, un mes y medio, y nada... Lo asentamos en la causa. Lo que nos dijo Nisman nunca fue aportado. Ése fue el comienzo, prácticamente, para nosotros del final de nuestras expectativas sobre la labor del fiscal.

Después, a los 5 minutos de haber escuchado su denuncia (la acusación de encubrimiento a la presidenta, contra el Memorándum), todos salimos a decir lo mismo. Y fue sin hablarnos antes, ni con los integrantes de mi agrupación ni con los de otras, como Memoria Activa, dijimos -con matices- lo mismo: que era una vergüenza lo que estaba pasando.

—En esta decepción con la labor de Nisman, con lo poquito dice Ud. que se ha avanzado... ¿no hay ninguna responsabilidad del gobierno nacional?

—Siempre que se trata de mezclar la política con la Justicia, me pregunto a qué se debe esto... Y se debe a que en este país hay una palabra, que es realmente terrible, y que el pueblo se ha acostumbrado a escucharla tanto que la toma como parte de si mismo, que es la palabra impunidad.

Aquí, la responsable es la impunidad, la impunidad con la que la Justicia se pudo manejar como quiso y hacer lo que hizo, o no hacer lo que no hizo. Dejarnos con las manos vacías de justicia.

Hubo una sociedad perfecta entre el gobierno de por entonces (cuando se cometió el atentado terrorista) con los que estaban encargados de investigar: juez, fiscales, servicio de inteligencia, policías, presidente de la Nación (Menem).

Hoy, uno habla de la denuncia y habla de la muerte de Nisman y automáticamente uno tiene que decir que aquí va a ir juicio oral y público un presidente de la Nación (Menem). Realmente me da vergüenza tener que hablar de esto con todos los medios extranjeros que vienen otra vez a la Argentina, ahora por Nisman. Y cómo no me va a dar vergüenza... El presidente que representaba a todos los argentinos va a juicio por encubrir el atentado a la Amia.

Él (Menem) dio la orden para que la Justicia y todos aquellos que debían investigar dejaran de hacerlo, que miraran para otro lado. Había una pista concreta que era la pista de Alberto Kanoore Edul, una persona que había hablado con Carlos Telleldín el día de la entrega de la camioneta, que tenía en su agenda el teléfono de Mosher Rabbani y que en la puerta de la Amia se había colocado un container, por la empresa Santa Rita, que también estaba muy cercano ese día a una de sus propiedades... ¿por qué se dejó de investigar? Eso lo ordenó un presidente. ¿En qué país vivimos? No les importaron los 85 muertos... ¿Nadie se reveló ante esa orden? Eso es impunidad. Cuando aquel poder político cuando actuó, lo hizo para esconder. Y por eso hoy estamos como estamos.

—¿Y ahora, con el actual gobierno?

—Mire, si viene el Poder Ejecutivo y me dice que me va a firmar un decreto que dirá que al atentado lo cometió tal o cual... no me sirve, y tampoco me sirve una ley del Congreso que diga lo mismo. Lo único que nos sirve, la única respuesta que estamos esperando es la de la Justicia. Tiene que investigar y juzgar; que condenar o absolver.

—¿Ud. cree que Nisman condujo la investigación sobre Amia en forma totalmente independiente del Ejecutivo?

—Y... yo no tengo una manera de poder aseverarlo.

—Si fue tan influyente la Side sobre la investigación de Nisman -al punto de especular con los tiempos políticos para sustanciar pruebas- y como ésta depende del Ejecutivo... ¿no hay responsabilidades del gobierno?

—Es cierto: el Servicio de Inteligencia responde en forma directa a la presidencia de la Nación, sin ninguna duda. Ahora, ¿quién tiene que valorar y quién tiene que establecer cuándo es o no importante la información que da la Side? Es la fiscalía nacional, la encargada de la investigación (Nisman).

El gobierno nacional lo que hizo fue defender su investigación. Y ésa era la gran discusión que yo tenía con Alberto Nisman, porque yo le decía: no existe nadie que haya defendido más tu investigación que este gobierno, y él así finalmente también lo dejó por escrito. Él nunca pudo rebatir esto. Pero él sostenía que se hizo el Memorándum porque no se apoyaba su investigación, y eso es una fantasía. Los hechos indican que el gobierno apoyó su investigación: eso es lo que está escrito y firmado.

—Haber hecho aprobar el Memorándum con Irán, ¿no fue una ingenuidad? ¿Ud cree que había alguna chance de que Irán permitiera ver qué pasó?

—Sí, claro... tal como se nos podría acusar a nosotros de ingenuos, porque seguimos pidiendo Justicia. Sí, somos ingenuos. Lo somos cuando peleamos con la ilusión de que vamos a llegar a saber la verdad. Sí, somos ingenuos. Pero necesitamos saber la verdad y en esa necesidad, a lo mejor uno actúa ingenuamente. Es así, uno no se quiere morir sin saber. Apelamos a todo lo que esté a mano dentro del marco legal, y esta vez cuando se planteó esta herramienta política la apoyamos, porque necesitamos saber la verdad.

Claro que yo no voy a aceptar viajar a Irán, ¿por qué tenemos que viajar a Irán? Pero luego uno reflexiona y ve que de esta forma algo se podría lograr... Y entonces acepta, está bien: viajemos a Irán. El juez estaba dispuesto a hacerlo. ¿Fuimos ingenuos? Y... yo prefiero pecar de ingenuo y no de encubridor.

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Sergio Burstein, referente de la Asociación 18J Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la Amia.

Foto: Flavio Raina

 

Impasse en la investigación

La causa por la muerte de Alberto Nisman ingresaría, en lo referente a la pesquisa en sí, en un compás de espera hasta el próximo 30 de marzo, cuando comience a deliberar la junta médica que deberá dirimir las diferencias entre los peritos oficiales, de la querella y de la defensa y, sobre todo, fijar la hora del deceso del titular de la UFI-Amia.

Según está previsto, la junta médica empezará a trabajar ese día para elevar a la fiscal Viviana Fein un informe que le permita resolver los puntos oscuros que se abrieron en la causa.

Por lo pronto, en esa pericia no estará Enrique Prueger, el criminalista que había sido designado como “perito oficial” para investigar la muerte del fiscal Nisman, que el viernes pasado fue apartado por orden de la jueza Fabiana Palmaghini a raíz de un pedido de la querella y que ayer insistió con la hipótesis de suicidio.

La querella a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado, madre de las dos hijas de Nisman, sostuvo sin embargo que el fiscal de la causa Amia fue víctima de un “magnicidio” y dio cuenta de la investigación que llevaron adelante sus peritos en base a las fotografías de la escena del hecho y el informe de la autopsia.

La defensa de Diego Lagomarsino, el técnico informático que trabajaba para la UFI-Amia y le prestó el arma a Nisman, también cree que el fiscal pudo haber sido asesinado pero rechazó de modo tajante que su cliente pueda ser un sospechoso.

Los peritos de Arroyo Salgado fijaron la hora de la muerte de Nisman en la tarde del sábado 17 de enero, el mismo lapso donde Lagomarsino estuvo en el departamento entregando el arma que su jefe le había solicitado para defenderse por si lo insultaba un “loquito” en la calle cuando estuviera con sus hijas. Pero los peritos oficiales de la Corte Suprema de Justicia establecieron que la hora de la muerte de Nisman fue entre las 14 y las 15 del 18 de enero.

El cadáver de Nisman fue hallado en la noche de ese domingo 18, después de una larga demora de los custodios para reportar la ausencia de respuestas del fiscal y localizar a la madre del funcionario para que ingresara a la vivienda de Puerto Madero.

"La verdad, a nosotros, a los que esperamos desde hace 20 años saber la verdad, ya no nos importa lo que la gente piense o diga... sólo nos preocupa lo que nos dicen nuestras familias”.

Sergio Burstein,

padre de Mariano y Romina, que perdieron a su madre, Rita Worona, en el atentado a la Amia.

viene de pág. anterior

Cómo sigue la causa sobre encubrimiento

La Cámara Federal pretende resolver cuanto antes el futuro de la causa iniciada por la denuncia que presentó el fiscal Alberto Nisman cuatro días antes de aparecer en su departamento con un tiro en la cabeza.

Los jueces de la Sala I del tribunal se propusieron darle una definición al asunto cuanto antes, pues están en juego cuestiones de gravedad institucional, dado que los denunciados son la presidente Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y el diputado camporista Andrés Larroque, entre otros señalados por Nisman. El fiscal los acusó de complotarse para armar un plan que libraría a ex altos funcionarios iraníes de las acusaciones que pesan en su contra como autores e ideólogos del atentado.

En primera instancia, tras la muerte de Nisman, el fiscal Gerardo Pollicita impulsó el caso y pidió realizar medio centenar de medidas de prueba para avanzar y establecer si la denuncia es verosímil. Pero el juez Daniel Rafecas, tras estudiar el expediente una semana, entendió que no había evidencias para sostener la denuncia. Y dos días antes de que la presidente Cristina Kirchner inaugurara ante la Asamblea Legislativa el período ordinario de sesiones en el Congreso, desestimó la denuncia.

El fallo le dio oxígeno al gobierno, pero Pollicita apeló el desistimiento para que la Cámara Federal revise el fallo de Rafecas. Quien debía defender la denuncia de Nisman ante ese tribunal es Germán Moldes, el fiscal ante la Cámara Federal.

El gobierno, a través de la defensa del diputado Larroque, intentó apartarlo del caso, pero la Sala I de la Cámara, con el voto unánime de los tres jueces Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero entendió que no había motivos. Con el fiscal confirmado, el proceso siguió su trámite y el jueves pasado las partes argumentaron ante la Cámara Federal en favor y en contra de la sobrevida de la denuncia de Nisman. Ahora, la Cámara debe decidir.

 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 02/07/2017 14:45
La bizarra investigación de la muerte del fiscal se lleva en secreto
El show Nisman y la laptop
Después de tanto anuncio insinuado pero no cumplido, la investigación manipulada busca “evidencias” en la computadora del técnico Lagomarsino. Es que si se quiere forzar que Nisman fue asesinado, hace falta un asesino...

La pseudo-investigación de la muerte de Alberto Nisman continúa realizándose a escondidas. De vez en cuando se publican dudas o conclusiones que va elaborando Gendarmería –bajo la responsabilidad política de Patricia Bullrich– o la fiscalía de Eduardo Taiano. Según el cronograma adelantado por el diario Clarín, en la semana que pasó debería haberse dado a conocer una pericia, hecha por Gendarmería de manera oculta, con la conclusión de que a Nisman lo mataron, contradiciendo así todas las pericias anteriores. No sólo no se publicó sino que las partes fueron convocadas el 10 de julio para hacer un estudio balístico y el 2 de agosto para hacer el análisis toxicológico. Además se le formuló a las partes cien preguntas vastas, como por ejemplo “cuándo fue la data de muerte”. Es decir, que al menos oficialmente, las cosas van para largo. Esto no quita, por supuesto, que se esté trabajando clandestinamente, a espaldas de la causa judicial. Clarín también adelantó que a principios de junio, con la presencia de las partes, se haría una reconstrucción de lo ocurrido en el departamento de Nisman. Se estaba construyendo –afirmaron– una maqueta a tamaño real del piso 13 de Le Parc. Por ahora, no hubo ni construcción ni reconstrucción. 

Durante el fin de semana pasado se hicieron trascender dudas sobre el informático Diego Lagomarsino, a quien apuntan para involucrar de alguna manera. Como preparan todo para establecer que hubo homicidio, necesitan un homicida. Como nueva prueba, Clarín dijo que que no se encontró la computadora desde la cual el informático Lagomarsino, de manera remota, hacía el mantenimiento de las computadoras del fiscal. La lógica es que Lagomarsino mintió sobre su trabajo y por lo tanto es sospechoso. La explicación de la defensa es simple. Todos esos trabajos los hizo siempre el informático desde una laptop que lleva en su mochila y usando el programa TeamViewer licenciado a nombre del propio Lagomarsino. Cuando allanaron la vivienda del técnico –un domingo–, éste estaba con sus hijos en casa de un amiguito de ellos, y por lo tanto no se llevaron la laptop. Tan sencillo como eso. 

Rebobinando

La guerra de guerrillas mediático-judicial-política, en la que cada tanto disparan con un aparente nuevo elemento o una supuesta prueba, tiene como objetivo instalar la hipótesis del homicidio, rechazada por las tres pericias que se hicieron en la causa bajo la conducción de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini. La junta médica concluyó que “no hay certeza pericial de homicidio”. La junta criminalística sostuvo que “no se encontró ningún rastro que indique el desplazamiento de personas por el interior del baño”, es decir que Nisman estaba solo en el momento del disparo. Finalmente, el estudio del laboratorio químico y forense del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta dictaminó que “sobre (las manos del fiscal) se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo”. 

Todo ese curso adverso de los estudios científicos llevó al fiscal Taiano, que instruye la causa, y al gobierno nacional, que conduce la Gendarmería, a realizar de nuevo todas las pericias, pero al principio marginando a las partes, entre ellas a la defensa de Lagomarsino. También quedaron a un costado los forenses designados por la Corte Suprema y los peritos criminalísticos de la Policía Federal. En la versión de Clarín de fines de mayo se anunció que Gendarmería dictaminaría en 30 días, o sea en la semana que pasó, que lo de Nisman fue homicidio. Además, adelantaron la realización de una reconstrucción, una semana más tarde, a principios de junio, en que podrían participar los peritos de parte. Desde entonces no hubo novedades ni se hizo la reconstrucción. 

Calendario

Ahora se notificó a los peritos que el 10 de julio se hará la pericia balística, es decir se volverá a determinar la distancia y el ángulo del disparo; se reiterará que el proyectil salió de la pistola calibre 22 y otros elementos que se trabajaron desde un principio. El 2 de agosto están convocados los especialistas para hacer el análisis toxicológico, una medida llamativa, tal vez orientada a tratar de introducir en el caso que Nisman murió el sábado 17 y no el domingo 18 de enero de 2015. Esto último fue lo establecido por trece de los quince forenses, en su gran mayoría designados por la Corte Suprema. Entre ellos intervino Fernando Trezza, una autoridad mundial en materia de establecer la data de una muerte. Todos coincidieron en que Nisman murió el domingo al mediodía. La querella que encabeza Sandra Arroyo Salgado –ex pareja de Nisman– insiste en que el deceso del fiscal se produjo el sábado al atardecer, porque ese día estuvo Lagomarsino en el departamento del fiscal. Pero hay constancias muy claras de que Nisman habló por teléfono o chateó con tres personas después que el técnico abandonó el edificio Le Parc: habló con el custodio Néstor Durán, chateó con el periodista de Infobae Laureano Pérez Izquierdo y con la periodista de Clarín Natasha Niebieskikwiat. Con ésta última intercambió un último mensaje a las 21.17, mientras que las cámaras de seguridad verificaron que Lagomarsino salió de Le Parc a las 20.34 y las cámaras del complejo en Martínez donde vive el informático lo muestran ingresando en el garage a las 21.04.

En el equipo de Arroyo Salgado se produjo un cambio de importancia. El principal perito, el ex titular de la Bonaerense Daniel Salcedo, se fue a trabajar a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). O sea que revista ahora en el Poder Ejecutivo, algo que también revela su alineamiento anterior. En su lugar ingresó el ex comandante de Gendarmería, Eduardo Frigerio. 

Técnico

De los nuevos trabajos, hechos a escondidas, la entente judicial-mediática-política va haciendo trascender supuestos resultados. El principal: que Gendarmería va a dictaminar que hubo homicidio. Pero el complemento de esa hipótesis es que Lagomarsino fue parte del plan criminal, algo poco entendible porque en el baño quedó la pistola registrada a su nombre. Por un lado se dice que intervino un comando ultra-sofisticado iraní-venezolano-kirchnerista y por el otro lado uno de los supuestos integrantes del comando cometió la super-torpeza de dejar un arma propia en la escena. Nada cierra. 

Aún así, para instalar la sospecha se señala que no está claro cómo hacía Lagomarsino para concretar el mantenimiento, a distancia, de las computadoras de Nisman. En los aparatos del fiscal están las entradas del técnico para hacer los trabajos. Incluso figuran a nombre de Lagomarsino. Pero trataron de sembrar dudas sobre cómo lo realizaba el técnico porque en la computadora de mesa de su casa no se encontraron rastros de esos trabajos de mantenimiento. La defensa del técnico, a cargo de Gabriel Palmeiro y Martín Chasco, explicó que el juzgado allanó el domicilio de Lagomarsino en un momento en que el técnico no estaba en su casa. En el procedimiento se llevaron todo, pero la computadora con la que trabaja Lagomarsino –una Dell Latitude– no estaba allí ya que la lleva siempre encima, en la mochila. 

El programa para trabajar de manera remota en las computadoras de Nisman, el TeamViewer, estaba a nombre de Lagomarsino para darle más seguridad a la operación: no era ni una copia ni una versión gratuita. El técnico hacía el mantenimiento desde su laptop Dell y, por supuesto, se requirió la autorización de Nisman para instalar la aplicación inicial y operar de manera remota. 

También se mencionó como sospechoso que en el allanamiento se encontró un CD con los dos comunicados, uno más largo y uno más corto, con el que Nisman difundió la denuncia que realizó contra Cristina Fernández de Kirchner cuatro días antes de morir. El tema central de la denuncia era el memorandum de entendimiento con Irán. Ese CD era de “sólo lectura”, o sea que no podía ser modificado, y fue como todos los que se entregaron a los medios. Las modificaciones que tiene se hicieron antes de grabarlos y por lo tanto antes de la entrega a los medios y a Lagomarsino. En su último encuentro, Nisman le dió el CD y un impreso de los comunicados y le dijo que los leyera. Era material público. 

Finalmente se insiste como si fuera otro elemento de sospecha, con que en la casa del informático había un CD con escuchas del caso en el que fue denunciado Mauricio Macri, por el armado de una red de espionaje ilegal. Quien impulsó la causa contra el ahora presidente fue el propio Nisman y lo que le entregó a Lagomarsino no fue un CD con escuchas sino un CD con entrecruzamiento de llamadas, es decir listado de llamadas en los que se verificaba con quién se había comunicado cada uno de los protagonistas del espionaje: Macri, el Fino Palacios, el espía Ciro James y otros funcionarios del gobierno porteño imputados en la causa. Uno de los espiados era el cuñado de Macri, Daniel Leonardo, pero Mauricio dice que la operación la hizo Franco Macri, no él. 

Nisman designó a Lagomarsino en 2007, o sea que estuvo años trabajando con cargo en la Unidad AMIA, aunque Lagomarsino ya trabajaba con él desde antes. Está el contrato de trabajo pedido al entonces procurador Esteban Riggi, con la firma de Nisman, y según declaró Lagomarsino, el fiscal se quedaba con la mitad de su sueldo todos los meses. El técnico debía devolverle el 50 por ciento de lo cobrado, en efectivo. Tras la muerte del fiscal, hubo varias investigaciones para tratar de establecer si Lagomarsino tenía vinculación con algún servicio de inteligencia. Por ahora no se le encontró nada. Lagomarsino jura y perjura que no tiene relación con ningún servicio y ni siquiera el macrismo que gobierna desde hace un año y medio, le detectó ningún vínculo extraño. 

Mañana

Mientras a escondidas parece que Gendarmería hace su pericia, en la superficie están convocados mañana los peritos informáticos: Marcelo Torok por la defensa de Lagomarsino y Gustavo Presman por la querella de Arroyo Salgado. El tema es siempre el mismo: el ingreso a la computadora de Nisman el domingo 18 a las 7.30. En forma desesperada, la querella que encabeza la ex pareja de Nisman trata de plantar que esos movimientos en la computadora fueron hechos de forma remota porque si los hizo Nisman mismo, el domingo tempranito, se le cae su hipótesis de que la muerte fue el sábado 17. Las pruebas indican que fue Nisman el que hizo las operaciones desde su departamento, en Le Parc. A las 7.32 entró a ver a la nota escrita por este cronista en PáginaI12; después leyó Clarín, La Nación, Perfil –está probado que el diarero dejó los diarios de papel recién después de las 9–luego consultó los mails en su cuenta de Yahoo; chequeó en Instagram las fotos de una modelo con la que había dormido tres días antes, entró a un posteo en Infobae de Claudio María Domínguez sobre el regreso de la muerte, pasó el programa borrador CCleaner como lo hacía habitualmente y dejó la computadora en reposo. Todo está registrado y no hay registro de que alguien haya usado la computadora de manera remota. 

A simple vista parece haber una investigación y una pericia clandestina, urdida entre Gendarmería, el gobierno y Arroyo Salgado. Nadie conoce su cronograma y lo cierto es que hasta ahora no se cumplió el calendario anunciado por Clarín. En la investigación oficial, la que se pretende que sea legal, mañana arrancan los informáticos, después la balística y la toxicológica. Quedan unas 100 preguntas a responder en el camino o sea que no habrá resultados a corto plazo. El temor y la sospecha es que lo oficial es una especie de show, mientras se cocina a escondidas la que querrán hacer valer política y mediáticamente.

raulkollmann@hotmail.com



 
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