Veinte años hacía que Fidel no le hablaba a Santa Clara. A las 3:00 a.m., el entonces Primer Secretario del PPC en la provincia, Miguel Díaz-Canel, le dice que el pueblo quiere que le hable. Al atardecer del 30 de septiembre de 1996, la plaza estaba desbordada. La gente venció la lluvia por verlo hablar y él saldó la deuda.
Mi insistencia en la exhaustividad de los contextos se debe a que son imprescindibles para entender la originalidad de los métodos de Fidel. Fidel es un genio político latinoamericano, un líder mundial del siglo XX. Predominará la admiración por sus métodos. Justamente desde esa perspectiva quiero comentar Palabras a los intelectuales.