“El entorno ha cambiado a causa del cambio climático provocado por la humanidad y eso ha producido que la tormenta sea más intensa y más larga”, asegura por correo electrónico Kevin Trenberth, experto en sistemas climáticos del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de EE UU, que ha estudiado sobre todo la influencia del ascenso global de las temperaturas en las precipitaciones. “Estamos viendo este tipo de fenómenos extremos en muchos lugares del planeta. El clima sigue su curso natural, pero los fenómenos extremos son más fuertes y muchas veces se rompen récords. Utilizando términos de ingeniería, podemos decir que se superan los criterios de planificación y las cosas se rompen”, agrega este científico.
“Investigaciones recientes sugieren que los fenómenos climáticos que rompen nuestros esquemas históricos serán más frecuentes”, escribió con motivo de la devastación provocada por Harvey Noah S. Diffenbaugh, profesor de sistemas climáticos en la Universidad de Stanford, en The New York Times. “Mis colegas y yo hemos establecido recientemente que el cambio climático ha aumentado las posibilidades de que se produzcan olas de calor que batan récords en el 80% del planeta y que en un 50% de la Tierra se produzcan acontecimientos extremos de precipitaciones o de sequía”.
Un trabajo publicado en febrero de este año en la revista Scientific Reports, que pertenece al grupo Nature, estudiaba la influencia del cambio climático en acontecimientos extremos como la ola de calor de 2003 en Europa, las inundaciones en Pakistán en 2010 y la ola de calor en Rusia ese mismo año o la sequía en Texas y California –ambas sin precedentes–. El artículo concluía que los mecanismos climáticos conocidos “no eran suficientes para explicar estos fenómenos extremos” y que las explicaciones podían incluir “cambios en los suelos, en la temperaturas marítimas en el Pacífico y el impacto del calentamiento rápido del Ártico”, todos ellos relacionados con el cambio climático.
Uno de los autores de este estudio, Michael E. Mann, profesor del departamento de Meteorología y Ciencias Atmosféricas de la Pennsylvania State University y uno de los máximos expertos de EE UU en cambio climático, ha escrito un post sobre el asunto en su cuenta de Facebook, muy citado por la prensa estadounidense. Su razonamiento es que Harvey es una tormenta normal por la época del año y el lugar del impacto y extraordinaria por todo lo demás. “No podemos decir que el cambio climático sea el responsable del huracán, pero sí podemos decir que ha exacerbado las características de la tormenta, aumentando el riesgo que representa”, señala. En EE UU, la polémica ha sido especialmente intensa por la negativa de su presidente, Donald Trump, a firmar el Acuerdo de París contra el cambio climático, un fenómeno al que ha llegado a calificar como "invento de los chinos".
Las consecuencias globales del aumento de las temperaturas son responsables, según creen la mayoría de los científicos, de que fenómenos naturales pautados y conocidos se conviertan en monstruos climáticos extremos.
Ronald Sass y Cylette Willis-Sass, dos expertos en huracanes y cambio climático de la Universidad Rice, de Houston, aseguran por correo electrónico que primero pensaron que era un huracán que sólo se da cada 100 años, luego creyeron que cada 500 y concluyeron que algo así solo se puede producir cada 1.000 años. “¿Eso quiere decir que ya no tenemos que preocuparnos por que se produzcan otra tormenta así hasta dentro de 1.000 años? Desgraciadamente, no”, aseguran. Katharine Hayhoe, una meteoróloga experta en cambio climático de la Universidad Tecnológica de Texas, conocida en EE UU por sus campañas contra el negacionismo, señala por su parte: "Si pregunta a 100 científicos, estoy segura de que todos le hubiesen respondido que el huracán Harvey no es producto del cambio climático, pero que sí ha resultado tan destructor a causa del cambio climático".
El pasado agosto, el equipo de científicos de Climate Central –un centro de estudios del cambio climático– reunió todos los datos recientes extraordinarios relacionados con el clima: 2016 ha sido el año más cálido de la historia (2015 y 2014 también lo fueron), la temperatura de las partes no heladas del mar de Barents, en el Ártico, se encontraban en agosto 11 grados por encima de la media, la temperatura en tierra del Ártico estaba dos grados por encima de la media, por 37º año consecutivo los glaciares alpinos estaban en retroceso, era el sexto en que las temperaturas marítimas eran más altas que el anterior... Todo lo que era previsible –el calor en Andalucía, el comportamiento de los huracanes– se ha convertido en imprevisible.
HURACÁN IMPREVISIBLE
Harvey se convirtió en un sistema tan devastador por una combinación de factores: se quedó flotando sobre Houston y su región, sometiendo la zona a un diluvio interminable, a causa de un sistema subtropical de altas presiones que se encuentra actualmente sobre EEUU, algo muy poco habitual. Normalmente, los huracanes pierden fuerza, hasta convertirse en depresiones tropicales, según avanzan en tierra firme, Harvey no.
Además, se intensificó antes de tomar tierra y pasó a transformarse en un huracán de categoría cuatro (sobre cinco): es la primera vez en 30 años de registros que una tormenta de este tipo gana fuerza horas antes de tocar tierra. No es el primer huracán que gana fuerza de forma rápida –ya ocurrió con Wilma en 2005 y Patricia en 2015–, pero sí el primero que lo hace tan cerca de tomar tierra, lo que convierte en mucho más difíciles los preparativos ante el impacto. El aumento de la temperatura de la superficie del agua en el Atlántico contribuyó a la fuerza del huracán y la subida del nivel del mar empeoró las inundaciones. De hecho, son las terceras inundaciones catastróficas que Houston padece en tres años consecutivos, inundaciones que, según el Servicio Meteorológico de EEUU, tienen un 0,2% posibilidades de ocurrir.
Todos estos factores, que sí tienen que ver con el cambio climático, son los que han hecho que Harvey se convierta en una catástrofe que ha provocado por ahora 38 muertos y daños imposibles de evaluar.
"Quisiera que esta imagen no exista, pero ya que existe quiero que todo el mundo la vea" (FOTO)
Publicado: 17 sep 2017 12:22 GMT
1.1K33
Más allá del arte lo que esta fotografía, dentro del artículo, muestra es la triste realidad del entorno en que vivimos y en lo que lo estamos convirtiendo.
Frederic J. Brown / AFP
Síguenos en Facebook
Según un estudio publicado en el 2015 en la revista 'Science', Indonesia es el segundo país con mayor contaminación por plástico, por detrás de China, con 3,22 millones de toneladas de residuos, y gran parte de ella termina en el océano.
"Me gustaría que no existiera esta foto, pero ya que existe quiero que la vea todo el mundo. Lo que comenzó como una oportunidad de retratar a un pequeño caballito de mar se convirtió en frustración y tristeza. La marea trajo consigo innumerables pedazos de basura y restos de alcantarillas. Esta foto sirve como una alegoría sobre el estado actual y el futuro de nuestros océanos. ¿Qué tipo de futuro estamos construyendo?", cuestiona el fotógrafo en su cuenta de Instagram.
Según Hofman, los puntos blancos que aparecen en el fondo de su foto son bolsas de plástico. Además, espera que esta imagen conciencie a la sociedad sobre el daño que estamos provocando a la naturaleza, porque como asegura, no hay zona del planeta que no maltrate a su propio entorno natural. "En cuanto a la contaminación del océano, todos somos responsables, aun cuando vivimos lejos del mar", dijo el artista.
"En 10 años ya no podremos invertir el calentamiento", alertaba en 2006 el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore. Acababa de protagonizar Una verdad incómoda, un documental que esbozaba un aterrador panorama del planeta y fue galardonado luego con dos oscars. Una década después, el político recobra algo da fe y cree que no todo está perdido en la lucha contra el cambio climático. En un viaje alrededor del mundo, que le lleva de Groenlandia a India, a través de Europa, Asia y Estados Unidos, Al Gore ya no se pregunta si debemos cambiar y qué, sino si lo estamos haciendo con la rapidez necesaria. El nuevo documental, Una verdad muy incómoda: ahora o nunca, se estrena el próximo 6 de octubre y el tráiler ya puede verse en YouTube. Planeta Futuro presenta hoy un extracto del documental en exclusiva, Los glaciares se derriten.
En esta nueva entrega, dirigida por Bonni Cohen y Jon Shenk, Al Gore reconoce que nunca ha habido tanto en juego, pero confía en que los peligros del cambio climático se pueden superar mediante el ingenio y la pasión que atesora el ser humano. Sus esperanzas echan raíces en las acciones correctivas que, a su juicio, se han sucedido en los últimos años, como las crecientes inversiones en energía renovable o la firma del Acuerdo de París (aunque el presidente de EE UU, Donald Trump, posteriormente haya abandonado este compromiso).
Un hombre se moja en plena ola de calor. / RICARD CUGAT (EL PERIÓDICO)
Las ciudades australianas de Sídney y Melbourne alcanzarán los 50 grados celsius (centígrados) dentro de varios años a pesar de los esfuerzos del Acuerdo de París para limitar el incremento de la temperatura global causada por el cambio climático, según un estudio publicado este miércoles.
Así lo establece un estudio de la Universidad Nacional Australiana liderado por Sophie Lewis en el que se analizan las temperaturas extremas en el país oceánico en los escenarios establecidos por el Acuerdo de París.
Este pacto busca mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento en 1,5 grados.
El modelo proyecta que las temperaturas diarias subirán en 3,8 grados Celcius por encima de los récords alcanzados en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur, cuyas capitales son Melbourne y Sídney, respectivamente, a pesar de los esfuerzos en el marco del Acuerdo de París para mitigar los efectos del cambio climático.
"El aumento de las temperaturas en el verano australiano indica que otras principales ciudades deberían prepararse para un futuro de calor sin precedentes", enfatizó Lewis en un comunicado de la Universidad Nacional Australiana (ANU, siglas en inglés).
Urgen medidas
La científica instó a que se tomen medidas urgentes contra el cambio climático al subrayar que los récords de calor registrados en el verano australiano de los años 2012 y 2013 estaban vinculados al calentamiento por acción de los gases de efecto invernadero producidos por el ser humano.
"El 2015 fue uno de los años más calurosos que se registraron en el mundo y esto puede convertirse en la media para el 2025", acotó la experta de la ANU, cuyo estudio que fue publicado en la revista científica 'Geophysical Research Letters'.
"Se nos acaba el tiempo": 15.000 científicos alertan del terrible destino de la humanidad
Publicado: 14 nov 2017 04:17 GMT
17.4K879
En un artículo con más firmas que ninguno en la historia, científicos de todo el planeta advierten que las emisiones globales de CO2 aumentarán tras mantenerse estables los últimos tres años.
Foto ilustrativa
pixabay.com
Síguenos en Facebook
La 'Advertencia de los científicos a la humanidad: segundo aviso', firmada por 15.372 hombres y mujeres de ciencia provenientes de 184 países y publicada este lunes en la revista 'BioScience', ha pasado a ser considerada como la señal de alarma que mayor respaldo mundial haya obenido en el mundo del saber un artículo de revista.
La deforestación, la pérdida de acceso al agua dulce, la extinción de especies y el crecimiento de la población humana son las principales causas de la preocupante situación en la que se encuentra la humanidad, se sostiene allí.
Los cambios más alarmantes
"Desde 1992, las emisiones de CO2 han subido un 62 % y la temperatura global se ha incrementado en 29 %, mientras que la abundancia de fauna de vertebrados ha caído un 29 %", resumió al diario Motherboard William Ripple, un ecologista de la Universidad Estatal de Oregón y coautor del artículo.
Durante los últimos 25 años se ha detectado una reducción de 26 % en la cantidad de agua dulce por habitante, un aumento del 75 % de áreas muertas en los océanos, y una pérdida de 120 millones de hectáreas de áreas forestales. "Estas son tendencias alarmantes. Necesitamos los medios proporcionados por la naturaleza para nuestra propia supervivencia", dijo.
En contrapartida, se ha notado un tendencia positiva en la recuperación de la capa de ozono, gracias al protocolo de Montreal, suscrito en las Naciones Unidas en 1987.
El artículo recientemente difundido actualiza el original 'Advertencia de los científicos a la humanidad', publicado en 1992, hace 25 años. "Hicimos la actualización porque queríamos que el público supiera dónde nos encontramos hoy", afirmó Ripple.
Foto ilustrativa / pixabay.com
Lo que se avecina
Los especialistas han advertido que es probable que las emisiones globales de CO2 aumenten luego de mantenerse estables durante los últimos tres años. Apenas ha habido énfasis en el cambio climático, dicen, e instan a la humanidad a dejar de usar combustibles fósiles.
"El cambio climático está aquí, es peligroso y está a punto de empeorar", señaló Johan Rockström, director ejecutivo del Centro de Resilencia de Estocolmo, un instituto internacional para la ciencia de la sostenibilidad. Se estima que las emisiones de CO2 en Estados Unidos aumenten un 2,2 % en 2018. Las emisiones de China e India también siguen creciendo, aunque a un ritmo más lento que hace unos años.
"Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestra trayectoria fallida, y se nos acaba el tiempo. Debemos reconocer en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de gobierno que la Tierra es nuestro único hogar", se lee en el artículo.
"Las emisiones de combustibles deben alcanzar su punto máximo pronto y llegar a cero para 2050", dijo Amy Luers, directora ejecutiva de Future Earth, una organización internacional de investigación cientifica de la sostenibilidad.
Cómo pararlo
El artículo enumera una serie de medidas posibles para detener las preocupantes tendencias ambientales, incluyendo la creación de más parques y reservas naturales, frenar el tráfico ilegal de animales, alimentarnos de dietas basadas en verduras, ampliar programas de planificación familiar y de educación para mujeres, y adoptar energías renovables y otras tecnologías "verdes".
"Trabajando juntos podemos hacer un gran progreso por el bien de la humanidad y del planeta", concluye el artículo.