poesia137Iñaki Alonso. LQSomos. Abril 2014

Desde que llega a España, en Mayo de 1934, establece una afinidad y afecto, que le marcaran para siempre. Llega desde la soledad diplomática de los consulados de Oriente. Y se encuentra en una España que emerge en la cultura y que quiere caminar hacia la libertad, como nadie se atreve a hacer en el mundo. En Madrid encuentra la felicidad:

“Pocos poetas han sido tratados como yo en España” “Encontré una brillante fraternidad de talentos y un conocimiento pleno de mi obra. Y como yo, que había sido durante años martirizado por la incomprensión de las gentes, por los insultos y la indiferencia maliciosa, drama de todo poeta auténtico de nuestros países me sentí feliz” (Del Viajero inmóvil, de E. Rodríguez Monegal)

Su casa, la casa de las Flores, es lugar de encuentro de poetas y artistas, debates y compromiso… Neruda, en Madrid, es diplomático, pero es poeta y humano, tiene pasión y furia, es poeta del amor que vive y del combate del compromiso. “Puras noches nerudianas/ Miguel Hernández olía/ a oveja y calzón de pana/ ¿Y Federico? A canciones/ con jardines de arrayanes/ y con patios de limones/……… ¡Casa alegre de las flores!/ Sobre Madrid cómo abrías/ ventanas y miradores” (Rafael Alberti)

Recibe y apoya absolutamente en todo a un hombre que llega de la España rural, al que será el poeta del pueblo:

“En un fuerte verano seco de Madrid, del Madrid anterior a la guerra, me encontré por primera vez con Miguel Hernández. Lo vi de inmediato como parte dura y permanente de nuestra gran poesía. Siempre pensé que a él correspondería, alguna vez, decir junto mis huesos algunas de sus violentas y profundas palabras”

Su vida en Madrid, es intensa, participa en actos, conferencias, publicaciones. En Abril de 1935, recibe un homenaje de la flor y nata de las letras, ante una campaña de descrédito literario contra Neruda, que contesto así contra sus agresores, entre otras lindezas

“Estoy aquí a pesar
de perros, a pesar
de lobos
a pesar de pesadillas…..
¡Cabrones!
¡Hijos de putas! Hoy ni mañana
ni jamás
acabaréis conmigo.

El 18 de julio comienza la sublevación militar fascista. Un mes después, muere en Granada, fusilado por los franquistas el poeta y amigo de Neruda, Federico García Lorca.

Desde el inicio de la sublevación, el Cónsul de Chile en Madrid, asume una actitud de abierto compromiso con el bando Republicano, en el cual se encuentran sus amigos poetas, artistas e intelectuales, y el pueblo.

Poco después de la muerte de García Lorca, Neruda ya escribe los primeros poemas de “España en el Corazón”, uno de los cuales “Canto a las madres de los milicianos muertos”, habrá de entregar a Rafael Alberti para su publicación en el “Mono Azul” el periódico popular destinado a los combatientes Republicanos. Desde el gobierno chileno se le acusa de faltar gravemente a la neutralidad. Chile decide cerrar su consulado en Madrid, y no pasa por alto la notoriedad que alcanza Neruda, en su adhesión al gobierno Republicano. A finales de 1936, Neruda se instala en Paris, donde asume con mayor libertad su trabajo a favor de la Republica Española.

En París funda junto a César Vallejo el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a España. Por otra parte, continúa la publicación junto a Nancy Cunard de la revista “Los poetas del mundo defienden al pueblo español”. Neruda recibe el encargo de preparar el Congreso de Escritores en apoyo a la República Española que habrá de realizarse al año siguiente en España, en pleno conflicto. Diplomáticos chilenos le presionan, aconsejándole prudencia y sobre todo le deplorarán la conferencia que realiza en Paris. Su discurso, tampoco pasa desapercibido:

“¿Cómo atreverse a destacar un nombre de esta inmensa selva de nuestros muertos? Tanto los humildes cultivadores de Andalucía, asesinados por sus enemigos inmemoriales, como los mineros muertos en Asturias, y los carpinteros, los albañiles, los asalariados de la ciudad y del campo, como cada una de miles de mujeres asesinadas y niños destrozados, cada una de estas sombras ardientes tiene derecho a aparecer ante vosotros como testigos del gran país desventurado, y tiene sitio, lo creo, en vuestros corazones, si estáis limpios de injusticia y de maldad. Todas estas sombras terribles tienen nombre en el recuerdo, nombres de fuego y lealtad, nombres puros, corrientes, antiguos y nobles como el nombre de la sal y del agua… […]

¿Sí, cómo atreverse a escoger un nombre, uno solo, entre tantos silenciosos? Pero es que el nombre que voy a pronunciar entre vosotros tiene detrás de sus sílabas oscuras una tal riqueza mortal, es tan pesado y tan atravesado de significaciones, que al pronunciarlo se pronuncian los nombre de todos los que cayeron defendiendo la materia misma de sus cantos, porque era él el defensor sonoro del corazón de España.¡ Federico García Lorca! Era tan popular como una guitarra, alegre, melancólico, profundo y claro como un niño, como el pueblo. Si se hubiera buscado difícilmente, paso a paso por todos los rincones a quien sacrificar, como se sacrifica un símbolo, no se hubiera hallado lo popular español, en velocidad y profundidad, en nadie ni en nada como en este ser escogido”.Neruda vuelve a España por última vez a Valencia y Madrid, con el II Congreso Internacional de Intelectuales Antifascistas. A pesar de la contienda bélica, España sigue a la cabeza de las vanguardias, adelantándose a la lucha contra el fascismo, en todos los terrenos, que ya se cuece en Europa. El congreso lo inaugura el doctor Negrín y lo cierra Antonio Machado, en el participan lo más destacado de la intelectualidad Europea y Americana, los que no pueden acudir mandan su adhesión solidaria: Bertolt Brech, Virginia Wolf, Hemingway, Sinclair, Louis Aragon, Aleixandre, Sender…

Neruda en su reencuentro con Madrid, lleno de melancolía, quiere trasladarse a su vieja Casa de las flores, que dejo precipitadamente, en su salida hacia Paris, le acompaña Miguel Hernández, vestido ya de miliciano y con fusil. Cuando entran en la casa, que fue felicidad de Neruda, encuentra todo tirado por la metralla, lleno de escombros…. (Lo relata Neruda en Residencia en la tierra).

Vuelve a Paris y de allí regresa a su Chile natal, es Octubre de 1937, llega con “España en el Corazón” para publicarlo. Esto será en Noviembre por la editorial Ercilla. El libro se convierte de inmediato en un gran impacto, por su desgarradora poesía, llena de amor y compromiso hacia los agredidos, legítimos defensores de su Estado y de su libertad. Y de odio y combate contra los fascistas, en especial a sus generales: Mola, Sanjurjo y el propio Franco. Tendrá varias reediciones.

Al año siguiente de la primera edición en Chile, “España en el Corazón”, se edita en España, en pleno frente de batalla, cerca de Gerona, dirigida por Manuel Altolaguirre. Los combatientes republicanos se las ingenian en 1938 para componer e imprimir, en medio de los azares de la guerra, la primera edición española de esta obra, como cuenta el propio Altolaguirre, fueron los combatientes republicanos los que intervinieron en la preparación del libro, llegando incluso a fabricar el papel en que fue impreso.

El cambio del rumbo político en Chile, donde Neruda hace campaña por el Frente Popular chileno que encabeza Aguirre Cerda, hace que a la llegada a la presidencia de este, nombre a Neruda cónsul para la inmigración española con sede en París. En marzo viaja a Francia pasando por Montevideo, donde asiste como delegado de la Alianza de Intelectuales de Chile al Congreso Internacional de las Democracias. De abril a julio realiza las diligencias diplomáticas en favor de los refugiados españoles -más de dos mil- a quienes embarca en el Winnipeg, que llega a Chile en septiembre. Una misión de rescate y solidaridad, mediante la cual Chile ofrece una nueva patria a los exiliados españoles en Francia, los cuales -hacinados en campos de refugiados o campos de concentración- afrontan allí grandes penurias y graves riesgos para su sobre vivencia.

Durante varios meses (entre abril y agosto de 1939) Neruda trabaja en la organización del viaje con los inmigrantes, proceso que habrá de culminar con la partida del “Winnipeg”, con más de dos mil hombres, mujeres y niños en dirección a Valparaíso.

Una de las acciones que Neruda ejecuta en medio de sus tremendas tareas de selección y fichaje de los ciudadanos españoles que viajarán a Chile, es la redacción e impresión de un hermoso folleto que se titula simplemente:

“Chile os coge”. El folleto “Chile os acoge” es, en efecto, una especie de cartilla para inmigrantes, que provee un adecuado resumen de la historia, geografía, economía y régimen político del país que los refugiados españoles van a encontrar al final de su camino. Documento que pone de manifiesto la calidad diplomática de Neruda, no acogiendo a extranjeros, sino a ciudadanos nuevos en un país nuevo.

Su herida por España, siempre estuvo presente en su vida, su vida estuvo en el compromiso y la solidaridad, sus recuerdos felices: en la Casa de las flores

“Generales
traidores
mirad mi casa muerta
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.”

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