El viceministro de Comercio ha calificado de "absolutamente sopesadas" las medidas que ha anunciado China este miércoles en respuesta a EE.UU.
Una casa de bolsa en Pekín, 3 de abril de 2018
Andy Wong / AP
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"China no quiere una guerra comercial. En las guerras comerciales no hay ganadores.", ha señalado el viceministro de Comercio de China, Wang Shouwen. Al mismo tiempo, ha agregado que Pekín "no tiene miedo a esta guerra".
"Si alguien quiere guerrear contra nosotros, vamos a estar allí", ha advertido Wang. Al mismo tiempo, el viceministro de Comercio ha calificado de "absolutamente sopesadas" las medidas que ha anunciado China este miércoles en respuesta a EE.UU.
No obstante, Wang ha asegurado que China sigue dispuesta a dialogar con EE.UU.
China ha anunciado este miércoles la imposición de aranceles del 25% a 106 productos estadounidenses como la soja, los automóviles y los productos químicos, en respuesta a las medidas tomadas por EE.UU.
Pekín ha adoptado esta medida menos de 24 horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara una lista de 1.300 productos chinos a los que planea imponer aranceles, algo que el Gobierno chino califica de práctica comercial desleal.
El Ministerio chino de Comercio asegura que las tarifas han sido determinadas para cargar a los productos estadounidenses con unos 50.000 millones de dólares cada año.
Pekín ha empezado un procedimiento en la Organización Mundial de Comercio contra las medidas arancelarias de EE.UU.
El logotipo de la Organización Mundial del Comercio se ve en la entrada de la sede de la OMC en Ginebra el 9 de abril de 2013.
Ruben Sprich / Reuters
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China ha iniciado este jueves en la Organización Mundial del Comercio (OMC) un procedimiento de resolución de disputas contra las medidas arancelarias implantadas por Estados Unidos en respueta al presunto robo de propiedad intelectual y tecnología de Pekín, según se desprende de un comunicado emitido por el organismo internacional.
El gigante asiático ha planteado a la OMC una queja formal en relación con las medidas arancelarias tomadas por Estados Unidos contra productos chinos.
China ha lanzado en la OMC un procedimiento de resolución de disputas en relación al conflicto arancelario que mantiene con EE.UU. Pekín alega que los aranceles impuestos por Washington excederían los tipos consolidados de EE.UU. e incumpliría el artículo I y II del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.
La delegación de China se ha quejado formalmente por la imposición norteamericana de aranceles a determinados productos chinos de diversos sectores, como maquinaria, dispositivos electrónicos, entre otros.
Los procedimientos de resolución de disputas son un mecanismo contemplado en la OMC para debatir cuestiones que atañen a dos países y permitir que estos puedan encontrar una solución satisfactoria para ambas partes. El recurso cuenta con un plazo de 60 días para su resolución.
China anunció este miércoles la imposición de aranceles del 25% a 106 productos estadounidenses como la soja, los automóviles y los productos químicos, en respuesta a las medidas tomadas por EE.UU., según una decisión del Consejo de Estado de China.
China tiene una 'opción nuclear' en la guerra comercial con EE.UU.
Publicado: 5 abr 2018 18:28 GMT
Pekín podría utilizar la deuda gubernamental estadounidense en su enfrentamiento arancelario con Washington.
Imagen ilustrativa.
Thomas White / Reuters
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China es el mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense y el segundo propietario de bonos gubernamentales, después de la Reserva Federal norteamericana. En enero, su cartera de letras, notas y bonos de la Tesorería de EE.UU. sumaba alrededor de 1,17 billones de dólares, aproximadamente un 19% de todos los valores gubernamentales de ese país que están en manos extranjeras.
En el caso de que Pekín decidiera reducir su cartera de valores, tendría unas repercusiones significativas tanto en las finanzas de Washington como en los inversores globales, ya que aumentaría el rendimiento de los bonos y haría que la financiación del Gobierno federal estadounidense resultara más costosa, informa Reuters.
"Si quisieran pulsar ese 'interruptor nuclear', si se comprometieran a deshacerse de los títulos del Tesoro, tendría un impacto inmediato y temporal en los mercados financieros de EE.UU.", pero sería "un golpe mayor a la sostenibilidad de lo que tratan de lograr", analiza Jeff Klingelhofer, un gestor de carteras de Thornburg Investment Management.
Jeffrey Gundlach, director ejecutivo de DoubleLine Capital LP, opina que China solo puede aprovecharse de esta influencia si abre la posibilidad de desprenderse de esos títulos del Tesoro de EE.UU.: "Si los vende, no hay amenaza".
Este 4 de abril, China anunció que impondrá aranceles del 25% a 106 productos estadounidenses como la soja, los automóviles y los productos químicos como respuesta a las medidas similares que tomó EE.UU.
Pekín adoptó esa medida menos de 24 horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara una lista de 1.300 productos chinos a los que planea establecer impuestos, un paso que el Gobierno de China calificó de práctica comercial desleal.
China reacciona después de que Washington amenazara con imponer nuevas medidas al gigante asiático.
Estantería con productos importados de EE.UU. en un supermercado de Shanghái, el 3 de abril del 2018.
Aly Song / Reuters
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El Ministerio chino de Comercio anunció este viernes que Pekín luchará "cueste lo que cueste" en la guerra comercial contra EE.UU., informa AP.
La reacción se produce un día después de que Donald Trump ordenara a su gabinete contemplar la posibilidad de imponer nuevos aranceles a China por valor 100.000 millones de dólares.
A través de un comunicado difundido por del Ministerio chino de Comercio, el gigante asiático afirma que no quiere una guerra comercial, pero que está dispuesto a dar respuesta a los pasos de Washington.
"China se dedicará [a luchar], cueste lo que cueste, y hasta el final y definitivamente luchará con firmeza", reza el comunicado.
Pasos unilaterales de Washington
Además, desde el Ministerio se denuncian las políticas de "proteccionismo" de Washington y critican sus decisiones comerciales unilaterales, que, según Pekín, socavan el libre comercio mundial.
Pekín también subraya que continuará con sus reformas económicas y seguirá siendo un protagonista activo en el comercio mundial con el fin de "salvaguardar el sistema multilateral de comercio" y promover la liberalización del comercio y la inversión globales.
La Oficina del Representante del Comercio de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés) publicó el martes una lista de aproximadamente 1.300 productos de China que serán pechados en respuesta a lo que EE.UU. considera "prácticas comerciales injustas". El volumen de la producción china afectada se estima en unos 50.000 millones de dólares.
Menos de 24 horas después de aquel anuncio, y en respuesta a las medidas tomadas por Washington, Pekín anunció la imposición de aranceles de 25 % a 106 productos estadounidenses, como la soja, los automóviles y los productos químicos.
La amenaza de sanciones por parte de Washington obliga a Pekín a mostrar su poderío militar ante EEUU, afirma la analista militar Minnie Chan en South China Morning Post.
Así, el 5 de abril, China llevó a cabo unas maniobras navales a gran escala como respuesta a los ejercicios militares de tres unidades de portaviones de la Flota de EEUU que se celebrarán en la región. En total, más de 40 buques de las Flotas del Norte, del Este y del Mar del Sur tomarán parte en las maniobras chinas.
De acuerdo con la experta militar, las maniobras muestran la determinación del país asiático para defender sus intereses económicos.
Según declaró al medio otro analista militar, Zhou Chenming, "China quiere mostrar al mundo su compromiso a la hora de defender los resultados de las reformas económicas alcanzados en los últimos 40 años".
La especialista subrayó también que "tanto para EEUU como para China el poderío militar constituye una de las herramientas del Gobierno para defender los intereses nacionales del país".
El 3 de abril, la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR) anunció que iba a aplicar aranceles a las importaciones de 1.300 productos chinos por un valor total de 50.000 millones de dólares. Dos días después, el presidente Donald Trump afirmó estar dispuesto a subir los aranceles por un valor de 100.000 millones de dólares. A su vez, el Ministerio de Comercio de China anunció la aplicación de aranceles comerciales contra 128 productos provenientes de EEUU.
Pekín acusa a los agricultores estadounidenses por 'dumping' en sus mercados y aplica un enorme arancel a la importación de sorgo.
El puerto de Qingdao, provincia de Shandong, China, el 8 de abril de 2018.
Reuters
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El Ministerio de Comercio de China ha anunciado este martes que sus funcionarios de aduanas cobrarán a los importadores un arancel de alrededor del 179 % sobre el sorgo estadounidense, luego de que una investigación descubriera que los envíos fueron injustamente subsidiados y perjudicaron a los productores chinos, recoge Reuters.
El sorgo es un grano que se usa para alimentar ganado y hacer un licor que es muy popular entre los chinos. El gigante asiático es el mayor comprador de productos estadounidenses de sorgo. Sus importaciones valieron alrededor de 960 millones de dólares el año pasado, de acuerdo con los datos de aduanas de China.
La empresa CHS Inc y otras compañías estadounidenses deberán hacer un depósito de 178,6 % para los envíos de sorgo al país, en lo que Pekín calificó como una "medida 'antidumping' temporal", mientras el Gobierno continúa con una investigación de las importaciones del grano.
Investigación 'antidumping'
La iniciativa se produce tras el inicio de una investigación 'antidumping' hace poco más de dos meses sobre las importaciones de sorgo de EE.UU. El Gobierno anunció que emitirá un fallo final en una fecha posterior sin dar un plazo concreto.
Es probable que la medida, entra en vigencia a partir del miércoles, avive los temores de una guerra comercialentre Estados Unidos y China. Las tensiones han aumentado considerablemente desde el comienzo de 2018, después de que ambos países anunciaran planes para imponer aranceles a las principales importaciones.
Otra de las posibles respuestas de Pekín podría ser interrumpir los esfuerzos diplomáticos en la crisis norcoreana, aunque esta medida dañaría también los intereses del país asiático.
Delegación comercial de EE.UU., con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en Pekín, China, el 4 de mayo de 2018.
Thomas Peter / Reuters
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En una hipotética guerra comercial entre EE.UU. y China, las dos economías más grandes del mundo, el país asiático podría apuntar a las empresas y la deuda estadounidenses si Washington continúa por el camino duro, según informa AP.
La Administración de Trump continúa presionando a China para que reduzca su superávit comercial con EE.UU. en 200.000 millones para finales de 2020 y abandone las políticas que favorecen a sus empresas nacionales, práctica en la que se basa la economía de Pekín. En el marco de un intercambio de amenazas de aumentos tarifarios, todo apunta a que China se quedará sin importaciones para represalias antes que Estados Unidos.
El as en la manga de Pekín
No obstante, Pekín tiene un as en la manga. Por un lado, podría hostigar a las empresas estadounidenses del sector automovilístico, cadenas de restaurantes, y compañías dedicadas a la informática, entre otros. Por otro lado, existiría la opción de que China venda la deuda del Gobierno de EE.UU. Incluso se baraja la posibilidad de que interrumpa los esfuerzos diplomáticos en la crisis norcoreana, aunque esta medida dañaría también los intereses de Pekín.
No sería la primera vez que China aplica un boicot comercial contra un país en concreto. Anteriormente hizo lo propio mediante una campaña para alentar a los consumidores chinos a boicotear los productos de importación provenientes de Japón o Corea del Sur, durante disputas previas con los gobiernos de dichos países.
"China puede dañar los intereses de Estados Unidos al limitar las operaciones de las corporaciones multinacionales", expresó Jim Canrong, especialista en relaciones exteriores de la Universidad Renmin de Pekín, en el portal web wallstreetcn.com, dedicado a los asuntos relacionados con la economía del país asiático. Sin ir más lejos, el Grupo Eurasia informó que "las aprobaciones para algunos tipos de licencias de empresas estadounidenses están suspendidas".
Parece ser que Pekín tiene las armas financieras suficientes, pero usarlas tendría un gran coste para la economía y posición internacional del gigante asiático. Por ejemplo, la deuda del Gobierno de EE.UU. que China posee es de 1,2 billones, pero Pekín sufriría pérdidas si vendiera lo suficiente como para influir en los costos de financiamiento de la deuda estadounidense. Otra hipotética medida que Pekín podría adoptar es reducir la tasa de cambio controlada por el estado del yuan frente al dólar para encarecer las importaciones estadounidenses a la par que beneficiar a los exportadores chinos. Pero de esta manera, Pekín podría desestabilizar los mercados financieros y perjudicar a otros socios comerciales, lo cual tendría un costo político elevado.
Por otro lado, China podría ganar el apoyo de aquellos socios o aliados de EE.UU. que miran con recelo las acciones unilaterales del presidente de EE.UU., Donald Trump, lo cual podría posicionar al país asiático, no solo como un defensor del libre comercio en contraposición a la postura del "EE.UU. primero", impulsada por el mandatario estadounidense, sino también en un "pilar central" del sistema de comercio global, tal y como lo señaló durante una visita a Pekín el mes pasado Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. publicó a principios de abril una lista de aproximadamente 1.300 productos de China a los que impondrá aranceles que se estima que tendrá un coste de 50.000 millones de dólares para el volumen de producción china. Por su parte, Pekín anunció la imposición de aranceles del 25 % a 106 productos estadounidenses, como la soja, automóviles y productos químicos.
En respuesta, Trump ordenó a los funcionarios de su Administración que consideren "si sería apropiado establecer aranceles adicionales" por un valor de 100.000 millones", que a su vez fue respondido por el Ministerio de Comercio chino, que anunció que sus funcionarios de aduanas cobrarán a los importadores un arancel de alrededor del 179 % sobre el sorgo estadounidense.
Lagarde subrayó que el mundo necesita más cooperación internacional.
Christine Lagarde, la directora gerente del FMI, durante la inauguración de la primera Exposición Internacional de Importación en Shanghái, 5 de noviembre de 2018.
Aly Song / Reuters
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La transformación económica de China no solo ha cambiado la vida interna del país, sino la economía global, señalóeste lunes Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), durante la inauguración de la primera Exposición Internacional de Importación en la ciudad china de Shanghái (CIIE, según sus siglas en inglés).
"Hace 40 años, China comenzó a construir un puente hacia el resto del mundo, abriendo su economía y estimulando el inicio de reformas que cambiaron las vidas y oportunidades de cientos de millones de personas aquí y fuera de China", subrayó Lagarde.
"Al cambiarse a sí misma a través del comercio, a través del trabajo arduo, también aprendiendo de otros, China ha ayudado a transformarse no solo a sí misma, sino también a la economía mundial", agregó.
Según Lagarde, China está construyendo un puente hacia la prosperidad, al reorientar la economía del crecimiento impulsada por la inversión y las exportaciones al crecimiento impulsado por el consumo.
"China está construyendo un puente hacia el futuro, fortaleciendo la cooperación internacional, especialmente en el comercio. En nombre del FMI, insté a todas las partes a eliminar la tensión y resolver las disputas comerciales existentes, así como arreglar el sistema de comercio global, y no destruirlo. Para lograr estos objetivos, necesitamos más cooperación internacional, no menos", señaló.
La primera Exposición Internacional de Importación en Shanghái, en la cual participan unas 2.800 empresas en representación de más de 130 países y regiones del mundo, durará hasta el próximo 10 de noviembre.