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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 22/03/2014 11:19

En su laboratorio oculto, Picasso se lanzaba a “osadas transgresiones”

21 marzo 2014 2 Comentarios
En este artículo: Cultura, Pablo Picasso, Pintura
El pintor y su modelo, 1963, cuadro de Pablo Picasso, donado por Louise y Michel Leiris en 1984 al , en París, que es parte de la muestra del artista malagueño en la capital española que concluirá el 11 de mayo. Foto: Centro Pompidou.

“El pintor y su modelo”, 1963. Foto: Centro Pompidou.

Pablo Picasso (1881-1973), quizá el artista más influyente y destacado del siglo XX, pasaba largas temporadas encerrado en sus talleres, con sus ideas, sus bocetos, sus anotaciones, sus elucubraciones y sus inspiraciones, que lo mismo era su compañera sentimental que unos gorriones que alimentaba en una de las habitaciones de su laboratorio.

En medio del caos de bocetos tirados por el piso, de libros marcados y abiertos por doquier, de pintura fresca y de objetos esculpidos con sus manos, Picasso creó sus obras más importantes que además de explicar su visión del siglo XX y de sus guerras intestinas y sangrientas, también abrió las puertas a los movimientos de vanguardia con sus pintura en perpetua transformación.

Picasso en el taller es la exposición montada en la Fundación Mapfre de Madrid, que reúne una selección de 80 lienzos, 60 dibujos y 20 fotografías procedentes de varias colecciones públicas y privadas, que van desde Japón a Nueva York o Jerusalén a Madrid.

La muestra intenta adentrarse en la mirada más íntima de uno de los artistas más admirados.

Mougins, su estudio final

Pablo Picasso vivió más tiempo en París que en España, país que lo persiguió durante la dictadura de Francisco Franco por su compromiso con la segunda República y por su vinculación al Partido Comunista.

Desde muy joven conoció la bohemia parisina y el fulgor de las vanguardias en la primera mitad del siglo XX. Si acaso visitaba de forma habitual Barcelona, su otra ciudad fetiche, en la que recuperaba los colores mediterráneos pero también incursionaba en las noches y sus burdeles, que después se tradujeron en algunas de sus obras con más fuerza erótica.

Sin embargo, había una parte menos expuesta al público, más privada e íntima, que ayuda a comprender la dimensión de un personaje como Picasso, quien vivía la mayor parte del tiempo enclaustrado en su universo, trabajando sin descanso, en ocasiones repitiendo sin cesar algunas de las figuras que más lo inquietaban, como El pintor y la modelo, El minotauro o la rica diversidad de naturalezas muertas.

Casi siempre lo hacía en su taller –o en sus talleres–, donde recibía a sus modelos o a los galeristas que venderían sus creaciones. Siempre creando desde sus estudios: en el Bateau Lavoir, el Boulevard de Clichy, el Boulevard Raspail, la Boétie, Boisgeloup, La Californie y Mougins, su estudio final.

Así lo explica María Teresa Ocaña, responsable de la selección de las obras que se exhiben en Madrid: El taller de Picasso es el escenario en el que el artista se mueve, donde transcurre gran parte de su vida; recintos interiores en los que, mediante experimentaciones sin límite, fragua la cristalización de sus sueños. A través de sus sucesivos talleres, su aislamiento interior se convierte paulatinamente en la descripción de su entorno. Fiel fotógrafo y narrador de su autobiografía, retrata lo que le es más próximo: el escenario fundamental de su existencia, el laboratorio oculto donde se lanza a osadas transgresiones en las que la mirada interna se impone a la externa. Sin perder de vista la tradición de la pintura, Picasso vulnera sus reglas hasta destruirlas y generar nuevos cánones de belleza que responden a su momento vital, a su época; en definitiva, a la contemporaneidad.

Cuatro musas

Entre sus obras destacan Autorretrato con paleta, 1906 (Museo de Arte de Filadelfia) y el autorretrato Hombre en el taburete, que abren y cierran la exposición, en la que además se pueden ver múltiples versiones de sus cuatro musas: Marie-Thérèse, con quien tuvo una hija en 1935; la pintora Dora Maar; Françoise Gilot, con quien procreó dos hijos; y su última esposa, Jacqueline Roque. En sus cuadros están ellas o su esencia, porque la naturaleza transgresora de sus pinturas, su falta de límites en técnicas y soportes, le lleva a plasmarlas en las naturalezas muertas, según la curadora.

(Tomado de La Jornada)

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/07/2014 02:57
“Mi adhesión al Partido Comunista es la consecuencia lógica de toda mi vida y toda mi obra, Y orgullosamente lo digo. Nunca consideré la pintura como un arte de adorno ni de distracción; por medio del dibujo y el color quise, puesto que éstas son mis armas, avanzar siempre en el conocimiento de los hombres y del mundo.” “He venido al comunismo como se va a la fuente.”  Picasso .-

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/07/2014 03:03
llamado Picasso
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Frecuentemente se organizan desde el poder actos para homenajear a destacados personajes del arte y de la cultura con el fin de utilizarlos como una actividad más en su política propagandística. Eso ha venido ocurriendo con Antonio Machado, Miguel Hernández, Federico García Lorca, y naturalmente con Pablo Ruiz Picasso.

Picasso1-658x320En todos los casos se reelabora su biografía para ofrecer el retrato de un personaje que nada tiene que ver con el que fue en la realidad ni con lo que su obra representó para la cultura. En el caso de Picasso el mundo cultural de Málaga, su tierra natal, nos presenta una imagen de él edulcorada, olvidando deliberadamente la propia historia de la relación de la ciudad con el pintor, además de silenciar, como si no hubiera tenido ninguna importancia, su compromiso social y político.


Un ejemplo de ello fue la inauguración en 2003 del Museo Picasso Málaga, acto en el que se dio cita la extensa fauna de personajes y personajillos conservadores y horteras de la ciudad y de otras latitudes. Todo se hizo bajo la presidencia del Rey de España a mayor gloria de la casta de elegidos por la fortuna y de los valores establecidos, mientras al pueblo se le otorgaba el viejo papel de aplaudidor desde las aceras. No importó para nada que el pintor durante toda su vida abominara de ese tipo de gente y de sus ideas políticas y estéticas. Nadie quiso recordar que en su última estancia en Málaga viviera experiencias nada agradables con la sociedad conservadora que representaban sus parientes y el círculo social con el que éstos se relacionaban, para los que Pablo era, sin duda, un don nadie merecedor del mayor de los desprecios. Nunca más volvería a la ciudad. Ni tampoco del desaire de las llamadas fuerzas vivas de la ciudad en los años sesenta, que frustraron con sus desplantes y su negativa a que su obra viniera a Málaga –A Picasso ni caso- la posibilidad de la creación del museo en vida del autor. La sociedad conservadora de nuestros días –Alcalde, concejales, academiquillos…etcétera, todos ellos presididos por el Rey-, inauguraron, exaltaron y cantaron loas al artista, pero eso sí, presentándolo como uno más de ellos, al borrar de su biografía lo que chocaba con la sensibilidad ultraconservadora.

Pero no fue Picasso el pintor decorativo que parece desprenderse de esos actos, ni tuvo nada que ver con el tipo de pintura edulcorada y halagadora del modelo, tan querida por esas mismas instancias e instituciones, sino que su arte fue la negación de esa pintura y sus autores, así como del mal gusto de una clientela amante del academicismo, que, dicho sea de paso, era idéntica a la que hoy organiza actos en su honor. Porque Picasso fue un ferviente defensor de la República, a la que ayudó con su arte, acrecentando sus logros estéticos, precisamente en los momentos dramáticos en los que el pintor debió de vivir intensamente las noticias que llegaban de una guerra en la que el fascismo acababa con las libertades a sangre y fuego. Al producirse, el 26 e abril de 1937, el bombardeo de la villa de Guernica, que conmovió al mundo, en la mente del artista empezó a gestarse una obra que pudiera representar el drama del pueblo español. El 1º de mayo, a menos de una semana de los sucesos, ya realizó el primer esbozo del cuadro, en el que aparecían el toro, el caballo herido y la lámpara encendida que finalmente acabarían formando parte esencial del Guernica. Con anterioridad, en enero de 1937, había comenzado una serie de grabados que luego fueron vendidos en beneficio de los republicanos españoles: El sueño y la mentira de Franco.

Pero veamos qué era lo que el propio Picasso dijo de su pintura y que nunca encontramos reproducido en esos abundantes homenajes y celebraciones:

“¿Creéis acaso que un artista es un imbécil que sólo tiene ojos si es pintor, oídos si es músico, una lira dentro del corazón si es poeta, o también, si es boxeador, solamente músculos? Al contrario, al mismo tiempo es un hombre político, constantemente alertado ante los desgarradores, ardientes o deleitosos acontecimientos del mundo, que de ningún modo le dejan indiferente.” “La pintura no está hecha para decorar los apartamentos. La pintura es un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo.” “Yo no he pintado la guerra porque no soy de esos pintores que como un fotógrafo, van a la búsqueda de un tema. Pero no cabe duda de que en los cuadros que pinté entonces, existe la guerra. Quizá más tarde un historiador demuestre que mi pintura cambió bajo el influjo de ésta.” “Mi adhesión al Partido Comunista es la consecuencia lógica de toda mi vida y toda mi obra, Y orgullosamente lo digo. Nunca consideré la pintura como un arte de adorno ni de distracción; por medio del dibujo y el color quise, puesto que éstas son mis armas, avanzar siempre en el conocimiento de los hombres y del mundo.” “He venido al comunismo como se va a la fuente.” Ese, y no otro, era el genial pintor, un republicano y un comunista, aunque ellos, los conservadores y horteras, quieran alterar su biografía, para hacer pasar de matute un Picasso falso.

 

Fuente: El blog de Antonio Tellado (http://palabbbras.blogspot.com.es/2013/10/un-comunista-llamado-picasso.html).


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 09/12/2018 23:27
https://es.rt.com/6e8s

"Las obras de Pablo Picasso son como su diario y es lo que define el arte moderno del siglo XX"

Publicado: 8 dic 2018 14:36 GMT

"No se sabía que Pablo Picasso había guardado en sus diferentes talleres un número tan importante de obras", cuenta Bernard Ruiz-Picasso, nieto de uno de los artistas más influyentes del siglo XX, copresidente de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte. En Entrevista, de RT, habla de la obra de su abuelo bajo el prisma de su dramática historia de amor con la bailarina rusa Olga Jojlova, con quien Pablo Picasso compartió casi 20 años.

La exposición 'Picasso & Jojlova' dedicada al artista español, Pablo Picasso, y su primera esposa, la bailarina rusa, Olga Jojlova, abrió al público a finales de noviembre en el Museo de Bellas Artes Pushkin de Moscú.

La exposición presenta obras de casi 20 años de vida de Picasso y Jojlova y muestra la "ascensión social" de su matrimonio después de la Primera Guerra Mundial, según señaló Bernard Ruiz-Picasso, nieto de uno de los artistas más influyentes del siglo XX, copresidente de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte. Es el "resultado de un trabajo amplio de [la] Fundación sobre los archivos, las cartas, que Olga [Jojlova] recibía de su familia".

La pareja se casó en el año 1918. Ruiz-Picasso subrayó que Jojlova había vivido un "drama", ya que mientras se desarrollaba la "historia del amor" con Picasso, la primera esposa del pintor perdió contacto con su familia rusa. Tras la separación en el año 1935, la vida de Jojlova se quedó "completamente vacía". Según contó, en una de las obras su abuelo describió "su responsabilidad por las catástrofes" que ocurrieron en la vida de su exmujer.

El nieto de gran pintor subrayó que las obras de Picasso son "como su diario", ya que describen "precisamente lo que ocurre en cada día de su vida" y "es parte de cómo se puede definir el arte moderno del siglo XX".



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