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General: CÓMO ACABARON SIENDO RUSAS LAS ISLAS kURILES ?
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 03/02/2019 11:40 |
Soberanía irrefutable
¿Cómo acabaron siendo rusas las islas Kuriles?
© Sputnik / Alexander Liskin
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial no se firmó ningún tratado de paz entre Japón y la URSS. Como consecuencia, la disputa sobre la pertenencia de las Kuriles del Sur duró unos largos 70 años.
Sputnik te cuenta cómo estas islas llegaron a formar parte de Rusia, a quién pertenecían originalmente y por qué Japón exige que se le concedan estos territorios.
¿Quién fue el primero en llegar a las Kuriles?
Las declaraciones de Tokio sobre la pertenencia de las islas Kuriles al país asiático no son del todo ciertas. Estas islas en el mar de Ojotsk fueron descubiertas por los marineros rusos en el siglo XVI y ya en el siglo siguiente Rusia y Japón comenzaron a colonizarlas simultáneamente.
A finales del siglo XVIII la emperatriz Catalina II firmó un decreto sobre la inclusión de las islas Kuriles en el territorio nacional de Rusia. Pero la lucha contra los japoneses no acabó hasta que en el año 1855 las dos partes firmaron el Tratado de Shimoda. De acuerdo con el documento, las islas Iturup, Kunashir, Shikotán y Jabomai pasaron a formar parte de Japón. Rusia, por su parte, se quedó con las islas Kuriles del Norte. Eso sí, no se pudo llegar a un acuerdo sobre la isla de Sajalín.
Habitantes natívos del archipiélago de las islas Kuriles en 1919.
© Sputnik
Hicieron falta 25 años más para llegar a un compromiso tras arreglar un nuevo tratado en San Petersburgo. Ahora Rusia renunciaba a las islas Kuriles y Japón hacia lo mismo con Sajalín. Pero el comienzo de la guerra ruso-japonesa en 1904 dejó en suspenso dicho tratado.
Soldados soviéticos contemplan la bandera abandonada por los soldados japoneses durante su retirada. © Sputnik
De acuerdo con la ley de la guerra
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial las relaciones entre Moscú y Tokio fueron tensas. Para ayudar a EEUU y el Reino Unido en el Lejano Oriente, la URSS denunció en abril de 1945 el Pacto de Neutralidad Soviético-japonés para declarar la guerra en agosto del mismo año.
A cambio de ello, Stalin exigió a sus aliados que Sajalín del Sur y las islas Kuriles pasaran a formar parte de la Unión Soviética.
Iósif Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt reunidos durante la Conferencia de Yalta. Public Domain / Fotógrafo del Gobierno de EEUU
Washington y Londres aceptaron esta condición. Al fin y al cabo, en caso de no hacerlo, Moscú podría proceder a acciones independientes, convirtiendo en realidad los mayores temores de los aliados Occidentales.
En el transcurso de la conferencia de Yalta en febrero de 1945, los aliados registraron el traspaso de estos territorios a la URSS mediante el "Acuerdo de Crimea firmado por las tres grandes potencias sobre las cuestiones del Lejano Oriente".
Los marineros soviéticos ayudan a los soldados a desembarcar durante una operación del Ejército de la URSS para derrotar a los militantes japoneses. © Sputnik
Después de que el Sóviet Supremo de la URSS incluyera a Sajalín y las islas Kuriles como parte del territorio de la Unión Soviética, para el reconocimiento internacional de estos territorios como tales hacía falta el acuerdo por parte de los demás países ganadores de la guerra.
Dichos países no se opusieron a las obligaciones impuestas por el Acuerdo de Crimea e incluyeron una cláusula en el texto del Tratado de Paz de San Francisco de 1951, según la cual Japón renunciaba a las islas Kuriles.
Firma del Tratado de Paz de San Francisco.
Public Domain / Departamento de Estado de EEUU
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Amistad y pesca, pero sin paz
En 1997 el primer presidente de Rusia Borís Yeltsin y el primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, se vieron en la ciudad rusa de Krasnoyarsk. Aparte de las negociaciones, los mandatarios acordaron ir de pesca con la esperanza de que un diálogo informal los acercaría a la solución del problema de las Kuriles y del tratado de paz. Resultado de aquel encuentro 'sin corbatas' fueron los acuerdos ruso-japoneses sobre la pesca conjunta, inversiones y garantías bancarias. Estaba previsto que el tratado de paz se firmara para el año 2000.
Ryu y yo queríamos sacar del río Yeniséi no solo peces, sino también la paz. Una auténtica paz basada en acuerdos bien delimitados. Nadie sabía los curiosos incidentes que nos esperaban durante aquella pesca.
Borís Yeltsin
Primer presidente de Rusia.
Borís Yeltsin y Ryutaro Hashimoto. © Sputnik / Vladimir Rodionov
© Sputnik / Vladimir Fedorenko
No es Rusia la que tiene problemas territoriales
Nosotros consideramos que no tenemos ningún problema territorial. Es Japón el que considera que tiene problemas territoriales con Rusia. Estamos dispuestos a hablar sobre ello.
Vladímir Putin
Presidente de Rusia.
Cuando llegó al poder Shinzo Abe —el hijo de aquel mismo ministro de Asuntos Exteriores que se vio con Gorbachov—, Tokio empezó a hablar sobre una nueva aproximación a las relaciones con Moscú.
En el marco de esta aproximación Putin y Abe llevaron a cabo múltiples encuentros bilaterales, se llamaban entre sí por sus nombres e incluso empezaron a tutearse. Pero aun así no hubo avances en la solución del problema territorial y la firma de un tratado de paz.
A pesar de ello los japoneses siguen viviendo con la esperanza de que la 'química' personal entre los mandatarios ayude a llegar a una solución y firmar un tratado de paz cuyas condiciones contenten a todos, especialmente en la cuestión de las Kuriles.
Vladímir Putin y Shinzo Abe.
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Dinero a cambio de las Kuriles
La 'perestroika' y el 'nuevo razonamiento político' anunciados por Mijaíl Gorbachov a mediados de los años 80 también inspiraron a los japoneses. Así, ellos vieron en las transformaciones que tenían lugar en la URSS una oportunidad para solucionar el problema territorial. A principios de 1990 vino a Moscú el ministro de Asuntos Exteriores Shintaro Abe. Con él estaba su hijo Shinzo Abe, el actual primer ministro de Japón.
El resultado del diálogo entablado fue el acuerdo sobre una visita de los altos mandos soviéticos a Tokio. Al sentirse dueños de la situación los japoneses no tardaron en comenzar el regateo.
Ellos propusieron a Moscú utilizar la Declaración de 1956 como base de las negociaciones sobre el tratado de paz. Eso sí, también propusieron completar la declaración con la promesa de devolver a Tokio cuatro islas en lugar de dos.
A cambio de ello, los japoneses expresaron su disposición a prestar ayuda económica.
Encuentro de Mijaíl Gorbachev con Shintaro Abe en el Kremlin.
© Sputnik / Yuriy Somov
En aquella ocasión la delegación de Moscú tuvo que aguantar seis rondas de negociaciones, en cada una de las cuales se repetían las exigencias de Japón: devolver las islas a cambio de ayuda económica.
Islas Kuriles en un mapa de 1983.
© Public Domain
Yo me opuse a la asociación de la cooperación económica con el éxito de las negociaciones sobre el tratado de paz. Se debe comenzar precisamente con el desarrollo de las relaciones en todos los ámbitos, incluidos el económico, el comercial y las inversiones. Solamente esta aproximación tiene perspectivas.
Mijaíl Gorbachov
El último secretario general de la URSS
© Sputnik / Andrey Shapran
Amistad y pesca, pero sin paz
En 1997 el primer presidente de Rusia Borís Yeltsin y el primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, se vieron en la ciudad rusa de Krasnoyarsk. Aparte de las negociaciones, los mandatarios acordaron ir de pesca con la esperanza de que un diálogo informal los acercaría a la solución del problema de las Kuriles y del tratado de paz. Resultado de aquel encuentro 'sin corbatas' fueron los acuerdos ruso-japoneses sobre la pesca conjunta, inversiones y garantías bancarias. Estaba previsto que el tratado de paz se firmara para el año 2000.
Ryu y yo queríamos sacar del río Yeniséi no solo peces, sino también la paz. Una auténtica paz basada en acuerdos bien delimitados. Nadie sabía los curiosos incidentes que nos esperaban durante aquella pesca.
Borís Yeltsin
Primer presidente de Rusia.
Borís Yeltsin y Ryutaro Hashimoto. © Sputnik / Vladimir Rodionov
© Sputnik / Vladimir Fedorenko
No es Rusia la que tiene problemas territoriales
Nosotros consideramos que no tenemos ningún problema territorial. Es Japón el que considera que tiene problemas territoriales con Rusia. Estamos dispuestos a hablar sobre ello.
Vladímir Putin
Presidente de Rusia.
Cuando llegó al poder Shinzo Abe —el hijo de aquel mismo ministro de Asuntos Exteriores que se vio con Gorbachov—, Tokio empezó a hablar sobre una nueva aproximación a las relaciones con Moscú.
En el marco de esta aproximación Putin y Abe llevaron a cabo múltiples encuentros bilaterales, se llamaban entre sí por sus nombres e incluso empezaron a tutearse. Pero aun así no hubo avances en la solución del problema territorial y la firma de un tratado de paz.
A pesar de ello los japoneses siguen viviendo con la esperanza de que la 'química' personal entre los mandatarios ayude a llegar a una solución y firmar un tratado de paz cuyas condiciones contenten a todos, especialmente en la cuestión de las Kuriles.
Vladímir Putin y Shinzo Abe.
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