En lo que va de siglo, más de 425 militares españoles han fallecido en actos de servicio, incluidas maniobras dentro del país y misiones internacionales.
El Tribunal Supremo de España cerró recientemente la investigación penal sobre el accidente sufrido en 2015 por un helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate, que se desplomó en el océano después de que se perdiera el control del mismo.
Para la Justicia, las conclusiones presentadas por el Tribunal Militar Territorial son competentes y ecuánimes, por lo que rechaza el último recurso de uno de los familiares.
Este tipo de accidentes sin esclarecer son numerosos en el seno del Ejército español. En lo que llevamos de siglo, más de 425 militares españoles han fallecido en actos de servicio, incluidas maniobras dentro del país y misiones internacionales. Muchos familiares de las víctimas desconocen aún las verdaderas causas de esos "sucesos trágicos" y piden justicia.
Este es el caso de la familia de Sebastián, uno de los cuatro militares que perdió la vida en el siniestro de un helicóptero de las fuerzas armadas que cayó al agua en 2014. Desde el Ejército sostienen que el accidente fue responsabilidad de los pilotos, pero la familia de Sebastián cree que se debió al mal estado de la aeronave, recalcando que el rotor de cola —una parte fundamental en la investigación— no fue rescatado del agua.
"Ninguneado, maltratado"
"Uno se siente ninguneado, maltratado y de todo", explica el padre de la víctima. "Se ha querido dar carpetazo desde el primer momento al asunto", acostumbrados como están - denuncia Sebastián Ruiz- a "[dar] la palmadita en el hombro y váyase usted a su casa a llorar, tenga una medallita, que su hijo era muy bueno, y se acabó".
El único que sobrevivió en ese accidente fue el mecánico. Un año después, ese mismo mecánico se estrellaba en un modelo igual de helicóptero. Su muerte arrojó luz sobre el caso de Sebastián, cuyo progenitor recibió una llamada del padre de otro mecánico en la que le confesaba las presiones que había sufrido su hijo por parte del alto mando para no revelar que el helicóptero cayó por un error técnico. "Hay miembros del Ejército que no pueden hablar, porque si hablan las represalias acaban con ellos", explicó el padre de la víctima.
El mécanico en cuestión está sufriendo las consecuencias de revelar las irregularidades dentro del Ejército. Aparatos obsoletos, falta de recambios y piezas que pasan de unas aeronaves a otras. El hombre asegura que su denuncia ante sus superiores le ha salido cara: no solo le han abierto cuatro expedientes disciplinarios por faltas graves y le han suspendido de sus funciones, sino que quieren encarcelarlo 10 meses por el informe que presentó. El hombre confiesa a RT que en el Ejército se le ha criminalizado por destapar problemas internos mientras los responsables de los accidentes no han sido sancionados.
¿Víctimas evitables?
"Muere gente, pero no muere gente en combate […] muere gente en accidentes por usar mal el material, por tener unos vehículos en mal estado. Y, al final, son víctimas de un sistema que permite que mueran", explica el hombre bajo condición de anonimato.
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, compareció recientemente para hablar del principal objetivo dentro de las fuerzas armadas: su modernización, que pasa por una inversión para los próximos 12 años de más de 11.000 millones de euros para mejorar las condiciones de trabajo de los militares.
Sin embargo, en la última década y en medio de una crisis económica, el presupuesto para la modernización de las Fuerzas Armadas dentro del ministerio de Defensa se redujo en más de un 80%.
Muchos de los familiares de militares fallecidos en maniobras o en misiones se sienten doblemente desmoralizados. No solo han sufrido la pérdida de un ser querido, sino que, además, a día de hoy, se sienten abandonados por el Ministerio de Defensa.
Negligencias
Una familia del sur de España ha pasado por esta situación. Una de las hijas, Elena, estaba prometida con el legionario del Ejército Eduardo García Molinero. En unas maniobras nocturnas, un vehículo BMR de 15 toneladas pasó por encima de él y terminó con su vida. Las investigaciones no señalaron a ningún culpable. La familia asegura que Eduardo sólo cumplía órdenes y que su fallecimiento no puede quedar impune. A los pocos meses, su prometida Elena, ante el dolor de su muerte y la rabia por la indiferencia del Ejército, acabó suicidándose.
"Es lo peor que le puede pasar a una madre", relató Encarna Muñoz, madre de Elena. "A mi hija se le ha llevado la impotencia de no poder hacer justicia, se la ha llevado la injusticia", sentenció.
Los familiares de los militares fallecidos exigen que no se encubra a los responsables, a los culpables de estos accidentes. Reclaman que no todo se esconda en un accidente cuando ha sido una negligencia, una palabra casi en desuso en las Fuerzas Armadas españolas.